Abr 212021
 

Nos ha tocado vivir tiempos especialmente difíciles con la pandemia del coronavirus. La enfermedad que amenaza al mundo entero ha cambiado nuestra rutina diaria por completo y ha creado una sensación de malestar general bastante dolorosa. Muchos contagios, muchos que se han ido y muchas personas que sufren a diario el miedo de contagiarse con un virus que se ha propagado por prácticamente todo el planeta.

Mal escenario, pero uno del que poco a poco salimos. Aunque no sin dejar secuelas que, sobre todo, están afectando al sector sanitario. Los profesionales de la salud están sufriendo más que muchos todo lo que supone tratar a diario con pacientes y personas afectadas por esta enfermedad. Y eso está dejando una enorme y profunda huella en su salud mental.

La otra cara del COVID en el sector sanitario

Profesionales que trabajan más horas que nunca, que se topan con una situación de tensión constante y con un panorama laboral que no se lo pone nada fácil en ningún sentido. Puede resultar extraño, pero la pandemia no solo ha hecho que haya una demanda disparada de profesionales sanitarios y que surjan incontables desajustes en bolsas de empleo, también ha hecho que muchos se topen con los peores contratos que han tenido jamás en este sector.

La incertidumbre ya no solo forma parte de su actividad laboral,también forma parte de su futuro profesional. Este, y otros tantos factores son los que han disparado los sintomas de ansiedad y otros trastornos psicológicos dentro del sector. Una reciente investigación, fruto de 65 estudios elaborados en 21 países de todo el mundo, ha revelado que 1 de cada 5 profesionales sanitarios ha pasado por ansiedad, depresión o trastorno de estrés post traumático durante el último año.

Las estadísticas que arroja son preocupantes. Esa cifra es ejemplar, pero le siguen de cerca una tasa del 21,7% de casos de depresión, un 22,1% de ansiedad y un 21,5% de trastornos post traumáticos. Datos a nivel general que empeoran si se pone el punto de mira en Oriente Medio, donde las cifras rondan el 35%.

¿Tanta diferencia es con respecto a lo habitual? La situación es extraordinaria, y lo que está sucediendo en hospitales y centros de salud también es extraordinario. Según recoge la OMS, en tiempos prepandémicos, los números de casos eran tan solo de un 4% en cuanto a ansiedad y a depresión. Los casos se han quintuplicado a escala global, dejando muy claro que la pandemia no solo está afectando a nuestra salud física y mental, también está dañando, y seriamente, a quienes están ahí para cuidarnos.

Y, aunque la situación sea complicada, sí que se pueden tomar medidas para arreglar las cosas. De hecho, el mismo estudio ofrece diferentes mecanismos y soluciones con los que aportar un granito de arena que ayude a estos profesionales que no han dejado de estar al pie del cañón desde hace ya más de un año.

¿Es posible ayudar a los sanitarios?

Como decíamos antes, sí que hay recursos y mecanismos con los que poder ayudar a estos expertos. El aumento de estos trastornos mentales dentro del sector se debe, principalmente, a las continuas dificultades y turbulencias que está causando la pandemia en su día a día. El problema, no obstante, es que hay muchos aspectos que están influyendo en ellos. Factores tanto internos, del día a día, como externos, afectan a su salud mental llevándolos a ese riesgo que tanto está creciendo.

La principal recomendación de los especialistas pasa por dejar que los profesionales sanitarios se pronuncien. Escuchar a estos trabajadores y, sobre todo, satisfacer sus necesidades, es la clave para que las estadísticas se normalicen. Además, es algo que debe empezar a hacerse pronto, ya que la pandemia no apunta a desaparecer a corto plazo debido al lento ritmo de vacunación que se está observando a escala global y al continuo riesgo de nuevas olas de contagios.

Para los profesionales, se han dictado una serie de medidas que pueden ayudarles a reducir el riesgo de padecer estos problemas. Limitar la exposición a medios de comunicación, mantener el contacto con compañeros, preparar rutinas fuera del trabajo para desconectar, descansar en la medida de lo posible, tener cerca a familiares y seres queridos y otras tantas propuestas son idóneas para ellos. Asimismo, son prácticas que se aconseja que lleven a cabo para poder normalizar y tranquilizar sus vidas.

De cara a los pacientes también hay cierta responsabilidad. Evitar las presiones innecesarias, tratar de empatizar con los trabajadores y tratarlos con cierta cercanía ayudan mucho. Todo el mundo puede aportar su granito de arena, incluidas las instituciones, que tienen que volcarse más con este sector para ayudar a que su día a día sea más fácil. Entre todos, podemos salir de esto mejores, pero tenemos que sumar fuerzas todo lo posible.

Be Sociable, Share!
 Posted by at 16:18

Sorry, the comment form is closed at this time.