Ene 282013
 

El tenista serbio y número uno del mundo, Novak Djokovic, ha conquistado el Abierto de Australia, primer Grand Slam de la temporada, después de vencer en la final al escocés Andy Murray (6-7 (2), 7-6 (3), 6-3, 6-2), por lo que consigue su cuarto título en tierras australianas y el sexto ‘grande’ de su carrera.

Melbourne Park es tierra talismán para Djokovic y lo volvió a demostrar. El serbio se llevó un partido muy duro ante un Murray que desplegó su mejor tenis y que no cedió un ‘break’ hasta el tercer set. Fue entonces cuando Djokovic empezó a sentirse mucho más cómodo sobre la pista del Rod Laver Arena y se acabó haciendo con la victoria, revalidando así el título conseguido los dos últimos años.

El balcánico comenzó sembrando dudas. Murray estaba pegando muy fuerte a la bola y estaba dominando los peloteos, pero sufrió en exceso en el sexto juego, cuando Djokovic dispuso de cuatro bolas de ‘break’ que desaprovechó. El golpe de derecha no acompañaba al serbio y le hacía sumar demasiados errores no forzados (25 en el primer set).

Murray salvaba los problemas y, aunque volvió a verse en dificultades en el octavo juego, condenó a un ‘tie-break’ la resolución del primer parcial. Fue entonces cuando el escocés demostró que era su momento y se adjudicó la primera manga con un 7-2.

Djokovic no estaba a gusto. Demasiados fallos para ser número uno mundial y, con un parcial de puntos de 2-13, llegaba a ceder tres bolas de ‘break’ al inicio del segundo set. Fue el punto de inflexión en su juego, ya que se dio cuenta de que podía perder la final en un momento si no reaccionaba. Salvó las tres situaciones de peligro y se centró en ganar sus saques.

El escocés vio la estrategia del número uno y optó por seguirla, de tal forma que ninguno puso en peligro en ningún momento el servicio del contrario y volvieron a condenar el set al ‘tie-break’. Un triunfo de Murray depararía claramente el devenir de la final, pero Djokovic se mostró muy sólido y consiguió igualar el partido.

DJKOVIC, MÁS AGRESIVO
La tónica de los sets anteriores continuaba al inicio del tercero, pero Djokovic fue capaz de romper la monotonía. Ni el serbio ni el escocés presionaban en exceso al resto, de tal forma que no hubo ningún ‘deuce’ en toda la tercera manga hasta que el número uno mundial atestó el golpe definitivo.

Murray sacaba para igualar a cuatro juegos en el octavo juego del set cuando ‘Nole’ decidió cambiar su estrategia. El serbio se encontró con un 0-40 que le dejaba muy cerca el tercer set, pero Murray no estaba dispuesto a ceder sin luchar y salvaba las dos primeras bolas de ‘break’. En la tercera, con un error no forzado de derecha, regalaba un 5-3 que hacía que Djokovic cerrar el set por 6-3.

El escocés no tenía nada que perder, así que comenzó el cuarto set muy agresivo. Dispuso de una bola de ‘break’ que no consiguió materializar en el segundo juego e, instantes después, el balcánico cogía ventaja con una rotura (2-1). Fue el golpe definitivo de un Djokovic que caminaba con paso cada vez más firma hacia su sexto Grand Slam.

Murray ya daba el partido por perdido y volvía a ceder un servicio (4-1), mientras que Djokovic se veía levantando el título del primer Grand Slam del año por tercera vez consecutiva, algo que nadie conseguía desde que el torneo era el Campeonato de Australia. Pero Murray todavía dio algunos latigazos y tuvo un intento de reacción en el sexto juego, cuando dispuso de un 0-30 que Djokovic remontó para acabar cerrando el partido con un 6-2.

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