May 042018
 

Este elemento del aspecto masculino tiene historia, tanto su presencia como su ausencia forman parte del estilo de cada periodo. En la antigua Mesopotamia se lucían largas barbas como signo de estatus social alto y en Egipto no se lucían pero cuando fallecía alguien cercano se guardaba el luto dejándola crecer hasta los 60 días. En la Grecia clásica la barba significaba posesión de sabiduría, por ejemplo, su presencia era común en muchos filósofos. I en la Antigua Roma, llevar el pelo y la barba largos era símbolo de viralidad. Grandes reyes de la Edad Media también la llevaban y después, en la época del Renacimiento (s.XVI) podemos ver ejemplos de barbas muy largas como el caso de Leonardo Da Vinci.

La presencia de vello facial en los hombres ha pasado a ser parte de su culto al cuerpo. La barba se lleva, o mejor dicho, se vuelve a llevar. Hace unos diez años renació el gusto por las barbas y se atribuía a personas de la nombrada tendencia “hipster”, un estilo bohemio asociado al arte alternativo y la música indie. Sus barbas destacaban por su voluminosidad y por formar parte de un conjunto de elementos propios de una indumentaria original, especial, extravagante, moderna…, como cada uno la quiera definir. Hoy en día, el arte por la barba abarca más allá del sector “hipster”, su regreso ha llegado pisando fuerte, acompañando a los hombres de nuestra sociedad, no importa la edad ni la profesión, se ha convertido en un elemento imprescindible en su carta de presentación. Y lo cierto es, que la barba de un hombre dice mucho de su personalidad.

Manual vs eléctrico

Esta opción estética cae en el debate entre la cuchilla o la máquina de afeitar eléctrica. Según el tipo de piel y el objetivo del acabado estará la decisión entre estas dos posibilidades. Los más puristas posiblemente elijan la primera (incluso la navaja), la cual ofrece un abanico amplio de modelos con distintas hojas que, junto con la espuma, culminará con el afeitado perfecto. Sin embargo, algunos apuestan por las máquinas eléctricas, una afeitadora facial que convierte esta tarea en algo más cómodo para muchos y evita, a veces, irritaciones en el rostro.

Las maquinillas tradicionales o cuchillas permiten realizar un afeitado más rasurado, para quienes no quieren lucir tanto un buen look de barba. En cambio, las máquinas eléctricas permiten graduar el tamaño de corte del pelo del vello facial (también corporal en algunas opciones). Con la cuchilla puedes proceder al afeitado de una forma rápida y completa pero te arriesgas a cortes e irritaciones de la piel. Para evitar o reducir ese riesgo,este método manual, requiere de crema o espuma de afeitar, en cambio, el eléctrico permite el afeitado en seco. Es cierto que las máquinas de afeitar eléctricas son menos ligeras que las maquinillas manuales, pero son portátiles y cada vez pesan menos, eso sí, requieren de baterías recargables o de enchufe. También tener en cuenta que las cuchillas son de precio más económico que las afeitadoras eléctricas y muchas son desechables u ofrecen la posibilidad de recambio del cabezal. Aún así, cada vez más, encontramos afeitadoras eléctricas para barba baratas o, mejor dicho, asequibles.

El afeitado perfecto

Actualmente, son muchas las máquinas eléctricas de afeitar disponibles en el mercado. Existe una gran variedad de modelos, de distinta potencia, con diferentes cabezales y con varios precios de adquisición.

Hay quienes consideran que para afeitarse con máquina eléctrica hace falta práctica. Si nunca has usado una, tendrás que tener paciencia al principio y leer bien sus instrucciones de uso y sobretodo, de cuidado y mantenimiento. Fijarte en las hojas de afeitar que estén limpias y en buen estado, sin pelos ni restos de geles u otros productos. Es muy importante también saber hacia donde crece el pelo de tu barba, en qué dirección, para poder mover la máquina de forma correcta por tu rostro y conseguir un resultado eficiente, teniendo en cuenta que se debe realizar en el sentido contrario a su crecimiento, es decir, afeitar a contrapelo. Hacerlo sin prisa para facilitar a la máquina que agarre el vello de forma correcta, y sin presionar demasiado para evitar irritaciones en la piel. Con el fin de proteger el cutis, es bueno preparar la piel antes del afeitado con algún producto, al igual que al final de la tarea proceder a un aftershave o bálsamo que hidrate y calme la posible irritación por fricción. Y para finalizar, muy importante limpiar bien la máquina según indique su manual y algunas veces lubricar bien sus piezas metálicas.

 

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