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Lección barriosesámica: perder o dejar de ganar

Si hace unos días estudiamos la diferencia entre adelante y atrás (para los que tengáis dudas consultar el capítulo «desaceleración, patinazo o crisis del carajo«), hoy damos una vuelta de tuerca más en nuestra batalla hacia la sociedad del conocimiento («coneixement, nin!» diría mi bisabuela Pepa) abordando un tema simple pero con sustancia. Queridos herman@s (Obama está dentro de mí, búscatelo tú también) en la lección de hoy veremos las diferencias entre perder y dejar de ganar.

Diferencia 1.- Para empezar, perder ya pierde. Me explicaré. Se trata de una palabra frente a las tres que forman la locución (vocablo que debe provenir del latín locus/qui o sonatus est) dejar de ganar. Conclusión: 3-1 y «gol average» en contra.

Diferencia 2.- El significado. Pondremos ejemplos que son más ilustrativos. Ejemplo 1. Si yo tengo un billete de 10 euros en mi bolsillo (amigos del fisco esto es ficción, ¿de acuerdo?) y minutos después al introducir mi mano en él ya no aparece el billete, tendremos que: a) He perdido el billete -consultar capítulo estar y no estar-; b) He gastado el billete cambiándolo por un pepito de ñú o por el último número de la revista «Dobladillos y pespuntes: las joyas del tricotaje«. En este último supuesto, ya no conjugamos el verbo perder. Ejemplo 2. Si tengo mis bolsillos vacíos y minutos después los sigo teniendo limpios, nos toparemos con que: a) Si no tenía ni un real y sigo sin tenerlo, en este tiempo he dejado de ganar un dinero; b) Si estaba canino de pasta y lo sigo estando ahora, podemos atrevernos a asegurar que no he perdido dinero pues para que ello hubiera sucedido, en algún instante entre la primera y la última consulta debería de haber tocado con los dedos algún euro. Así pues, dejar de ganar se asocia a descender, reducir, recortar… mientras que perder es sinónimo de desaparecer, disipar, desvanecer…

Entiendo la dificultad que lleva consigo el tema de hoy, pero estoy convencido de que a base de práctica lo dominaréis. Para evaluar la asimilación de estos dos conceptos, os propongo los siguientes casos prácticos en los que debéis de señalar si se identifican con perder o dejar de ganar:

Oleada de despidos: siete empresas recortan 60.000 empleos en un día
KPN redujo un 50% su beneficio neto en 2008
American Express ganó un 34% menos en 2008 por el recorte de gasto de sus clientes
Siemens gana un 81% menos en su primer trimestre fiscal

Cita postuaria: «De aquel que opina que el dinero puede hacerlo todo, cabe sospechar con fundamento que será capaz de hacer cualquier cosa por dinero.» (Benjamin Franklin, 1706-1790)

Política 2.0 o Políticos 2, Ciudadanos 0

Estamos de enhorabuena. Los dos partidos más importantes del estado -«por país o nación no me viene nada», contestó la operadora de la RAE a mi consulta- se han puesto las pilas y se lanzan a las nuevas tecnologías. El gobierno ha puesto en marcha el Plan E: el Plan Español para el Estímulo de la Economía y el Empleo. En él encontramos cánticos, jaleos y una ristra de piropos castizos, catalanes, vascos, gallegos… donde los haya -y a los demás que nos den- para subir el ánimo de nuestra economía. Vendría a ser la Viagra que necesita nuestro sistema económico pero me temo que el problema es que también te piden receta. Dicen las malas lenguas -las otras han sido declaradas en peligro de extinción por la WWF/Adena– que «Plan E» viene de «planear«, entendiendo como tal moverse o descender sin motor un avión, valiéndose de las corrientes de aire: la avioneta se quedó sin combustible y tuvo que aterrizar planeando.en su tercera acepción (ver enlace). ¡Quietosparaos! A mí que me registren…

En la otra acera (no especificaremos cual para no herir sensibilidades patrias) tenemos al PP que está preparando Queremos, el primer Foro Abierto de Militantes del Partido Popular que tendrá lugar en Madrid el 24 y 25 de enero. Sus ponencias siguen el siguiente orden: Somos, Sabemos, Pensamos, Sentimos, Apostamos y Nos comprometemos. Algún infeliz se ha atrevido a bautizar esta iniciativa como el foro cucal: nacen, crecen, se reproducen y mueren… Seguro que lo recordáis. ¡Qué tiempos aquellos en que las cucarachas eran el enemigo!

