Abr 302013
 

El Real Madrid buscará este martes (20.45 horas/La 1) la alianza perfecta entre su mejor versión y su afición para intentar dar la vuelta al duro 4-1 que encajó en la ida de las semifinales de la Liga de Campeones ante un Borussia Dortmund, que se presta a cerrar un año más el camino hacia la ansiada ‘Décima’ tras su demostración de la semana pasada.

Comandados por Robert Lewandowski, el conjunto de Jurgen Klopp arrolló al equipo madridista en otra mágica noche europea en el Signal Iduna Park y metió pie y medio en la gran final de Wembley, que sería la segunda de su historia tras la exitosa de la edición de 1996-1997. Para lograrlo, partirá con una buena ventaja, que aún así no despierta confianzas en una plantilla joven y de calidad, que esta temporada ha dado quebraderos de cabeza a su rival.

Y es que desde el pitido final del Bjorn Kuipers el recuerdo a las remontadas blancas en las competiciones continentales ha copado el protagonismo, aunque bien es cierto que quedan lejanas en el tiempo, en otra época futbolística, y que el todavía campeón de la Liga BBVA apenas se ha visto en una tesitura de remontar un resultado parecido al amparo de su público desde hace mucho tiempo.

Sin embargo, el solitario gol de Cristiano Ronaldo, ‘regalo’ del Dortmund, la calidad que se presupone en este Real Madrid y la esperanza de que el público del Santiago Bernabéu se asemeje al de aquellos tremendos partidos de vuelta de los 80 son los argumentos a los que se agarran los de José Mourinho para tratar de marcar tres goles y no encajar ninguno y acabar con el sueño ‘borusser’, cada día más afianzado.

De todos modos, cualquier mensaje motivador no debe esconder la realidad ofrecida por el nueve veces campeón de Europa en la ida. En su versión más gris, fue desarbolado por un equipo alemán que demostró que todos los que presagiaban que podía ser la revelación de la ‘Champions’ no estaban equivocados.

Al campeón de Europa de 1997 ni siquiera le hizo falta el mejor Mario Gotze, protagonista el día anterior a ese choque por su fichaje por el Bayern, y le bastó con la inspiración de un ‘9’ cotizado como Lewandowski, la calidad de Reus y Gundogan, y su trabajo constante para neutralizar a un rival que sólo tomó aire con el error de Hummels que le permitió el tanto de un ‘CR7’, que finalmente no faltará a la cita.

Las alarmas se habían encendido por los problemas musculares del de Madeira, que le apartaron del derbi ante el Atlético. El portugués entrenó con el grupo antes de la gran cita y, conocido su carácter competitivo, estará en el campo para dar el cien por cien y liderar la necesaria maquinaria ofensiva, donde presumiblemente estará acompañado por Gonzalo Higuaín, que no participó en el Vicente Calderón y cuya intensidad se presume más importante que la calidad de Karim Benzema.

Fue lo único del once que desveló un Mourinho tranquilo ante el reto en la rueda de prensa. El portugués dejó caer posibles cambios en el once o de sistema, pero lo más probable es que respecto al Signal Iduna Park sólo se mueva Sergio Ramos, al que Michael Essien desplazará del lateral derecho al centro de la defensa con Raphael Varane, con la difícil tarea de controlar al peligroso Lewandowski.

Ángel di María volverá a la titularidad, como estaba previsto en la ida antes de su paternidad, en detrimento de Luka Modric, lo que devolvería a Mesut Ozil a una posición más centrada desde donde podrá inquietar más a la sólida zaga visitante que el pasado miércoles donde tampoco se le vio demasiado.

PENDIENTES DE PISZCZEK
El Real Madrid buscará una salida similar a la del año pasado ante el Bayern (2-0 al cuarto de hora) que atemorice a los de Jurgen Klopp y que se pueda traducir en un gol lo antes posible que acerque la remontada y eleve la presión ambiental. De todos modos, tan importante será marcar como evitar salir con demasiado ímpetu y encajar algún tanto que convierta la gesta en bastante improbable.

Además, el Borrusia Dortmund no saldrá a encerrarse, amparado en la estrategia que tan buenos resultados le ha dado esta campaña continental contra el equipo madridista, ni tampoco con algún tipo de relajación, sabedor de que el fútbol, como a él mismo le demostró ante el Málaga, siempre puede resultar muy caprichoso. Apretará todo lo que pueda la salida de balón de Xabi Alonso, también ‘desaparecido’ en la ida, para desconectar a la parte ofensiva.

Al contrario que para la ida, Klopp sí dio descanso a sus jugadores en la Bundesliga ante el Fortuna Dusseldorf, y únicamente Matt Hummels jugó todo el partido, y Lewandowski y Blaszczykowski jugaron 20 minutos y Reus, poco más de diez, por lo que todos están frescos y plenamente centrados para este choque.

El técnico germano sólo tiene la duda del lateral derecho Lukasz Piszczek, ‘tocado’ muscularmente, y que en caso de no poder jugar sería sustituido seguramente por Kevin Grosskreutz. Gotze, más peligroso sin la presión de su público, y Gundogan, sensacional en la ida, también andan con problemas, pero serán de la partida.

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