Jul 262016
 

Nadie lo esperaba. Bueno, nadie no, parecer ser que sí había alguien que contaba con ello. El gol de Éder en la final de la Eurocopa entre Portugal y Francia en tierras francesas que supuso el título para los portugueses supuso, probablemente, una de esas sorpresas que solo puede dar el fútbol. Y claro, el que arriesga apostando por lo que parece improbable, también puede llevarse premios únicos.

Un hombre que no contaba, que no aparecía en ninguna quiniela, cuya presencia en la selección nacional de su país se había cuestionado en multitud de ocasiones y, además, cuya participación en la final de la Eurocopa no se contemplaba ni en los más optimistas sobre su figura. Pues bien, el fútbol le tenía reservada la mayor de las recompensas a Éder. Estar en el sitio adecuado, en el momento justo, dar lo mejor de si mismo en ese instante y alcanzar la gloria. Cuando su técnico lo llamó para saltar al campo hasta probablemente él se sorprendió. Su equipo estaba tirando de épica, gran parte del partido sobreviviendo a las embestidas de la anfitriona Francia, jaleada por miles de galos, sin su mejor jugador, un Cristiano Ronaldo que tuvo que retirarse en los primeros compases del campo por una lesión entre lágrimas, las mismas que derramaron algunos portugueses con su salida pensando que ya estaba todo perdido. Y cuando parecía que a los lusos les quedaba menos para alcanzar la meta de aguantar hasta los penaltis, Fernando Santos, seleccionador portugués, sorprende a todos en una de esas decisiones valientes que si salen bien tienen muchos padres, pero de tener un final fatídico no hubiera tenido ninguno.

Mandó saltar al campo a Éder en un cambio ofensivo. Pocos minutos después, el delantero se sacó un disparo raso desde fuera del área que los llevó a todos a hacer historia e hizo felices a millones de portugueses. A millones de portugueses y a una persona más. Concretamente a un británico que en un acto premonitorio intuyó la gesta de Éder y apostó por ello, haciéndose millonario gracias a su astucia.

No ha sido el único caso en el que las apuestas han cambiado la vida de algunas personas. Otro caso reciente, procedente también de territorio británico, y que dio mucho que hablar, fue el de algunas personas que apostaron a principio de la temporada pasada por el Leicester como campeón de la Premier League. Como declaró uno de ellos a mitad de temporada, cuando se empezaba a intuir la gesta, siempre pensó que había tirado las 5 libras que apostó. Sin embargo, 9 meses después, esa cantidad incrementó sus cifras en 6 cifras. Cuestión de suerte o el ser un experto de las apuestas. En su favor hay que decir que las casas de apuestas pusieron sobre la mesa cantidades cifras muy altas para cerrar la apuesta y, cuando aún había riesgo de que todo se viniera abajo y la posibilidad de perder mucho dinero, aguantó a pesar de las presiones. Lo cual demuestra que las apuestas deportivas y sus consiguientes bonos no son solo cuestión de suerte, sino de saber dominar las emociones, pensar con la cabeza fría y tener conocimientos que lleven a obtener beneficios.

De nuevo el fútbol hacía posible lo que parecía que no lo era. El deporte siempre guarda historias increíbles como estas. the-ball-488718_1920

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 Posted by at 11:25

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