Jun 202013
 

El Real Madrid conquistó la Liga Endesa tras derrotar (79-71) al FC Barcelona Regal en el quinto y definitivo encuentro de la final, tras un duelo vibrante que los de Laso dominaron desde el inicio gracias a una brillante intensidad defensiva y que rompieron definitivamente en la segunda mitad ante un Barça hiper competitivo que vivió del acierto de Ingles (25 puntos), pero que acabó desfallecido.

Seis años después de su último cetro liguero, conseguido con Joan Plaza como entrenador, el Real Madrid se cobró venganza de lo sucedido el pasado curso y encontró la forma de obtener recompensa a su trabajo de toda la temporada, gracias a una demostración de poder físico y profundidad de rotación, liderados por su capitan, el eterno Felipe Reyes, que ya fue ‘MVP’ de la final en 2007 y volvió a ser elegido ‘Jugador Más Valioso’ en el presente curso.

Los blancos salieron encendidos. Hambrientos de ritmo y con una actitud defensiva encomiable. La presencia de Navarro en el quinteto del Barça encontró respuesta con la de Jaycee Carroll por parte local, buscando ambos técnicos un efecto de efervescencia que no tardó en ser realidad en sólo un bando, el local. La puesta en escena del conjunto de Laso convirtió el Palacio de los Deportes en un volcán, en un escenario terrorífico. El 10-0 de inicio tras cuatro minutos golpeó al Barça con dureza.

Con el ‘Cid’ blaugrana silenciado y Carroll encontrando aro prácticamente por primera vez en toda la serie, Pascual paró el partido y volvió a repetir discurso. Habitual por no ser ni mucho la primera vez que el Barça quedaba asolado por una racha rival en forma de huracán. Los propósitos del Barça, activar su defensa, bajar el ritmo y no quedar preso de la ansiedad, encontraron en Sarunas Jasikevicius a su guía ideal.

El báltico, con un talento eterno, entendió la hostilidad del contexto y se encargó de llevar al Barça a salvo a la orilla a base de sacar faltas y un par de maravillas en el pase. En un primer cuarto infernal, la renta local ascendía sólo a dos puntos (20-18). Laso fruncía el ceño y en el segundo período, de guerra fría, buscó otro giro a la pizarra que generase ventajas.

Con Rudy Fernández ahogado en su crisis de tiro y Sergio Rodríguez sin alas para volar, el preparador madridista tiró de Darden y Draper, que fueron solución. Entre ambos, el nivel defensivo local experimentó un crecimiento que derrumbó, de un plumazo, el laborioso trabajo del Barça, que asomó incluso en el electrónico (31-32, min.16) tras una buena racha de Joe Ingles. Entre los dos estadounidenses generaron una nueva ola (en forma de otro 10-0 de parcial) que devolvió el mando local a la media parte (41-32).

Era el Real Madrid de los latigazos ante el Barça de la constancia. El duelo visto toda la serie llevado a la máxima expresión por la urgencia de ambos. Como si no hubiese mediado descanso, el Real Madrid encontró pista para despegar en apenas cuarenta segundos de tercer período. Dos recuperaciones finalizadas en contraataque, una canasta de Mirotic y el primer triple de Rudy en toda la eliminatoria (tras diecinueve fallos previos) mandaban al Barça, al equipo de las mil y una vidas, directo a la UVI (50-33, min.23).

En la agonía, sin Mickeal -lesionado- y Navarro -en pésimas condiciones-, el Barça supo agarrarse a Ingles, que tuvo su mejor noche de la serie. El australiano, a base de triples (cinco anotados) y desborde individual, mantuvo a su equipo con vida en un tercer cuarto que anticipó los diez últimos minutos de la temporada con un desenlace aún abierto (55-48, min.30), situación soñada para el Barça visto el desarrollo del duelo.

De nuevo resolutivo, Darden, símbolo del poder de rotación local, acudio al rescate y fortaleció la renta liderando un parcial, otro más, de 9-3 que acercó al Real Madrid al cielo (64-51, min.33). Con Navarro, Jasikevicius y el desbocado Ingles en pista, el Barça, una máquina de competir, buscó el último esfuerzo, ya prácticamente sin aire.

Resultó imposible, el incansable trabajo de Felipe Reyes y el liderazgo a tiempo de Rudy Fernandez lo impidieron y el Barça no pudo alcanzar su tercer título consecutivo, cerrando un curso que corona al Real Madrid del vértigo, una propuesta opuesta a la suya, como el mejor conjunto del baloncesto nacional y candidato a marcar una época bajo el embrujo de un estilo irresistible.

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