El FC Barcelona ha vencido por la mínima (0-1) en el estadio de Nuevo Los Cármenes frente a un Granada notable en defensa, pero nulo en ataque, en partido correspondiente a la décima jornada de la Liga BBVA, que se decidió merced a un único tanto de Xavi Hernádez de libre directo.
La mejor noticia para los culés fue los tres puntos que sumó tras el pitido final, ya que las sensaciones se encontraron muy lejos de su juego asociativo y de su mejor forma física. Mientras que el Granada perdió, de un modo digno, en un choque en el que finalizó con nueve jugadores, y que en todo momento, pudo dar un último susto al Barcelona.
El entrenador blaugrana Pep Guardiola sorprendió con su planteamiento inicial, sentando en el banquillo al asturiano David Villa, para darle la oportunidad de debutar en Liga a una nueva perla de ‘la Masía’, el atacante Isaac Cuenca, después de que el joven ya hubieses disputado algún minuto en Liga de Campeones.
El Barcelona, de vuelta al esquema del ‘4-3-3’ tras varios partidos lejos del Camp Nou actuando con tres defensas, ocupó el campo de un modo más racional. De este modo, en el cuarto de hora inicial, la posesión y las oportunidades de gol fueron para los blaugranas, frente a un Granada agazapado en su campo, cuya misión era la de salir a la contra.
Con un abrumador dominio del esférico, los culés iban cercando la meta de Roberto. Messi de maniobra personal, Xavi desde la frontal del área y Pedro de cabeza, comenzaron a probar los reflejos del arquero granadino. Mientras tanto, los atacantes nazaríes no eran capaces de jugar con criterio los pocos balones que lograban dominar.
Todo hacía presagiar un gol del Barcelona, que finalmente llegó en torno a la media hora de juego, tras una falta magistralmente ejecutada por Xavi. Hasta entonces, aunque los catalanes habían gozado de buenas ocasiones, su juego de ataque se antojó lento, horizontal y falto de mordiente, para abrir el cerrojazo propuesto por el técnico local Fabri.
El tanto de Xavi no varió ni un ápice el tipo de fútbol practicado por el Granada, consciente de que si se iba en busca del empate, la velocidad de los blaugranas podría darle más de un disgusto a Roberto. Con los locales más preocupados de defender que de atacar y con los visitantes con más posesión que peligro, se llegaría al descanso.
EL BARCELONA NO SUPO ANOTAR EL GOL DE LA TRANQUILIDAD
En la reanudación, el Granada decidió salir de la cueva y comenzar a transitar el campo del Barcelona. Cuando los locales estaban dispuestos a animar el choque, el árbitro expulsó por doble amarilla al centrocampista Jaime. Obviamente, esto derivó en una vuelta a los orígenes del Granada, que volvió a entregar el balón a su oponente y a encerrarse en su área.
Pese a poblar con zagueros las inmediaciones de la meta defendida por Roberto, el equipo de Fabri se mostró poco efectivo en las labores destructivas del juego rival. Buena prueba de ello es que hasta en dos ocasiones, por medio de Messi e Isaac Cuenca, los blaugranas gozaron de un ‘mano a mano’ frente al cancerbero nazarí, que no supieron resolver.
Las andanadas culés agitaron al público y al equipo local, que consciente de que se le acababan los minutos para rascar algún punto frente a un Barcelona poco entonado, decidió sumar más efectivos en sus contraataques. En una de las alegrías ofensivas que se permitieron los nazaríes en los últimos diez minutos del encuentro, el trencilla pitó, erróneamente, un fuera de juego a Geijo, cuando se plantaba solo frente a Valdés.
En los últimos minutos, el Granada intentó inquietar la portería de Víctor Valdés, aunque con un dibujo ciertamente deslavazado, con más ganas e ilusión que fútbol. Mientras que el Barcelona, que en otros encuentros con este guión, solía hacer añicos las zagas rivales que concedían espacios, no se mostró acertado en el último pase. Finalmente, victoria por la mínima para los ‘culés’ y derrota decente del Granada.
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