A continuación, todo un ejemplo de superación tecnológica…

Un video científico de El Informal para distender un pelín.

Cita postuaria: «En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento». (Albert Einstein, 1879-1955)

Crisis: Sí, pero no…

Después de unos días de sordera informativa pongo la radio en su versión más formal. Atiendo a una noticia que habla del gasto que la población de Baleares en las fechas navideñas. E voilà. Los codazos, piquetes de ojos y zancadillas-cuchara que padecí en vísperas de la Noche Buena tenían su explicación económica. Resulta que los ciudadanos de las islas hemos mantenido el mismo volumen de compras que el pasado año, tirando de tarjetas y compras a crédito en cantidades industriales. Esta información que procede de la Cadena Ser, está sustentada en un estudio de la Fundación Gadeso del bueno de Toni Tarabini y gran profesional.

Despúes de la guerra de guerrillas a la que tuve que enfrentarme para pagar la prejubilaciones a los consejos de administración de algunos centros comerciales (había auténticas familias organizadas en escuadrones), ahora podría presumir de espabilado ante mi gente dándomelas de analista riguroso. En una de las docenas de sobremesas de estas fiestas se me ocurrió denunciar que la crisis parecía haberse diluido en estos días, argumentando que en mi segundo día de compras tuve que protegerme con coderas, rodilleras y un puño americano para casos de extrema emergencia (lucha fatal por el último ejemplar del regalo más buscado), si pretendía salir ileso de la avalancha humana que allí se concentraba. Ahora, la información que acababa de escuchar me colocaba a la altura de Rappel como visionario.

Nada más lejos de la realidad. Minutos después de la buena nueva enciendo el televisor y me dispongo a ver el telediario con la intención de corrobar ante mi gente que estaba en lo cierto. Pues chafún. Estuve a punto de lanzarme a una piscina olímpica sin haberme hidratado la piel previamente, ¡qué inconsciente!(cito a Estée Lauder). Subo el volumen del televisor y ahí estaba. «Los ciudadanos de las islas son los segundos que más han notado la crisis en estas fechas navideñas de entre todas las autonomías», decía el presentador. ¡Con dos mazapanes!. Según el INE, la comunidad balear había tenido que recortar en gran medida su gasto en estas fiestas, tal y como señalaban sus indicadores económicos.

Conclusión: antes de hablar de este tema con alguien, preguntaré si tuvo oportunidad de ver o no las noticias de ayer. A partir de aquí, Dios proveerá…

Cita postuaria: «Cuida de los pequeños gastos; un pequeño agujero hunde un barco.»
Benjamin Franklin (1706-1790, estadista y científico estadounidense).

Quién no ha tenido alguna vez la espalda mojada…


«Espaldas mojadas» es el título de una canción que el grupo Tam Tam Go lanzó a principios de los 90. Como bien sabéis, este término se utiliza en concreto para describir a los inmigrantes centro y sudamericanos que deciden emprender el viaje con lo puesto hacia el dorado de los EE UU, tirando a mate cada vez más. El uso de esta definición se ha ido generalizando, a la par que lo ha hecho la inmigración, y actualmente nos podría servir incluso para referirnos a todos esos movimientos en cualquiera de los continentes. Os cuento todo esto -aquí concluye el permiso para bostezar- porque me he sentido en la obligación de bucear en mi pasado familiar para rendir un humilde tributo a toda esa legión camareros argentinos, albañiles senegaleses, teleoperadores peruanos, repartidores ecuatorianos, jardineros rumanos… con los que nos cruzamos a diario en nuestras vidas. Si su papel en nuestra economía moderna ha sido clave según los expertos, parte de nuestro bienestar -aunque ahora ande maltrecho- debe entenderse gracias a su colaboración.

Por ello, apuesto por un ejercicio que creo que deberíamos de hacer todos como es profundizar en nuestras raices, a saber: mis bisabuelos eran mallorquines (5), gallegos (2) y andaluces (1). Sus hijos nacieron en Mallorca (2) y en Cuba (2). Precisamente de este último caso quiero hablaros. Los padres de mi abuelo José Adán, desde Carballino (Galicia), y los de mi abuela Margot Ignacio (desde Mallorca) emigraron a La Habana para sobrevivir a la miseria que recorría España de cabo a rabo, en el primer cuarto del siglo XX. Lo curioso del asunto es que ambas familias nunca coincidieron en Cuba mientras se dedicaban a actividades económicas diferentes, que en los dos casos les permitió gozar de una situación económica privilegiada, ni de lejos parecida a lo que habían dejado atrás. Es curioso el caso de la familia Ignacio, decicada al mundo de la escultura y la restauración arquitectónica, aunque de eso ya hablaremos otro día.

