Ene 092015
 

El Real Madrid venció sin problemas al Galatasaray (93-78) en la segunda jornada del ‘Top 16’ de la Euroliga del Grupo E y se desquitó de las malas actuaciones del pasado mes de diciembre en su primer partido en casa del año 2015, con Rudy Fernández y Felipe Reyes en plan estelar.

Las derrotas en el ‘clásico’ y ante Unicaja habían resquebrajado los cimientos blancos y habían puesto en duda la continuidad del entrenador Pablo Laso, que parecía haber tocado fondo. Sin embargo, las dos últimas victorias no hicieron desaparecer las dudas en un equipo que también está sufriendo por las bajas.

Este jueves, los blancos fueron de menos a más y obtuvieron la segunda victoria del ‘Top 16’ en otros tantos partidos, la cual les acerca a los cuartos de final de la máxima competición continental. El trabajo defensivo y el acierto desde el perímetro, con casi un 40%, sirvieron para ir tumbando a un ‘Galata’ que apenas ofreció resistencia.

Los primeros minutos fueron cosa de Gustavo Ayón, que llegó a la cita con problemas en un hombro, pero sostuvo a los blancos en la pintura –no sólo en la anotación, que fue pobre– sino en los robos y asistiendo. Características que permitieron al conjunto capitalino ir sacando tajada de su rival, ‘metido’ en el partido gracias a los puntos de Zoran Erceg (17 en total).

En el segundo asalto, los de Laso mejoraron sus porcentajes de tiro y consiguieron las ventajas más amplias, demostrando –entre otras cosas– que Slaughter sigue siendo muy válido en este equipo y que el capitán, Felipe Reyes, es el alma más incansable que dio nunca el baloncesto nacional. El cordobés finalizó el envite con 22 puntos.

El tiempo de descanso (55-39) no sirvió para aclarar las ideas del Galatasaray, que apenas confió en una posible remontada en los 20 minutos restantes. Llull tuvo buena parte de culpa, sobre todo porque su presión en la salida del balón ahogó las escasas ideas del equipo dirigido por Ergin Ataman.

En el último cuarto, el Real Madrid continuó con el mismo buen hacer y pudo mejorar incluso sus guarismos. La diferencia creció y Carlos Arroyo, uno de los mejores en el cuadro turco, apenas pudo frenar la sangría en su canasta. El triunfo se quedó en casa y la redención también. Sin Maciulis y con un mermado Bourossis, los blancos lograron un triunfo de postín y normalizaron el cauce del río.

Be Sociable, Share!

Sorry, the comment form is closed at this time.