Mar 302012
 

El Athletic Club ha protagonizado una hazaña épica en Gelsenkirchen para darle la vuelta al partido y terminar goleando al Schalke 04 (2-4), con dobletes de Llorente para los vascos, y Raúl para los alemanes, en un triunfo a domicilio que deja a los de Marcelo Bielsa con un pie y medio en semifinales de la Europa League.

Si en la eliminatoria ante el Manchester United, los de Alex Ferguson le concedieron al equipo de Bielsa la posibilidad de desarrollar su mejor fútbol, el Schalke 04 resultó un rival más rocoso, trabajando a destajo en la destrucción y llegando al área de Iraizoz con peligro. El resultado fue un bonito espectáculo para el aficionado, con ambos contendientes buscando la meta contraria sin especular.

Debido a las numerosas ocasiones de las que ambas escuadras gozaron en los albores del envite, era cuestión de tiempo que comenzaran a caer los goles, tal como ocurrió a los 20 minutos de juego, cuando Fernando Llorente introdujo en la red un balón que lastimosamente no supo atajar Timo Hildebrand tras un disparo de primeras de Susaeta, precedido por una galopada de Óscar de Marcos por la banda izquierda. El primer golpe en Gelsenkirchen lo asestó el Athletic Club, aunque poco le duraría la alegría.

Sin tiempo para saborear el tanto, el conjunto español vio truncadas sus ilusiones cuando el eterno Raúl González Blanco materializaba el empate tras, como suele, sorprender y colarse entre dos zagueros rivales y con un toque sutil batir al cancerbero por un hueco imposible, aprovechando una buena combinación entre dos de los mejores jugadores alemanes, Farfán y Uchida.

El duelo entre los arietes españoles elevó la categoría del encuentro a niveles estratosféricos. A pesar de estar aquejado de molestias físicas, el ‘rey León’ volvió a demostrar el peligro que genera cuando la pelota llega a sus dominios. El ‘7’ del Schalke, convertido en un mediapunta capaz de robar, mandar, descargar el juego y asociarse con sus compañeros, aún tenía fuerzas para llegar al área bilbaína y amenazar a la zaga rival con sus maniobras de ‘cazagoles’.

RAÚL GONZÁLEZ NO ES SUFICIENTE PARA DERROTAR AL ATHLETIC
Tras el tiempo de descanso, Bielsa tuvo que introducir en el terreno de juego a Ibai Gómez en detrimento de Ander Herrera, sustitución que debido al corte de sendos jugadores supuso una pérdida en el dominio del esférico por parte del Athletic Club. Sin su arma más preciada durante esta temporada, los vascos comenzaron a verse acogotados en su área por el juego directo y sin dilaciones de los alemanes.

Un gol bien anulado a Huntelaar, un remate de cabeza de Papadopoulos y un violento disparo de Farfán desde fuera del área fueron la antesala del segundo gol del equipo ‘minero’, de nuevo obra de Raúl. El capitán del Schalke aprovechó un mal despeje de Amorebieta en una jugada embarullada en las inmediaciones del área bilbaína para enganchar una volea desde la frontal del área ante la que nada pudo hacer Iraizoz.

Apenas cinco minutos después, Raúl estuvo cerca de firmar un triplete tras mezclar las dos suertes que dejará para la posteridad, el ‘aguanís’ para zafarse de un defensa amagando el disparo, y la ‘cuchara’ para lanzar una vaselina que superó a Gorka Iraizoz pero que finalmente no entró por poco. Mientras, el Athletic asistía impávido e inerte ante el vendaval alemán, sin capacidad de reacción y visiblemente hastiado.

Cuando el equipo de Bielsa estaba siendo zarandeado por los ‘mineros’, emergió de nuevo la figura de Fernando Llorente para empatar el partido por medio de un saque de esquina en el que supo adelantarse a su par y conectar un testarazo incontestable que no sólo sirvió para empatar el partido sino para levantar el ánimo de sus compañeros, que a partir de ahí dieron un paso adelante.

En una de las arrancadas eléctricas del Athletic, Susaeta en una posición forzada conectó un disparo inocente que el sustituto de Hildebrand, Schober, emuló al meta titular para marrar incomprensiblemente y regalar un gol en bandeja de plata a De Marcos, que el navarro no desaprovechó, adelantando así a un equipo en el marcador por segunda vez en el transcurso de un partido que debe calificarse de oda al fútbol.

La calidad y vivacidad del encuentro se dejó notar en la recta final, donde Ibai sólo ante el guardameta, Huntelaar disparando al palo e Iraizoz sacando con la rodilla un gol a Raúl parecieron poner un broche de oro a un encuentro glorioso. Sin embargo, el árbitro pitó el final del partido tras un último gol de Muniain que supo esperar en el punto de penalti para introducir por la escuadra de Schober, certificar la victoria en Gelsenkirchen (2-4) y allanar el camino a semifinales.

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