SER UN HOMBRE, CÓMO Y POR QUÉ, de Albert Monteys

Ser-un-hombre-Monteys-portadaEl humor, qué cosa tan maravillosa. El cómic de humor, qué cosa tan maravillosísima… hay un algo propio que este medio le otorga a lo de reírnos que lo hace colosal, que a mi juicio supera al género cuando viene practicado por otros artes. Es sutilmente distinto, solo equiparable con el humor gráfico (que en el fondo no deja de ser cómic, como un haiku no deja de ser poesía aunque diste mucho de las características de una oda épica). Es

EL DIBUJO

… combinado con la narrativa.
Por supuesto que con una película como «Arsénico por compasión» te ríes a gusto, como en una novela de Sharpe o en cualquier forma narrativa si hace buen humor, pero la capacidad humorística que posee el trazo del dibujo en sí mismo, trasladado a la capacidad discursiva de la historieta, hacen al cómic un lugar de poder para el humor. La elaboración humorística de un dibujo tiene algo potentísimo. ¿No es descacharante esta caricatura de Albert Monteys?

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Te ríes porque el mismo dibujo te hace reir, y porque su unión con el texto refuerza la humorada. La fuerza expresiva del dibujo unido a la palabra, eso es lo que tiene a palas Monteys, quien además tiene ese dibujo que me pierde: un dibujo que en sí mismo es humor a carcajadas. Es una apreciación personal, pero yo miro las viñetas, las expresiones que dibuja Monteys y ya comienzo a reírme.

Luego, caro, está lo que se cuenta, porque el autor tiene mucho discurso y siempre desde un humor certero, y ya no os digo en Ser un hombre, cómo y por qué, donde me he encontrado al mejor Monteys que recuerdo. Es este un tebeito lindo, grapado, cuidado por la editorial ¡Caramba! donde el autor clava su ironía en uno de los tópicos más poderosos de España, la de lo macho, el hombre hombrón, el machismo, en fin, que hay en una sociedad que no hace tanto no permitía a la mujer disponer libremente de los ahorros familiares.

Y lo borda en una serie de inspiradísimas andanadas de ideas vitriólicas, un personaje (El Sargento, macho-man que te cagas) y esa batería de recursos humorísticos que Monteys aplicaba en El Jueves y aplica en Orgullo y satisfacción, del cátálogo al test pasando por un desbordante «Mapa del sexo» que vale por un cómic entero, de descacharrante que resulta su lectura (mi lugar favorito del mapa, la «cúpula sagrada de la madre y la hermana»).

masculinidad

Mordaz, profundo entre tanto cachondeo, imaginativo y siempre brillante, esta autoproclamada «guía de luso de la testosterona» es otra perlita en el guardajoyas que es la escena actual del cómic español. Y de paso, aquí os podéis comprar lo nuevo de Monteys, ¡UNIVERSE! un tebeo on line del que terminaremos hablando por aquí, seguro.

 

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