Mark Waid

DAREDEVIL: LA SONRISA DEL DIABLO, de Waid, Rivera y Martín

Artículo publicado en Faro de Vigo el 10 de Agosto

La sonrisa del superhéroe.

Daredevil, el héroe invidente, vuelve a estar de actualidad en el mundo del cómic con un libro de aventuras donde participan artistas españoles.

Últimamente los tebeos de superhéroes nos deparan alguna sorpresa, autores que se toman en serio su trabajo, que piensan que en un tebeo de veinte páginas se puede contar algo más que una sucesión de poses, diálogos huecos y espacios muertos. La moda de pensar (muy lucrativamente) que un tebeo mensual de 22 páginas grapadas es simplemente la prepublicación de un futurible tomo recopilatorio, convirtió estos artefactos pop de acción y aventuras en narraciones calmas, de planteamientos argumentales a medio plazo. Aburridas, en fin, si no se esperaba el lector a que todo ese material saliese, un año más tarde, en un lujoso tomo recopilatorio.

Pero los superhéroes fueron otra cosa, cuando los “edición de luxe” no existían. La revistilla de cómic con periodicidad mensual era el fin en sí mismo, y debía contener material suficiente para alegrar un mes a un chaval, darle material, acción, emoción, algo que merezca la pena leer y releer mientras no llega el mes siguiente con un nuevo episodio. La mejor virtud del nuevo guionista de “Daredevil”, el superhéroe ciego con sus otros sentidos superdesarrollados, no está en su originalidad sino en saber entender todo esto. Waid nos da tebeos mensuales que cuentan algo, y te deja la lectura en un impás emocionante deseando que llegue el mes que viene. Al menos si cuentas trece o catorce años, edad ideal para este “Daredevil: la sonrisa del diablo”.

Paolo Rivera diseccionando la acción. ¡Así sí!

Pero lo destacado en este libro (sí, un recopilatorio de tebeos mensuales) es sobre todo lo gráfico. Paolo Rivera propone un dibujo de línea clara pero naturalista, refinada, elegante, y unas páginas imaginativas en su composición. Pero en comparación con su compañero Marcos Martín (español como el magnífico colorista Javier Rodríguez, también implicado), esa imaginación se vuelve clasicismo de escuela de aprendiz. No porque las páginas de Rivera no sean preciosas e inventivas, sino porque lo de Martín no tiene nombre, es para darle de comer aparte. Su trabajo de investigación con la paginación, con la secuenciación (rota en mil pedazos), es asombroso. Rivaliza con los estetas del cómic alternativo y debería ser tomado como uno de los más imaginativos del panorama internacional. Y uno de los cinco o cuatro mejores dibujantes de superhéroes actuales.

Marcos Martín: jugando ¡Así sí!

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