Feb 202012
 

El Real Madrid ha conseguido en el Palau Sant Jordi su 23 Copa del Rey en un excelente partido en el que doblegaron al FC Barcelona Regal en un severo correctivo (74-91) aprovechando al límite sus armas, una velocidad endiablada y una defensa al límite, ante un Barça que intentó reaccionar, pero se vio incapaz.

Los blancos se tomaron la mejor revancha posible destronando al vigente bicampeón en su casa. Tras perder en Bilbao y en la pasada edición de Madrid, los blancos salieron a la pista con la lección aprendida y no dieron tregua a un Barça Regal que ha visto cómo perdía el título y la posibilidad de ser el ‘Rey de Copas’, título honorífico ahora en manos de los blancos.

El ritmo frenético de inicio de los blancos consiguió poner el partido en su guión deseado, corriendo en ataque aprovechando su mayor movilidad y, en defensa, poniendo manos siempre al límite de la falta. Les salió bien la jugada y no permitieron que el Barça Regal estuviera cómodo en ningún momento, ni siquiera cuando los de Pascual reaccionaron para ponerse a un punto en el tercer cuarto. Además, tiene mucho mérito anotar 91 puntos ante la mejor defensa de Europa.

No fue el día de los catalanes, abrumados por el acierto exterior del Real Madrid, que siempre contestaba los intentos de remontada. Genial Sergio Llull en la dirección y dinamitación del encuentro cuando lo creyó oportuno, con un punto para cada número de su dorsal (23), esta vez no fue suficiente para los blaugranas la inspiración en el tercer cuarto de Erazem Lorbek, demasiado sólo en ataque, pese al gran partido de Ndong (máximo anotador, con 19) y la mejor aportación de Navarro, si bien desde el tiro libre.

Laso movió bien el banquillo, puso a Llull a defender a Navarro e innovó con el cañonero Carroll como ‘1’ en muchas fases del partido. El norteamericano respondió, excelso en el último tramo del tercer periodo e inicio del último desde la línea de triple, y entre todos los blancos desquiciaron a un Barça para nada acostumbrado a verse tan abajo en el marcador y, sobre todo, a remontar para volver a caer en picado.

Y es que tras un buen esfuerzo por cerrar líneas atrás e impedir los tiros cómodos que encontraban con demasiada felicidad los madrileños, con una notable mejora de Ndong en ambos lados de la pista, los blaugranas fueron comiendo punto a punto la diferencia en el electrónico hasta el 51-52, pero pagaron el esfuerzo y el Madrid les castigó con un parcial de 5-12 para irse ocho arriba al final del tercer cuarto.

De estar dentro a quedar prácticamente fuera del partido, la moral de los blaugranas se vino abajo mientras que los jugadores del Real Madrid sufrieron el efecto contrario. Lejos de saberse campeones se mantuvieron centrados en el duelo, con la efectividad siempre alta, y evitaron que los blaugranas tuviera tiros cómodos en ataque y que enlazaran alguna jugada que les permitiera creer en sus opciones.

Gracias a ello la diferencia fue subiendo, llegando a los 17 puntos de diferencia al inicio de un último cuarto en el que el Madrid mostró su mejor versión y el Barça la peor, por lo menos, en lo que va de temporada. Ni pudo en el juego interior ni en el exterior, no pudo frenar a los veloces Llull, Sergio Rodríguez ni Carroll, por lo que les fue imposible romper con el maleficio del anfitrión. Ya sin nada en juego, tampoco pudieron maquillar el resultado, que llegó hasta los 20 puntos de margen blanco.

No hubo récords para el Barça, sólo desolación por, más que por la derrota, no poder batallar en la pista a un Real Madrid que consiguió la más dulce de las revanchas tras las dos finales anteriores. Con la victoria en Liga Endesa y la de esta tarde, el Madrid parece haber encontrado la vía hacia el triunfo, la ‘criptonita’, ante un Barça que les había endosado hasta entonces un balance muy contundente.

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