En resumidas cuentas, mis antepasados cercanos fueron inmigrantes en tierra próspera, extranjeros sin papeles, con la humildad, el esfuerzo y su educación como único patrimonio con el que desembarcar en Las Américas. Estoy convencido de que si ellos estuvieran aún entre nosotros y convivieran a nuestro lado con el fenómeno actual de la inmigración, no dudarían ni un instante en sacarnos los colores cuando alegremente, y perdiendo la perspectiva de cómo hemos llegado a ser lo que somos, tuvieramos la tentación de dirigirmos con cierto desprecio a alguno de esos inmigrantes que salieron de un continente, que un siglo atrás recibió la huida a la desesperada de muchos de nuestros antepasados que trataban de olvidar qué se siente cuando se padece hambre. Tal vez sea el momento de devolver algún favor pediente…

Os adjunto una serie de fotografías de aquella época (algunas no están en muy buen estado) que acreditan lo que os he contado en estas líneas.

Cita postuaria: «La ingratitud proviene, tal vez, de la imposibilidad de pagar.» (Balzac)

"Marcas blancas ahora que manda un negro" en PocoMás Magazine

A continuación os cuelgo mi último artículo en PocoMás Magazine que aparece en el ejemplar de diciembre de la revista mallorquina. Sin ánimo de ofender al personal más sensible, he titulado mi columna «Marcas blancas ahora que manda un negro», dejando claro cristalino desde ya que se trata simple y llanamente de un juego colorista. Punto y pelota. Para el resto de conclusiones que algún purista embriagado de moral pueda decudir, me reservo un «no ha lugar» pemitiéndome esta licencia que contempla mi jurisprudencia familiar.

No se escriba más. Leed, juzgad y sentenciad. Este monotribunal, para algunos simiotribunal (sé de alguien que me reclamará este ©) acatará la sentencia del jurado popular.

Marcas blancas ahora que manda un negro

Cómo cambia todo y a qué velocidad (esta frase no es mía, se la copié a Bibiana Fernández). Años ha, ni el más sobresaliente de los master del universo summa cum laude por la Universidad de Harvard, hubiera dado un duro por las llamadas marcas blancas, low cost o, pa’ ti y pa’ mi que somos más austeros, “marcas pa’ los con poca guita”. Pues ahora resulta que los productos más económicos son los más in y cuentan con una acogida sensacional, traspasando la frontera de las capas sociales más humildes. ¡Tócate un pie -pido prudencia-, Mariano! (frase hecha sin ánimo de ofender al PP). Hasta hace un par de años si te hubieras paseado por Jaume III con un blazer (o americana, ¿a que soy divino?) de serie B te hubieran deportado a Guantánamo en piragua, remando desde El Portitxol y sin escalas. Y te estarás preguntando, ¿a dónde quiero ir a parar?. Pues ni idea, a mi me han dicho que tengo que “currarme” unas líneas y en eso estamos. Dicho esto, y tras tomarme mi medicación diaria, me encuentro en la situación de poder afirmar que las tornas han cambiado y ahora todo lo que sea low cost, o sea, barato a rabiar, es lo más mejor y aquel que no lo aproveche “castigadito cara a la pared”, como dice mi sobrino político cuando tras un “¡Mira aquello!” le birlo unas McCain (está claro cuál hubiera sido el lema de haber salido presidente: “Una patata de país”).

