El PNV sigue cerca de ETA

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ETA-Batasuna-ANV. ANV-Batasuna-ETA. Tanto me da que me da lo mismo. Ya no hay duda. La banda pone las bombas o el tiro en la nuca, mientras su brazo político inventa argumentos ‘a posteriori’ e investiga ‘a priori’. ¿Y por qué esta breve reflexión? Pues porque el día antes del atentado contra dos guardias civiles, ANV no dudó en dar la pista y en decir lo que iba a suceder al día siguiente: “es hora de poner una barricada”. O si se quiere con más claridad, también argumentó que era ahora de “dar una respuesta firme a estos ataques”.

 

La actuación de la Audiencia Nacional resulta que es un “ataque” para los pro etarras de ANV. La ignorancia y la deformación política son tan agudas entre el mundo abertzale que es habitual confundir a las víctimas con los verdugos; pero no solo el movimiento de Acción Nacionalista Vasca, sino mucha otra gente que, en principio, debería defender las bases democráticas del Estado de Derecho. Hasta el propio obispo emérito, José María Setién, confunde en su libro de reciente publicación, el sentido del sufrimiento. Incluso llega a hablar del sufrimiento de los verdugos.

 

El desvarío parece mayor cuando ANV culpa de todo lo sucedido en la Audiencia al PNV y al PSOE. Considera a ambas fuerzas democráticas como los principales arreadores contra la independencia. Incluso van más lejos, desde el momento en que las considera como los obstáculos a salvar desde la izquierda abertzale para crear un nuevo “marco democrático”. Con planteamientos como los de ANV y actitudes como las del PNV y el PSOE, la ciudadanía vasca ‘cabalga’ a oscuras y sin perspectiva de encontrar la libertad que tanto ansía.

 

Alguien se preguntará que cuáles son esas actuaciones por parte del PSOE y del PNV. Las del primero están claro. Tan claro que todo el mundo sabe que se ha ‘acostado’ con ETA, que ha compartido con la banda confusas ‘carantoñas’ y han intercambiado compromisos de dudoso matiz democrático. Han sido amigos durante tres años y han defendido a los “hombres de paz” hasta que han salido mal y se han devuelto las fotos. Respecto al PNV y a los demás nacionalistas vascos, no parece que les haya gustado la actitud de la Audiencia Nacional. Y no solo no ha gustado, sino que en su afán de confundir a la población ha insistido en que “es un paso más en el camino hacia el descrédito que una parte de la judicatura ha decidido seguir”.

 

Al PNV debería caérsele la cara de vergüenza, y no por carecer de ella, sino además por no reconocerla en su seno. Iñigo Urkullo está más guapo callado, sobre todo desde que su partido financia a los verdugos con sustanciosas ayudas para los presos y sus familiares, a la vez que regatea ayuda a las víctimas. No menos ridículo ha hecho su ‘primo carnal’ de ideología, Onintza Lasa. Este último, acostumbrado a anunciar verdaderas y esperpénticas ridiculeces, ha llegado a decir que se han vulnerado derechos de algunos procesados. Acostumbrados a escucharle estupideces una y otra vez, tampoco nos planteamos saber qué quiere decir. Y es que, cuando lo que se dice no se entiende a la primera, tiene un doble significado: o no hay buena intención en las palabras o no se desea ser entendido por algún motivo poco claro.

 

El sumario 18/98 es el resultado de una amplia y extensa investigación, tanto en el tiempo como en el interior y exterior de la banda. El miedo del PNV y de EA, así como los compromisos contraídos por el PSOE con la banda, llevan a la permanente confusión. Pero, como de costumbre, pasados los sustos iniciales y distanciados del atentado, cada cual suele sacar la oreja por donde debe. A estas alturas de la obra, solo se engañan a si mismos, mientras la ciudadanía sabe en quién puede confiar y a quién debe demandar sus mentiras, engaños y traiciones.

 

 

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