Jun 172015
 

La final de la Champions League (o la otrora llamada Liga de Campeones) ha servido para demostrar que las sanciones de la FIFA que le impiden contratar más jugadores hasta 2016 y persecuciones del FISCO a uno de sus jugadores insignia -Messi- se llevan mejor con un triplete entre pecho y espalda.

Así, si el pecho del aficionado se hinchó de orgullo blaugrana con motivo de la hazaña gestada por Pep Guardiola en la temporada 2008/2009, ahora se repite el gesto con Luis Enrique liderando las huestes del Barcelona.

Porque que te coronen tres veces campeón de algo no sucede todos los días, pero, al parecer, sí que sucede cada seis temporadas. Un hito que como, el cometa Halley, ha pasado dos veces por el planeta Barça colmándolo de dicha y de -aunque no se mencione tanto- de dinero contante y sonante.

Sin embargo, el aficionado solo atisba a un grupo de hombres levantando una copa con el orgullo de haberse proclamado ganadores de esta contienda futbolística, como si el premio solo consistiera en honra y honor por el triunfo. Desde luego, hay mucho más pues, aparte del mérito deportivo, por dentro el rico pastel va relleno de millones de euros que reparte la UEFA entre los clubes participantes en el ágape futbolístico.

De hecho, la sola participación en la fase de grupos supone para los clubes doce millones de beneficios, pero si el asunto próspera y acaban pisando el estadio de la final, hay más azúcar.

De este modo, si consultamos la hemeroteca, resulta que durante las dos pasadas ediciones de la prestigiosa competición europea los 32 equipos participantes cobraron 904 millones de euros que recibieron por diversos conceptos.

Por lo tanto, con semejante trato, participar supone toda una victoria, ¿verdad? Lo cierto es que nunca un perdedor enfiló tan feliz el camino de vuelta a casa como lo hizo la Juventus el pasado sábado cuando midió sus fuerzas con el Barcelona en la final celebrada en Berlín.

Así, el equipo se consoló de sus penas con 10,5 millones de euros desembolsados por la UEFA, mientras que el club victorioso se llevó al buche 15 millones.

No está nada mal, pero aún faltaría sumar los beneficios por el mercado televisivo, que serán meninos teniendo en cuenta que el partido de la final lo siguieron 400 millones de espectadores en más de 200 países. Además, contó con una auténtica torre de Babel periodística pues 2.500 profesionales se acreditaron para asistir al encuentro.

Para esclarecer un poco más este lío de dinero, podemos consultar una web llamada El Juego del Billón desglosa cada partida de gastos y el beneficio que se obtendría con patrocinios, asistencias y demás montantes involucrados, y que nos anima, de paso, a hacer apuestas sobre la Liga de Campeones.

A tenor de los datos suministrados por esta web, la figura de Messi genera en patrocinios unos 20,4 millones de euros, mientras que Gianluigi Buffon supone un beneficio de 1,5 millones.

Pero este increíble suma y sigue también repercute en la ciudad de la que es oriunda el club ganador, en este caso Barcelona. En este sentido, la ciudad condal continuará con la “crecida” de turistas interesados por una ciudad monumental incluso desde un punto de vista deportivo.

No obstante, no atajamos aquí la riada de cifras, pues los beneficios andan desatados a juzgar por un estudio elaborado por Kantar Media. Según este documento, el triunfo del Barça frente a la Juventus ha generado 15.100 noticias -recordemos que había 2.500 profesionales destacados-, además de 3.112 millones de impactos de audiencia y esto, por tanto, cristaliza en un impacto económico de 38,8 millones.

Pero ¿qué podíamos esperar de un evento que año tras año incrementa su audiencia, y cuyo campeón está mejor remunerado que el vencedor del mismísimo Mundial? Eso sí, el prestigio de triunfar en un Mundial nos parece que sigue ganando por goleada a la Liga de Campeones por muchos millones que -más que llover-, diluvien sobre el campeón.

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