Ha llegado el tiempo en el que gastarse tres euros en una camiseta o t-shirt, veintiuno en unos jeans -¡quién me ha llamado fantasma!- y 12.99 en unas zapatillas es de lo más fashion que te puedas echar a la cara. Por supuesto, siempre a la zaga de una sensacional crema antidescolgamiento de jeta, con saliva de chihuahua y encimas de hígado de colomí jove, que ante todo revitaliza tu tarjeta de crédito cuando al pasarla por caja, le entra el mismo tembleque que a la Obregón en el casting para el papel de espada en la Guerra de las Galaxias. A estas alturas de la película, y plagiando parte del comentario que días atrás me hizo una simpática operadora (disculpo al 2% de las miles que marcan tu número cada mes porque no disfrutan haciéndolo) os debo advertir que “por sentido común no me viene nada”. Quizás, y esto es un suponer exento de malicia –frase que suele preceder a toda buena rajada que se precie-, si hubiéramos recurrido un poquito antes a los productos a bajo precio en vez de centrar nuestras aspiraciones en un bolso de Uy Valeunmonton o un pantalón de Bramani, tal vez se hubiera logrado reprimir aquella codicia suicida, que llevó a unos pocos hijos de bidé a crear esa gran mentira financiera, que el resto de infelices nos hemos tenido que tragar como menú diario, sin derecho a vino ni gaseosa.

Siempre he sentido cierto interés por aquellos que en ocasiones han procurado desmarcarse del grupo, pero sin exagerar. No me acabo de ver liquidando a compañeros de oficina como método antiestrés o haciendo gárgaras al saborear una caña en la barra del bar. Una cosa es salirse de la fila de vez en cuando, y otra muy distinta dar el cante jondo sin acompañamiento. Saltándose a la torera este principio, el pueblo ha desafiado al sistema y mientras a ritmo de soul hemos puesto un Obama en nuestras vidas, una blanca luz ha ido iluminando nuestros hogares entonando versos de esperanza musicados bajo la batuta de Hacendado, Lidle o Carrefour. Cuando las riendas del planeta recaen en un afroamericano –un negro, abuela; ¿Ves como no me olvido de ti?- nosotros los españolitos y españolitas, catalanes y catalanas, vascos y vascas, compostelanos y compostelanas, leperos y leperas, manacorins y de Biniali… nos tiramos al consumo –suena mal, ¿verdad?- de las marcas blancas. Si se cosca es nostro Barack, n’hi haurà per tot. Hasta aquí puedo leer que si no el tito Amancio se me altera y me sube el precio de ese jersey tan logrado, que me hace un tipito estupendo. ¡Zara: espérame y no me cierres tus puertas que sabes que soy tuyo!.

La música comprometida no tiene precio…

A veces la buena música viene acompañada de una letra insuperable. Pasen, escuchen y vean… Suena el Dear Mr. President de Pink.

Cita postuaria: «La música que no describa algo no es más que ruido» (Parménides de Elea)

Un mundo perfecto, en Poco Más Magazine

Ya está en circulación el número de noviembre de Poco Más Magazine donde podréis encontrar mi nueva aportación al optimismo desenfrenado con el que encarar nuestros días. No os lo toméis al pie de la letra sin consultar antes a vuestro farmacéutico. Puede presentar contraindicaciones severas si no se tienen las tragaderas bien dilatadas, o si se padece de estreñimiento mental agudo. Ahí lo dejo.

Un mundo perfecto

Quién diga que este mundo nuestro no es perfectamente cojonudo, no está en su sano juicio. Tenemos de todo y mucho donde elegir, y gracias a la globalización todo está a nuestro alcance, empezando por la crisis (ups, se me escapó sin querer señorías). Grosso modo y atendiendo únicamente a la distribución al por mayor, disfrutamos de fantásticas guerras dirigidas por cobardes que provocan el éxodo de los valientes. Existen multitud de lugares donde el dinero es el que manda, y otros tantos sitios a donde es mandado por sus emigrantes lejanos. Convivimos con gente que lucha fervientemente por la igualdad, y gente que discrimina ferozmente a sus iguales. Padecemos a presidentes de gobierno impresentables y a trabajadores impecables sin presente. Existen individuos con hambre de éxito y lugares dónde alimentarse es un éxito. Conocemos a muchos que aprenden del pasado y a otros tantos que pasan de la historia y prenden con llamas su futuro…

