Miguel Brieve

MEMORIAS DE LA TIERRA, de Miguel Brieva

Artículo publicado en Faro de Vigo el 3 de Febrero de 2012

Diseccionando el planeta Tierra.

Miguel Brieva vuelve a estar de plena actualidad con la edición de “Memorias de la Tierra”, una radiografía de nuestra sociedad y sus miserias.

 

Miguel Brieva y la sonrisa congelada

Miguel Brieva es un autor sobradamente conocido. Su obra gráfica, crítica y ácida, se ha podido leer, y se lee, en diversos diarios nacionales (puedes especificar “en El País”, pero ejem… jeje…) y en revistas como “Rolling Stone” o “El Jueves”. Mondadori ha publicado obras previas del autor sevillano, como “Bienvenido al mundo: enciclopedia universal Clismón” o “Dinero”, donde su vena satírica ya dio muestras de sobrado talento. La misma Mondadori vuelve a apostar por él con un nuevo trabajo: “Memorias de la Tierra”, que recopila trabajos ya publicados en suplementos y revistas, añadiendo material inédito y un concepto unitario.
Exquisitamente editado, este libro se centra en la ecología y el futuro de nuestro planeta, tanto entendido como un ecosistema, como visto en tanto que espacio donde habita un sistema social, una comunidad, la humanidad, cuyo gobierno de sus asuntos y del destino del propio planeta no es observado con demasiada benevolencia. Brieva nos retrata, en fin, como anomalías perturbadoras, invasores de una Madre Tierra que nos observa desde la portada con un ojo fatigado, quizá derrotado. Mercantilismo, consumismo, egolatría, hedonismo, soberbia y mucha, mucha idiotez. Así nos reflejan estos retratos tan despiadados como, lo aceptaremos, veristas. Chistes gráficos que nos hacen pensar tras provocarnos la sonrisa, y desear un mundo diferente. Mejor.
En cuanto a lo formal, Brieva no se contenta con, simplemente, seleccionar y volver a reproducir viejos chistes de aquí y allá, ahora en un solo libro. Muy al contrario, con ese material realiza una historia única, pues cada viñeta, cada estampa, se supone ejemplo y recopilación para el estudio que sobre nosotros ha hecho un observador extraterrestre. El libro, así, se articula en nueve capítulos y un epílogo, y ofrece un motivo recurrente, una panorámica cósmica acongojante que va repitiéndose con leves cambios durante todo el libro. Un retrato del planeta Tierra y la Luna orbitando a su alrededor, una imagen silenciosa que expresa un mudo temor, un dolor interno. Brieva parece indicarnos que, por encima de los ejemplos de idiotez mental que suponen sus breves historias, está una víctima inocente, la propia Tierra, que sufre tanta tontería humana.
Miguel Brieva ha mencionado en algunas entrevistas a sus referentes. Jorodowsky, Pessoa, Moebius, Antonio Machado, Robert Crumb, Monty Python, El Rotoy mchos más, un caleidoscopio diverso para intentar ubicar a un autor único e indefinible. Su estilo evoca las ilustraciones publicitarias y su tono nos recuerda específicamente la publicidad de los cincuenta, con personajes de pose desenfadada y “correcta” recitando sus soberanas sandeces. Hay un perfeccionismo en la plasmación de escenarios, arquitecturas y otros trampantojos, pero con un pulso nervioso cercano al underground. Hay una pulcritud extraña en su factura que, unida al contexto vitriólico de su denuncia, resulta fascinante. No son cuestiones novedosas, pues Brieva nos lleva llamando la atención (sobre la vida y el mundo en general, y el mal camino por el que transitamos) más de una década, pero ahora nos demuestra que su estilete sigue, después de tantos años, perfectamente afilado.
Conclusión: “Memorias de la Tierra” pasa a ser ya uno de los libros a recordar de este 2012.

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