Mar 302011
 

Las preocupaciones sobre el suministro de componentes claves después del sismo y tsunami del 11 de marzo en Japón continuaron pesando el martes sobre el sector tecnológico.

La compañía con sede en Finlandia Elcoteq, que configura teléfonos móviles y decodificadores para muchas marcas mundiales, advirtió que se enfrenta a riesgos de volumen y rentabilidad a corto y mediano plazo a causa del desastre en Japón.

Elcoteq señaló que los clientes estaban preocupados por la distribución de piezas y podrían considerar que el problema va para largo.

«Algunos de nuestros clientes no sólo están preocupados para el segundo y el tercer trimestre, sino en que podría ser un problema a largo plazo», aseguró el presidente ejecutivo Jouni Hartikainen, añadiendo que el impacto todavía no era grave.

Elcoteq, que ha sido un proveedor clave para Nokia y el fabricante de la BlackBerry Research In Motion, todavía los enumera entre sus 10 mayores clientes. Otros clientes incluyen a Huawei , Philips, LG Electronics y Sony Ericsson.

Nokia, el mayor fabricante de teléfonos móviles en volumen a nivel mundial, advirtió la semana pasada que habría escasez de algunos de sus teléfonos debido al golpe que sufrió la cadena de suministro, pero el impacto sobre las ganancias sería limitado.

Los principales fabricantes de equipos de telecomunicaciones Ericsson y Alcatel-Lucent indicaron el 16 de marzo que el desastre probablemente afectaría a sus suministros, pero las empresas están luchando para medir el impacto.

El proveedor de productos online Ciena comentó el martes que el desastre ha tenido «poco o ningún impacto» sobre su cadena de suministro, ya que no todos los componentes provienen exclusivamente de Japón.

«Estamos controlando de cerca la situación y trabajando con nuestros proveedores para determinar qué impacto podría tener este desastre natural a largo plazo», dijo a Reuters Philippe Morin, vicepresidente de su división de productos a nivel mundial.

Pese a volver a abrir los puertos, el comercio marítimo ha estado en punto muerto en varias zonas del noreste de Japón, mientras que las compañías navieras desvían los buques lejos de la dañada planta nuclear de Fukushima ante los temores por la radiación.

Earl Lum, jefe de la firma de investigación EJL Wireless sobre equipos de telecomunicaciones y componentes, explicó que la logística sigue teniendo un problema importante «con el transporte desde la fábricas».

RIESGOS CLAVE

Varios analistas y firmas tecnológicas dicen que la escasez de resina BT -un material de plástico utilizado para hacer que el sustrato sobre el que se unen los procesadores cree un conjunto de chips- podría afectar directamente a los fabricantes de teléfonos inteligentes y a compañías de electrónica de consumo.

Aproximadamente el 80 por ciento de la resina BT se hace en Japón y las empresas tienden a tener sólo un proveedor, indicó Pierre Ferragu, analista del sector de equipos de telecomunicaciones en Sanford Bernstein.

Mitsubishi Gas Chemical, que suministra la mitad de la resina BT en todo el mundo según varias informaciones de medios de comunicación, ha cerrado dos plantas cerca de Fukushima.

La firma de investigación Ovum dijo que el terremoto podría tener un impacto directo sobre el mercado de las telecomunicaciones, donde las principales firmas son Finisar, Sumitomo Electric y JDS Uniphase, a pesar de que no se ha cuantificado aún el tamaño de la incidencia.

Las empresas japonesas generan de un 25 a un 30 por ciento de los ingresos sobre el mercado de 5,6 millones de dólares en este rubro, expresó el analista de Ovum Daryl Inniss.

Mucho más grande es el golpe que han sufrido los denominados componentes ópticos discretos – materiales que transforman señales eléctricas en ópticas -, claves para cualquier transmisión óptica, de los cuales aproximadamente un 75 por ciento se hacen en Japón, afirmó Inniss.

Empresas como Alcatel-Lucent y Ciena podrían verse afectadas por la escasez de componentes ópticos. Alcatel-Lucent espera obtener un 16 por ciento de los ingresos y un 10 por ciento del beneficio operacional para 2011 en equipos ópticos, según Goldman Sachs.

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