CUADERNO DE FRASES ENCONTRADAS, de Juan Berrio

Artículo publicado en Faro de Vigo.

Encontrar frases para construir “no-historias”.

“Cuadernos de frases encontradas”, de Juan Berrio, es una obra esquiva, inclasificable y particular que habla de la vida entera, entre otras cosas.

berrio

Juan Berrio no es un recién llegado al mundo del cómic y la ilustración y su obra se puede rastrear desde los años noventa. Pero sin duda fue su primera novela gráfica, “Miércoles” (editorial Sins Entido), premio internacional de Fnac/Sins Entido de novela gráfica del año 2012, la que le dio renombre y actualidad en el mundo de la historieta más reciente.

Su nuevo proyecto es la recapitulación de un “work in progress” de varios años. Berrio es un observador de entornos al que gusta anotar frases o fragmentos de conversación al azar. Aquellas que le llaman la atención. Lo hace dibujando la escena. Y lo plasma en el blog http://juanberriofrases.blogspot.com.es/ Sigue haciéndolo, de hecho, pero también se ha decidido a recopilar estas polaroids de lápiz y papel en un libro, “Cuadernos de frases encontradas”.

La lectura de este libro, bien lineal y continuada, o bien a sorbos como quien consulta un libro de ilustraciones, o un diccionario, logra una nueva cohesión a estos dibujos. Porque al acumular estampas y darles carta de obra, indivisible, unitaria, ofrece ya no una mirada temporal a los encuentros callejeros del autor, sino una reflexiva mirada a nuestra sociedad. Por supuesto, la captura azarosa de fragmentos de frases no deja de arrojar también una mirada levemente surrealista a esta búsqueda del secreto de lo cotidiano, y ahí, en la colisión entre la realidad y la magia, encontramos la mayor virtud del libro.

Las escenas de transeúntes anónimos nos hablan de anhelos, relaciones, hijos, la vejez, el trabajo, el amor, la envidia, la enfermedad, la curiosidad… lo prosaico y lo profundo. No hay discurso, ni mensaje, ni conclusiones. No puede haberlo sobre un material tan fugaz. Bueno, sí que podría, pero sería un error que Berrio no comete. Él “pasaba por ahí” y lo transmite. Nos presenta las muchas piezas de un puzzle al que le falta todo, pero ordenadas en un libro son material suficiente para comprender una imagen final, la de esta España nuestra y que ya no guarda apenas relación con la que cantaba Cecilia. Un paisaje moderno, a veces desencantado, otras optimista. Variopinto, claro, no puede ser de otro modo.

Por otro lado hay que pararse en el Juan Berrio dibujante, su trazo de boceto espontáneo que recuerda a Dupuy y Berberian en el “Diario de un álbum” (alguna editorial debería rescatar esta magnífica novela gráfica, por cierto) o al Mazzuchelli más alternativo, consigue con unos pocos trazos plasmar gestos y expresiones con una exactitud remarcable (sobre todo en las fechas más avanzadas… Berrio mejora partiendo de un nivel ya excelente).

No podía ser de otro modo en una obra a veces cáustica, otras llena de empatía, siempre con la mordida de la curiosidad del autor-voyeur. Para reflejar la vida como viene, hay que ser muy buenos.

Cada dibujo se traduce al francés y al inglés, se data y se ubica en el lugar donde fue realizado. El libro es una lectura que atrapa, y está auto editado con esmero.

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