La palabra emprendimiento y, concretamente, la figura del emprendedor viene sonando con fuerza en los últimos años, quizá con el estallido de la crisis económica. A veces, se relaciona emprendimiento sólo con poner en marcha una – otro término ya consolidado – start up, pero parece que la gran mayoría se olvida de las franquicias. Por ejemplo, en Mail Boxes la opinión de los franquiciados, tal y como se puede ver en su web, es mayoritariamente positiva, y, a veces no se tiene en cuenta esta fórmula cuando se habla de abrir un negocio, de lanzarse a la aventura.
Si se busca en el diccionario de la Real Academia de la Lengua el significado de “emprender”, la primera acepción es: “Acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro”. Es cierto que muchos emprendedores cuando inician su actividad podrían correr serios peligros en la jungla del mundo de los negocios, búsqueda de clientes y puesta en marcha de productos o servicios, pero este peligro, que, preferimos llamar riesgo, a pesar de contradecir a la RAE, no se aleja demasiado del que se presenta para el franquiciado que decide abrir una tienda, un bar o un supermercado, aunque el apoyo al abrir una franquicia es mucho mayor.
Si volvemos a la RAE de nuevo para buscar la definición de franquicia, ésta se define como: “Concesión de derechos de explotación de un producto, actividad o nombre comercial, otorgada por una empresa a una o varias personas en una zona determinada”. Exacto, es una forma de emprender, con un riesgo más bajo del que tiene alguien que empieza de cero, pero el franquiciado también ha de buscar igualmente clientes para hacer viable su actividad.
Existen muchas personas que tienen un gran espíritu emprendedor, grandes dotes comerciales y predisposición a los negocios y que, sin embargo, no cuentan con una idea brillante o innovadora para poner en marcha su propia empresa de cero. Para ellos, elegir el modelo de franquicia puede ser una muy buena solución.
De acuerdo con el informe anual elaborado por la Asociación de Española de Franquiciadores (AEE), “La Franquicia en España 2017”, los sectores que lideran el mundo de las franquicias en nuestro país son el de la alimentación, los servicios y la moda, algo que, a todas luces, parece bastante evidente y podemos ver ejemplos en nuestro día a día. Sin embargo, existen otros sectores punteros que cada vez adquieren mayor relevancia: desde clínicas dentales, centros de depilación láser o gimnasios.
El secreto de que este emprendedor triunfe o no, no es otro que delimitar y acotar su campo de actuación, su conocimiento y sus gustos personales ya que, al principio, deberá ocuparse muy de cerca hasta que coja inercia. Elegir un sector o subsector en el que se sienta cómodo es ya avanzar gran parte del camino, conocer bien la marca, tener una imagen positiva de ella y ser capaz de generar sentido de pertenencia entre los clientes potenciales que deberán encontrarse, cuanto más cerca mejor de la zona en la que se decida abrir la actividad.
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