El sector de la hostelería y la cultura son de los sectores mas afectados por esta crisis ocasionada por el Coronavirus que parece no tener fin. Muchos son los negocios que con apenas unos años de vida se han visto obligados a bajar sus cierres de manera indefinida, y muchos otros, como plataformas de entretenimiento o juego como Retabet casino, se mantienen gracias a que el 100% de sus clientes llegan a través de internet, donde no se necesita ni cumplir estados de alarma ni distancias de seguridad, ni limites de aforo.
Pero ni los negocios más clásicos han podido salir a flote después del cierre durante meses, o las estrictas medidas de aforo, lo que hace que sea insostenible afrontar los gastos y de alguna manera echando el cierre a pequeños pedazos de historia con cada uno de estos cierres en cada comunidad.
Negocios históricos no pueden contra el Coronavirus y cierran sus puertas.
Muchos de los dueños de estos negocios centenarios que han logrado mantenerse en pie entre crisis económicas o una guerra civil generación tras generación se siente totalmente abandonados por los entes públicos, viendo insuficientes las ayudas y las medidas adaptadas para salvar sus centenarios negocios.
Precisamente con el único fin de hacerse oír, bajo el manifiesto de que “no son parte del problema, si no parte de la solución” los hosteleros y comerciantes durante las últimas semanas, se han manifestado en diferentes fechas por todo el país para reclamar medidas de apoyo en base a las restricciones en cuanto a los cierres horarios de sus negocios, solicitando ayudas excepcionales por cese de actividad, reducciones fiscales,
En cada concentración celebrada, donde cada manifestante, muchos en sus coches para no incumplir las medidas sanitarias, han hecho común un manifiesto que se lee en cada concentración al finalizar. En él, se respalda toda medida reivindicativa alrededor del país del pequeño comercio, se menciona la falta de oxigeno por la que muchos empresarios están pasando al no contar con ingresos suficientes, viéndose superados los gastos en impuestos en comparación a la entrada de ingresos, limitados por las restricciones desde que entrara el primer estado de alarma en marzo del año pasado. Así mismo, y a pesar de las perdidas en el caso de la hostelería, se han visto obligados a invertir en modificaciones en su negocio para cumplir con las normativas sanitarias pertinentes, para que en muchos casos se obligue a las pocas semanas a cerrar por completo como en el sector hostelero de Valencia y Barcelona. Por ello insisten que su esfuerzo por salir adelante sin ayudas no es suficiente para poder cumplir con salarios de trabajadores, pagos de proveedores y sobre todo los altos cargos fiscales que no san sido reducidos en base a las restricciones. Y es que, si en algo coinciden la mayoría de los pequeños comercios, centenarios o no, indiferentemente del sector al que pertenezcan es que, sin ayudas y oxigeno, están condenados al cierre.
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