Tras este magnífico panorama podemos empezar, si os apetece –y si no también, que para eso soy yo el que escribe- por el juego que nos proporcionan aquellos que descubren su pasión por el dinero con retraso. En este punto no podemos olvidarnos de los nuevos ricos. Además de devolverte la fe en la democracia (todo el mundo debe tener una oportunidad y lo que le sigue…) también aumentan la demanda de nuevas formas de ganarse la vida dignamente, entre ellas la de asesor de imagen. Y cuando digo imagen, estoy diciendo única y exactamente eso: imagen. En esos casos, pretender modificar la conducta lo dejamos en manos de Jane Goodall y sus progresos con los simios. No tiene precio poder hacer entender a un potentado de nuevo cuño que lucir una camiseta ajustada celeste con americana de vestir sólo estuvo al alcance de Sonny Crockett en “Miami Vice”, y de eso hace ya unas bien merecidas décadas. Como la imbecilidad también se democratiza, tal vez podamos plantearnos la creación de una ONG que se interese por estas personas. Haría falta una importante inversión para iniciar terapias que ayudasen a comprender a estos millonarios, que combinar adecuadamente las prendas de vestir no es lo mismo que acumular marcas una sobre otra, y en cambio sí tiene que ver con saber relacionar con cierto sentido colores y tejidos –Paco Clavel dixit-.

A pesar de ello, insisto, este planeta me pone, y mucho. Una de las cosas que más me estimula es comprobar el resultado obtenido por aquellos que han aplicado a sus vidas aquel principio que propone que “con trabajo y dedicación, todo es posible”. En la política disfrutamos de los mejores ejemplos. No son pocos los que mortifican sin desfallecer a nuestro entrañable George Bush, sin haber reparado en una cuestión fundamental: su esfuerzo y tesón. Echando mano de ambos se propuso llegar a ser el gobernante más incompetente y nefasto que ha tenido jamás una primera potencia mundial, y a fuerza de insistir en su empeño, cosa que es innegable, lo ha logrado con creces. Me temo que lo suyo ha sido un simple problema de antipatía. No es posible que un dirigente capaz de concluir por si mismo que “si no se tiene éxito se corre el riesgo de fracasar”, obtenga tan escaso reconocimiento. No han sido justos con él ni sus padres, a quienes desde aquí responsabilizo de haber llenado de pájaros la cabeza del pobre George. No fueron conscientes de que se trataba de un espacio con aforo limitado.

Y es que este globo nuestro, lejos de pincharse, se infla cada día un poquito más. Es como un “tío vivo”: además de girar, entretiene. Y eso que ha cambiado mucho en los últimos años. Antes, para perpetrar un robo era preceptivo el uso de la violencia. Eso no es vida. Los tiempos han cambiado y ahora todo tiene un toque de glamour que quita el “sentío”. Como dijo mi compañero de columna, los asaltadores han cambiado las armas por las corbatas y el olor a pólvora por una sutil fragancia de Prada. Como dije antes, la voluntad todo lo puede. Los altos ejecutivos –atendiendo al tamaño de sus comisiones- de la banca se han esforzado sin reservas para arruinarnos a todos y van camino de llevarse el gato al agua. Se colocaron a un lado de la serpiente de dominó, soplando cada vez con más intensidad hasta que tumbaron la primera ficha. Y tras la primera, cayeron y caerán las demás. Mientras nos soplaban los ahorros, sus bolsillos iban hinchándose generosamente. Todo ello desde la buena fe y la mejor de las intenciones. No quiero ni imaginarme lo difícil que tiene que resultar a estos individuos seleccionar bien sus inversiones con tanto impaciente suelto y ese ruido de fondo que no deja de cuestionar su decencia. Los mileuristas no cargan con ese problema y nadie ha salido a recordarlo, así que al César lo que es del César. Y si de emperadores hablamos, no podemos olvidarnos de los poderes institucionales. Se ha atacado injustamente a las comisiones de los mercados de valores que deben dedicarse, como su nombre indica y así ha sido, a gestionar, promover y recolocar las comisiones obtenidas religiosamente y sin pecado concebido, por lo menos por su parte. A fin de cuentas, todo el mundo ha puesto de su parte en todo este repertorio, con ligeros matices. Unos han utilizado su boca para lamer, otros han puesto la mano para llenarla y todos los demás (cada día somos más) la última parada de nuestro aparato digestivo.

A pesar de todo, presiento que aún nos quedan muchas sorpresas por disfrutar. “No estam ni a la meitat”, diría mi padre al respecto. Recuperando el espíritu de esta columna podemos asegurar sin temor a equivocarnos, que este mundo es un chollo para el entretenimiento. Si en algún otro momento, Bush no lo quiera, nos viéramos obligados a enfrentarnos a otra crisis de talla XXL, puedo aventurar que tendríamos los santos bemoles de convertir a sus responsables, en actores estelares de un reality show sobre el crack financiero que batiría récords de audiencia, retribuyendo con sueldos millonarios a los causantes de la debacle, siempre eso sí, proporcionalmente al peso de su papel en la serie. Lo que viene a decir que como a los humanos nos va mucho el masoquismo y ante todo somos unos cachondos, cuanto más chorizo fuera el tipo más “euracos” se agenciaría por la patilla. En estos casos conviene terminar mostrando nuestra satisfacción, y qué mejor manera para ilustrarlo que citando una célebre frase televisiva: “Me encanta que los planes salgan bien”. Fue una lástima que nuestro querido Aníbal y su “equipo” no hubieran podido cambiar sus heridos por fiambres.

