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No al paro

Leo en el blog creado por el comité de empresa de Gestión de Publicaciones y Publicidad (GPS), editora de revistas como Cosmopolitan o Muy Interesante que acaba de presentar un ERE, una referencia a la última entrada del blog de José Saramago, en la que aparece un texto demoledor a modo de manifiesto contra el paro, que os reproduzco a continuación. No tiene desperdicio.

Ante las manifestaciones que se están preparando en toda Europa de protesta por el desempleo, escribí, a petición de un grupo de sindicalistas, el texto que a continuación se reproduce.

No al Paro

La gravísima crisis económica y financiera que está convulsionando el mundo nos trae la angustiosa sensación de que hemos llegado al final de una época sin que se consiga vislumbrar qué y cómo será lo que venga a continuación.

¿Qué hacemos nosotros, que presenciamos, impotentes, al avance aplastante de los grandes potentados económicos y financieros, locos por conquistar más y más dinero, más y más poder, con todos los medios legales o ilegales a su alcance, limpios o sucios, normalizados o criminales?

¿Podemos dejar la salida de la crisis en manos de los expertos? ¿No son ellos precisamente, los banqueros, los políticos de máximo nivel mundial, los directivos de las grandes multinacionales, los especuladores, con la complicidad de los medios de comunicación social, los que, con la soberbia de quien se considera poseedor de la última sabiduría, nos mandaban callar cuando, en los últimos treinta años, tímidamente protestábamos, diciendo que nosotros no sabíamos nada, y por eso nos ridiculizaba? Era el tiempo del imperio absoluto del Mercado, esa entidad presuntamente auto- reformable y auto-regulable encargada por el inmutable destino de preparar y defender para siempre jamás nuestra felicidad personal y colectiva, aunque la realidad se encargase de desmentirlo cada hora que pasaba.

¿Y ahora, cuando cada día aumenta el número de desempleados? ¿Se van a acabar por fin los paraísos fiscales y las cuentas numeradas? ¿Será implacablemente investigado el origen de gigantescos depósitos bancarios, de ingenierías financieras claramente delictivas, de inversiones opacas que, en muchos casos, no son nada más que masivos lavados de dinero negro, del narcotráfico y otras actividades canallas? ¿Y las expedientes de crisis, hábilmente preparados para beneficio de los consejos de administración y en contra de los trabajadores?

¿Quién resuelve el problema de los desempleados, millones de víctimas de la llamada crisis, que por la avaricia, la maldad o la estupidez de los poderosos van a seguir desempleados, malviviendo temporalmente de míseros subsidios del Estado, mientras los grandes ejecutivos y administradores de empresas deliberadamente conducidas a la quiebra gozan de cantidades millonarias cubiertas por contratos blindados?

Lo que está pasando es, en todos los aspectos, un crimen contra la humanidad y desde esta perspectiva debe ser analizado en los foros públicos y en las conciencias. No es exageración. Crímenes contra la humanidad no son solo los genocidios, los etnocidios, los campos de muerte, las torturas, los asesinatos selectivos, las hambres deliberadamente provocadas, las contaminaciones masivas, las humillaciones como método represivo de la identidad de las víctimas. Crimen contra la humanidad es también el que los poderes financieros y económicos, con la complicidad efectiva o tácita de los gobiernos, fríamente han perpetrado contra millones de personas en todo el mundo, amenazadas de perder lo que les queda, su casa y sus ahorros, después de haber perdido la única y tantas veces escasa fuente de rendimiento, es decir, su trabajo.

Decir “No al paro” es un deber ético, un imperativo moral. Como lo es denunciar que esta situación no la generaron los trabajadores, que no son los empleados los que deben pagar la estulticia y los errores del sistema.

Decir “No al paro” es frenar el genocidio lento pero implacable al que el sistema condena a millones de personas. Sabemos que podemos salir de esta crisis, sabemos que no pedimos la luna. Y sabemos que tenemos voz para usarla. Frente a la soberbia del sistema, invoquemos nuestro derecho a la crítica y nuestra protesta. Ellos no lo saben todo. Se han equivocado. Nos han engañado. No toleremos ser sus víctimas.

José Saramago


Cita postuaria: «En el pasado, aquellos que locamente buscaron el poder cabalgando a lomos de un tigre acabaron dentro de él». (John Fitzgerald Kennedy, 1917-1963)

A todo cerdo le llega su San Martín

El número de mayo de PocoMás Magazine ya está en circulación por toda la isla y en la red. Como siempre, y muy a su pesar, no han podido evitar que aparezca en ella una de mis colaboraciones. A todo cerdo le llega su San Martín tiene la culpa. Os lo dejo aquí para que paséis el trago cuanto antes…

