Nefasta e ineficaz Magdalena

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La incompetencia es tan atrevida que en las últimas semanas se pasea por Cataluña con nombre de mujer: Magdalena Álvarez. “Maleni” para los más allegados. No tengo ninguna duda de que ahora mismo es la mujer más recordada y aludida en la citada comunidad autónoma, que no país, ni nación, ni Estado catalán. Me quedo con otra Magdalena…sí, la que canta mi admirado Manolo Quijano.

Hablar de “Maleni” es hablar de gestión esperpéntica, ineficaz y nefastos resultados. Pero lo peor de todo es que los socialistas catalanes están en un ‘sin vivir’ por las consecuencias que pueden encontrarse. Si la costumbre socialista a lo largo de su Historia ha sido echar las culpas al vecino, ahora se encuentran con que no tienen vecino y con que los resultados son el fruto de lo que han sembrado: ridículo, falta de planificación, caos, ineficacia, desprecio al ciudadano y desilusión.

El desaguisado de “Maleni” es preocupante, pero más aún es la cercanía de las elecciones generales. El presidente Rodríguez no solo no puede encontrar un sustituto para la ridícula “Maleni”, sino que ni siquiera tiene ese sustituto. No contaba con este desaguisado tan cercano, aunque le habían advertido sus allegados, ni con las malas artes de la ministra florero de Fomento. Y aquí el vocablo florero no lo entrecomillamos. Sirve así, tal cual, con la cruda y visible realidad. Solía repetir Ramón J. Sender que la vida sin risas y sin llanto no tiene sentido.

Maleni” pretendió ser original con sus insultos y su desprecio a periodistas, ciudadanos y funcionarios, pero le ha salido el tiro por la culata. Nadie cree en ella y ella ha dejado de creer en si misma. La torpeza de la pobre y detestada “Maleni” no ha podido entender que “ser original, es un mérito; pero quererlo ser, es un defecto”, al menos así lo expuso Chauvilliers.

El hecho de que el presidente Rodríguez haya asumido el Ministerio de Fomento pone de manifiesto dos cosas: primera, que Magdalena debe echarse a un lado y no interrumpir y, segundo, que el propio gafe Rodríguez es un peligro en si mismo, para si mismo y para los demás. Su ignorancia es tan atrevida que puede acabar haciendo capirotes en los túneles del AVE.

Nunca una ministra había resultado tan cuota, tan florero, tan incompetente e ineficaz. Hasta sus asesores han acabado llamándola «Sor Averías». Nunca las obras públicas habían resultado tan sospechosas, caprichosas y preocupantes: averías, hundimientos, socavones, retrasos, gritos, reclamaciones, insultos… Un desastre de ministra, un caos de gestora y una rechifla de mujer. Prueba de ello es que Rodríguez pretende que desaparezca de los medios de comunicación y se esconda en las cocheras del Ministerio desde que fiche la entrada ministerial hasta la hora de salida.

Hoy Rodríguez ejerce como ministro de Fomento. Ejerce como gafe institucional. Ejerce como improvisado actor de un teatro en ruinas que no solo afecta a Fomento, sino a muchos otros Ministerios; donde sus principales protagonistas no asoman la cara por falta de proyectos, falta de ilusión, nulas perspectivas y miedo a la calle. Ya se sabe aquello de “a la calle no hay quien la calle”.

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Maleni Álvarez, ministra ‘florero’ de Rodríguez Zapatero

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