Cita postuaria: «A todo el mundo le cae bien un buen perdedor, en especial cuando está en el equipo contrario». (Milton Segal)

Por fin, "Yes we can"

Ahora hay que ver hasta cuando durará ese sueño…

Cita postuaria: «El camino a recorrer será largo. Nuestro trayecto será empinado. Puede que no lleguemos ahí en un año o en un período, pero, Estados Unidos… nunca he estado más esperanzado que en esta noche de que llegaremos a nuestra meta. Les prometo que como un pueblo llegaremos». (Barack Obama, 05-11-08)

Leopoldo Abadía se supera en Buenafuente

Seguro que a esta alturas ya habréis oído hablar, y mucho, de Leopoldo Abadía y su explicación de «andar por casa» de la crisis. Pues bien, a continuación podéis ver una parte de la entrevista que concedió al programa de Buenafuente hace unas semanas, en la que volvió a demostrar que es un hábil comunicador, eso sí, de perfil «campechano» para privilegio de los que sólo conocemos Harvard como abreviatura de «Jarbasete», provincia de Castilla-La Mancha.

Dadle al play y disfrutad un ratito. Para rematar la faena, os recomiendo visionar después el video del post Con «humor» todo entra mejor«, que no tiene desperdicio.

Cita postuaria: «Los bancos son un poco como las pastillas de caldo: nos cuecen y se enriquecen.» (Andreu Buenafuente)

Con "humor" todo entra mejor

Este video que os adjunto, del que me he vuelto a acordar gracias al blog «Cosas que Pasan», es uno de esos ejemplos evidentes en que queda de manifisto que aportar una dosis de humor a las situaciones cotidianas, ayuda a digerir mejor el día a día. Seguro que muchos de vosotros ya habréis tenido la oportunidad de visionarlo vía email, blogs o el pasado viernes en Cuatro, como parte de un reportaje sobre la puñetera crisis. Al margen de su contenido didáctico, que lo tiene y mucho, merece la pena por saber tratar con tanta habilidad un tema tan espinoso y coñazo a partes iguales.

Cita postuaria: «En tiempos de crisis la imaginación es más efectiva que el intelecto». (Albert Einstein)

Leopoldo Abadía, o alguien que explica la criris a analfabetos financieros como yo

Hace unos días me recomendaron que le echara un vistazo a este blog, http://leopoldoabadia.blogspot.com/. En él, su autor Leopoldo Abadía explicaba paso a paso la crisis económica, su orígen y sus posibles consecuencias. Lo cierto que es que empiezo a estar «hartito» de la puñetera crisis, pero como la información y, por ende, la educación son poder, no nos vendrá nada mal saber algo más sobre un tema que va para largo. El tal Leopoldo, profesor de economía jubilado, decidió en su día que podía explicar las claves de la crisis a la mayoría de ineptos en finanzas como el bajo firmante, y así lo hizo.

Si pincháis en el siguiente link http://leopoldoabadia.blogspot.com/2008/04/crisis-financiera-2007-2008.html os encontraréis con toda la información ordenanda cronológicamente, con todo lujo de detalle. Cada uno que saque sus propias conclusiones.
Yo ya tengo la mía: «Estamos rodeados».

H, para servirles.

"Adopta a un ‘yuppie’", artículo recomendado

A continuación os facilito el enlace en el que se puede encontar el artículo que Matías Vallés publica hoy en el Diario de Mallorca bajo el título Adopta a un ‘yuppie’. Como siempre, su acidez e ironía se encargan de poner nuevamente en ridículo a la sociedad actual. Se podrá estar o no de acuerdo con sus tesis, pero lo que es innegables es la brillantez de su pluma y la valentía con la que expresa sus opiniones, que superan para algunos la frontera de la crítica más feroz.

Ya me contaréis.

Saludos.

Cita postuaria: «La ambición es el último refugio de todo fracaso» (Oscar Wilde).