ROCKY, de Jaime Hernández

Artículo publicado en Faro de Vigo

Jaime Hernández, padre del cómic de autor.

El creador de “Locas” tenía una historia inédita en nuestro país, que ahora ve la luz en castellano.

              ROCKY

Spiegelman con “Maus”, Will Eisner con “Contrato con Dios”, Eddie Campbell con “Alec”…  muchos nombres merecen el honor que otorgamos a Jaime en el título. Incluso su hermano mayor Beto Hernández con “Palomar”. Pero no hay duda de que la obra de Jaime, ese culebrón “non-stop” sobre la vida cotidiana de dos chicas urbanas, que lleva desarrollando décadas, supone una de las cumbres del cómic autoral. Esas “Locas”, así como las historias del pueblo Palomar de Beto, se publican en la revista que ambos hermanos editan desde 1982: “Love and Rockets”. En el seno de dicho magazine escondió Jaime también las aventuras  inter-dimensionales, espaciales, delirantes y escapistas de Rocky, una post adolescente de raza negra que, con su robot Patoso, se dedicaba a viajar por el universo desde un agujero de gusano sito en el patio trasero. Historias cortitas, de tres a catorce páginas, que aparecían por la revista entre los años 1983 y 1986.

Ligereza argumental, espíritu blanco y aventuras sin complicaciones que, finalmente, se tiñen de cierta melancolía. Y de fondo, como quien no quiere la cosa, un retrato de juventud certero y matizado. Pero donde este “Rocky” (Fulgencio Pimentel Ediciones) gana puntos es en el privilegio de poder asistir, de una lectura, a la asombrosa evolución gráfica de Jaime. Si en la primera historias se revela un superdotado ilustrador, dejando unas páginas detallistas y vigorosas con apena veinticinco años, la cosa no hace sino mejorar, demostrando al lector que menos es más: se despoja de recursos gráficos superfluos, acentúa la sombra negra y el minimalismo. Y la capacidad para plasmar la expresividad corporal de sus personajes  pasa de lo asombroso en la primera historia a lo simplemente inalcanzable en un par de años.

Añadimos que esta edición es impecable, con su gran tamaño de página y una entrevista exclusiva. Si no conoces al autor, quizá este no sea aún tu libro (“La educación de Hoppey Glass”, por ejemplo, es un buen modo de conocer el universo cotidiano de Hernández), pero si te es familiar su obra, “Rocky” es, sencillamente, un tebeo indispensable, casi necesario.

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1 comentario Dejar comentario

  1. Totalmente de acuerdo. Gran obra y gran edición.
    Saludos.

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