A todo cerdo le llega su San Martín

Uno de los placeres más elementales del ser humano, y no por ello menos reconfortante, es tomar un café y mientras ojear la prensa. Como humanoide en vías de humanización (aunque no me aseguran la plaza) procuro tomarme en serio eso de los placeres y a ello me puse. Manda bemoles que me haya tocado empezar por éste. A lo que iba. “Señorita, un expreso por favor”, solicité pausadamente al camarero de cuyo sexo no quiero acordarme. Para adaptarme a la vida moderna siempre que pido algo a alguien sin haber reparado visualmente en su sexo, lo hago en género femenino para no herir sensibilidades. Además, con ello consigo que si es un rapaz no me conteste -lo que ya es de agradecer, acostumbrados a leer en las páginas de sucesos noticias como “Fulano pidió la hora a Mengano y éste le hizo un lifting instantáneo con los nudillos”-. Y si es una paloma tal vez aproveche el viaje para traerme junto con la carga un mensaje con la cuenta, invitándome a abrirme más pronto que tarde. Si el tiempo es oro, es todo un detalle que alguien que no sea mi psiquiatra se preocupe para que lo aproveche, sólo fuera de la consulta por supuesto. Lo cierto es que al leer la prensa uno se siente reconfortado y aprovecha para agradecer a todas sus divinidades, incluso a las inmateriales, la suerte que ha tenido por estar en ese lugar y a esa hora repasando los periódicos y no haciendo otra cosa de poca relevancia, y por tanto susceptible de ser noticia. Existe una prueba empírica que te deja el cerebro contracturado si reparas en ella. Sujeta el periódico con una mano y con la otra señala una página al azar. ¡A qué adivino lo que estás leyendo! Algo sobre una quiebra multimillonaria que manda más gente al paro que concursantes fracasados de OT padecemos, o un ingreso en prisión del cerrajero de la finca colindante con la Consejería de Altos Vuelos sin Paracaídas que también se lo ha llevado calentito, una pelea multitudinaria entre los partidarios de Blackberry y Iphone con lanzamiento de carcasas tuneadas o el agravamiento de la salud de un pollo que cree tener algo de cerdo mientras suspira para que su gatita, que se encuentra hecha unos zorros, no padezca de lo mismo. Total, una auténtica mascarada con tintes de guiñol de “pague usted uno y –por favor se lo pido- llévese la docena”.

No temáis. Ya lo decía mi profesora de música: si colocas bien los dedos no cabe fallo posible. Y así debemos hacerlo: colocarnos bien las yemas en los oídos a fin de conseguir una mejor visión. No sé si sirve de algo pero como decir sandeces está de moda, me apunto al caballo ganador. Es de agradecer (aunque no sé muy bien a quién) que existan entretenimientos como la Bruni, con su saberposar tan natural como su cutis impoluto e hidrogenado con cargo a los presupuestos de su país, y ese señor bajito que siempre le sujeta la mano como si estuvieran a punto de cruzar un paso de cebra permanente, que tengan la deferencia de visitar a unos plebeyos –en este caso sólo con “y”- como nosotros que apenas tenemos algo que aportar, y menos que decir, a esta sociedad. Lo sé. Siempre habrá algún pastor sin rebaño que me dirá que las naciones y sus economías se sustentan en el trabajo de los peones de base como tú. Venga está bien, y como yo. Una gilipuertez totalmente desmontable. Veréis. Es fácil imaginar que la visita, el cenorrio y los diferentes festejos que se calzaron nuestros dirigentes durante el G20 (a muchos nos cuesta entender el funcionamiento del punto G singular, como para entretenernos con los otros 19) o en estos últimos días a propósito de la visita del vecino dúo sacapuntas, han sido de chupa pan y moja, ¿cierto? Pues –todos conmigo- si a día de hoy hay más parados en Europa que espectadores vieron la final de la Eurocopa, y se han podido costear estas romerías sin apuros, por lo menos para ellos, convendréis conmigo que no les hacemos falta para nada. Ya veréis como el próximo grito en el marketing político será una nueva propuesta de elecciones populares. Es decir, dos docenas de políticos eligiendo entre millones de papeletas, una por ciudadano, a sus futuros gobernados y cada uno a su casa y Dios en la de todos.

Precisamente gracias a Él –y no se aceptan réplicas en este punto- al cierre de estas líneas nos consolamos con una gran noticia: uno de los enfermos a causa de la gripe porcina era dado de alta, a pesar de ser portador del virus asegurando que había reaccionado bien al tratamiento. Una información esperanzadora para un país riguroso donde los haya y muy poco dado a las chapuzas, que ofrece sistemas de diagnóstico tan eficaces como el “me quiere no me quiere”. Gracias a este procedimiento, un paciente al que se le declaró sano una noche fue llamado a filas al día siguiente desde otro hospital diferente, que esta vez había deshojado la margarita empezando por los pétalos pares. Por si las moscas, he decidido ampliar mi factura del móvil para hacer todas mis comunicaciones sociales a través de él, incluido con mi perro Inem. Sé que nunca me fallará y que, aunque no me lo diga, agradecerá que mi
aliento se aleje de su hocico por unos días.

Trabajadores y apaleados

Tal fecha como hoy conmemoramos cada año el Día Internacional de los Trabajadores. Manda huevos de corral que con cerca del 18% de la población activa en el paro -y lo que te rondaré morena- tengamos que leer noticias tan miserables como la que recoge La Huella Digital:

Escribe Rubén Santamarta: «Cerrado el primer trimestre de un
año clave para la banca española, las seis mayores entidades financieras
españolas han finalizado con unas ganancias cercanas a los 4.700 millones de
euros. O, lo que es lo mismo, un beneficio diario que supera ligeramente los 52
millones de euros en plena crisis internacional. Es, en una jornada, poco menos
que el presupuesto anual de Ferrol»… [Sigue en La Voz de
Galicia
]

Suscribo las palabras de Nacho de la Fuente: hay que joderse.

Cita postuaria: «Cuanto mayor la riqueza, más espesa la suciedad». John Kenneth Galbraith, 1908-2006)