Nov 152011
 
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La selección de España Sub-21 ha goleado (3-0) a Suiza tras una primera mitad donde el combinado de Luis Milla, convertido en un auténtico vendaval ofensivo, ha anotado los tres goles, lo que le sirve a ‘la Rojita’ para reforzar el liderato de su grupo y poner tierra de por medio con los helvéticos, su máximo oponente en esta fase de clasificación.

En el Arcángel, los combinados Sub-21 de España y Suiza reeditaban la final del pasado Europeo, que finalmente se adjudicaron los de Luis Milla. En esta ocasión, el premio en juego era menor, pero nada desdeñable, el liderato del grupo 5 de la fase de clasificación que da acceso directo al Europeo de Israel que se disputará en 2013.

El partido no pudo arrancar mejor para los de Luis Milla, pues antes de completarse los diez primeros minutos, ‘la Rojita’ ya había perforado la meta de Bürki. Desde el flanco derecho, Isco mandó un balón a la otra banda, por donde entraba Planas, que se quedó sólo ante el portero rival. Lejos de cegarse con el gol, el lateral culé retrasó el cuero para que Muniain, a placer, adelantase a los españoles.

Desde que subiera el primer gol de España al luminoso, los campeones europeos de la categoría, dieron un auténtico recital de fútbol ofensivo. Rodrigo cabeceando en el área chica, Thiago gambeteando en el área suiza, o Romeu de jugada ensayada a saque de córner español, pudieron acrecentar la cuenta local.

Los suizos, inoperantes en el dominio del esférico, trataban de detener con faltas y juego brusco, el torrente desatado por los de Milla. En una de estas tarascadas, Daprelà cometió penalti sobre Montoya, que a la postre supuso el segundo tanto de la ‘Rojita’, después de que Thiago Alcántara, con una parsimoniosa tranquilidad, ejecutase la pena máxima.

Aún no había transcurrido la media hora inicial, y más allá del marcador, las sensaciones dejadas por los equipos sobre el césped, eran abismales. De hecho, antes del descanso, España aumentó la cuenta, tras un cabezazo inapelable de Bartra tras saque de esquina. Mientras, los helvéticos vieron cómo De Gea neutralizó las dos intentonas de las que dispusieron en el primer acto, en un tiro de falta y otro desde media distancia.

CON LA VICTORIA EN EL BOLSILLO, ESPAÑA SESTEÓ

De vuelta al terreno de juego, España bajó el pistón en ataque, y se dedicó a dominar, casi en monopolio, el esférico, con continuas triangulaciones de transición en la medular. En el lado opuesto, los de Pierluigi Tami apenas lograban conectar dos o tres pases, mucho menos aún, montar alguna andanada ofensiva.

Con el partido de cara, Luis Milla dio entrada al atlético Koke y a la última perla de ‘la Masía’, el extremo Isaac Cuenca. En una de las jugadas trenzadas por los vigentes campeones europeos en el filo del área rival, Isco picó el balón por encima de sus rivales, Muniaín recogió el regalo en el área pequeña, ‘pinchó’ la pelota, remató, y de no ser por los reflejos mostrados esta vez por Bürki, hubiera anotado un magistral tanto.

El choque, prácticamente resuelto desde el descanso, pasó por minutos anodinos, tediosos y carentes de emoción, con ambos contendientes más preocupados de no anotar un gol que de perforar la red rival. Con el pitido final del colegiado, España lograba una valiosa victoria, que le sirve para seguir invicta en esta fase de clasificación y para reforzar su primer puesto de grupo.

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