Arnaud Boutle

ENTRE LAS SOMBRAS, de Arnaud Boutle

Recordando que se ha vivido.

El fin del mundo es un tema recurrente de la ciencia ficción, en diversas variables, del holocausto gore-zombi a la Romero, a la denuncia pacifista del falso documental. Los ejemplos podrían amontonarse y aún quedarían más por recordar. El caso es que “Entre las sombras” (Editorial Glenat), del francés Arnaud Boutle, se une a la moda. Porque es evidente que lo cataclísmico esté de moda, quizá desde el éxito descomunal de la novela “La carretera”, de Cormac McCarty, y no parece ceder, visto el éxito de la serie televisiva “The walking dead”. Pero frente a las visiones apocalípticas y futurescas, este cómic francés busca otra vía.

El protagonista de la historia es el único hombre que ha sobrevivido a un indeterminado holocausto. Al menos aparentemente: la ciudad en que reside es una solitaria tumba conquistada por la vegetación, al tiempo que un enorme buffet para el único ser vivo que la puebla. Ciudadano y supremo gobernante, pasea sus calles, saquea sus bibliotecas, pesca en su puerto, vive en sus edificios.

No hay acción trepidante ni actos de exasperación, sino una serena desesperanza por un pasado perdido. Y este es el punto más interesante de la obra. En el fondo, antes que del fin del mundo, Boutle nos habla de la memoria, del recuerdo y la necesidad del pasado para vivir con cordura cualquier presente y con esperanzas el futuro. Su héroe rememora con tristeza su infancia, su enamoramiento, sus ilusiones y fracasos, porque ya no le queda nada ni nadie con quien crear nuevos recuerdos. No enloquece, no desespera porque es consciente de haber tenido una vida.

Pese a caer varias veces en lugares demasiado comunes y en subrayados innecesarios, el empleo hábil del flash-back, el dibujo amable, delicado pero detallista, la narrativa fluida, con algún resbalón, pero generalmente elegante, hacen de este cómic una lectura que de un modo casi inadvertido se posa en el recuerdo y permanece, como una carta para un tercero que, leída a hurtadillas, nos emociona inesperadamente.

Artículo publicado en Faro de Vigo el 1 de Abril, ampliado para esta ocasión.

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