remando al viento (sobre hundimientos sectoriales)

Hace unas semanas se levantó una polvareda descomunal ante un texto que el teórico Antonio Martín publicaba (en abierto) en su muro de Facebook. Reflejado en Entrecómics con el título de «Antonio Martín y la tormenta perfecta», la publicación en dicha web fue el ampli de un asunto que aún colea, aunque ya tibio.

Martín, que lleva una vida en el negocio, es alguien a atender y respetar. Con derecho a discrepar sobre su opinión, por supuesto.Sin embargo, ante el acaloramiento que provocó su escrito, uno se pregunta si los muchos intervinientes en los ochenta y pico comentarios en el post de Entrecómics lo conocen, lo han leído antes, o si simplemente se subieron al carro de un par de ideas para, otra vez, atacar el concepto «novela gráfica» desde todas sus posibles acepciones. Sea formato, corriente autoral, estrategia comercial o fórmula de éxito, lo genial para cierto vocerío es que el negocio se hunda con la ayuda/connivencia de la «ng»… idea por la que alguno se regocija. No entiendo estas actitudes, francamente.

 

Pero Martín no habla (o no solo, o no principalmente) de novelas gráficas. Del texto de Martín destacan dos ideas importantes que expongo con citas literales:

 

  • «la definitiva confirmación de la práctica destrución del escaso tejido industrial de este ramo editorial  [del cómic, claro]»
  • «Mientras tanto los teóricos más especulativos y que van de gurús no hacen sino maravillarse de lo bien que a sus ojos va todo (…) sin que dichos teóricos parezcan preocuparse por la otra realidad… La cara B, la del papel que juega hoy la historieta en una sociedad que se hunde día por día en la miseria»

En la segunda cita, los puntos suspensivos incluirían las referencias a la novela gráfica y que esos críticos piensen que el cómic español va bien. Que hay calidad. El negocio se hunde y la crítica mira a otra parte.

De estos dos puntos obvio por absurdo lo segundo. Es reduccionista: 1º, ¿ha leído Martín a todos los críticos que publicamos, durante un período de tiempo determinado y demostrable, para justificar tal aseveración? Y 2º: ¿es el papel del crítico de arte denunciar la situación industrial del sector, o analizar la calidad de las obras que se le pongan delante?

Dejo sin contestar lo segundo porque me interesa ir al tomate del asunto. ¿Se hunde la industria del tebeo español?

 

Lo primero y casi el punto final del tema, será evidenciar que a falta de datos oficiales nadie puede contestar esta pregunta. Por muy «dentro» que se esté, los dimes y diretes son eso. Claro que en este país arrasa la telebasura, pero con voces en corrales (por cualificados que sean) no podremos concluir si el sector está en recesión o se mantiene o qué. ¿Hay datos oficiales de ventas del último decenio para contrastar la REALIDAD y una evolución general del sector? Creo que no, pero no soy un estudioso estadista del tema. Si alguien los enlaza, genial, prometo un segundo post.

 

Dicho lo cual y pasando a otro pero (este más subjetivo quizá), yo puntualizo que si nos ponemos a hablar seriamente del sector, no hay una Industria del cómic, sino un producto, ese cómic, sobre cuya producción y/o venta trabajan diferentes empresas del mismo ramo. Son todas editoras de cómic, sí, pero creo que Apa-Apa y Panini se parecen en su modus operandi, en su producto ofertado, en su modelo empresarial, en su “target” y hasta diría que en sus aspiraciones muy, muy poco.

 

Por lo cual para valorar ese hundimiento habrá que establecer qué tipos de editoriales existen hoy en España, cuales son sus metas más allá de no cerrar, y si las cumplen. Puede haber una tormenta perfecta, sí. Si toda editorial, de Fulgencio Pimentel a Planeta de Agostini, se va al cuerno. Pero francamente, de suceder eso, creo que la cuestión excede lo comicográfico y apunta a la crisis general, y si acaso, por concretar, a la del sector cultural general. Si definimos que el hundimiento es global, ay, me pueden alinear en su bando.

Este país se hunde, lo gobierna una oligocracia que no valora el hecho cultural, tan de medio plazo, como algo necesario. Aquí no se valora el saber, sino el beber. El país perfecto combinará compulsivamente ambos infinitivos (chascarrillo, aplaudid con ruido). Pero seamos constructivos en medio de, esa sí que sí, la tormenta perfecta que es España. 1º, si queremos parar la acida, el pueblo debe tomar la calle. Es un proceso lento, y quizá está comenzando.

 

Y si preferimos fijarnos en el sector, bien, volvamos al juego de las diferencias. ¿Podemos comparar la edición de un Jim Woordring de la de el reseteo Marvel «Marvel Now!»? Lo dicho, no. Y sin embargo si bien cada universo es muy suyo, está claro que no debemos entenderlo como celosías herméticas. Lo mainstream alimenta a lo minoritario. Declaraba en los primeros noventa el líder de Pixies que en los sesenta con un grupo como el suyo (minoritario… al menos en 1990), sería un heroinómano muerto de hambre, pero que con la industria musical de su tiempo hasta bandas de sonido más agreste pueden permitirse vivir de su arte. Y bastante bien (hablaba de un buen coche y decenas de guitarras en su casa). Es visionario y sirve para todo sector. Para que Fulgencio edite más delicatessens de unos pocos cientos de ejemplares, debe haber un tejido poderoso, y otros “subsectores” de ese tejido tirarán con su producto para masas del todo que es el mundo del cómic. Supongo que esto lo ve todo el mundo e incluso que en cierto grado ya sucede, ¿no?

Pero el problema es que tras la crisis de los ochenta hasta hace, digamos, una década (larga), diría que la historieta se había atrincherado sobre todo (no al 100%, claro) en un target determinado, en una clientela muy específica como bote salvavidas (mayoritariamente varones postadolescentes que viven fantasías endogámicas de un modo muy especial, creando efecto «parroquia»). Esto no ha sucedido con igual intensidad en otros países donde ha triunfado otro modelo de historieta (Francia), o ha tenido muchísimo más éxito que aquí y ha generado un sector potente (el mainstream USA que abona al nuestro, claro, genera mucha pasta allí y sanea, aunque solo sea como excusa para la industria del cine). Aquí, sin tradición y con un hiato que actuó como un agujero negro en los noventa, lo que está sucediendo es un cambio de patrón. Se busca un nuevo lector desde unas editoriales, mientras otras, sin desatender a esta «tercera vía», se encargan de mantener el trigal que fue el pobre brote verde de la(s) industria(s) del cómic en esa década oscurísima. Mantenerlo como puede.

Este es el problema. Como dije al abrir, carezco de datos, pero la sensación que tengo es que este supuesto mainstream… intenta sobrevivir. Tanto como lo intenta Bang! o Entrecomicscomics. Pero Entrecomicscomics no tiene vocación de editorial generalista, intuyo. O van muy ciegos. Y sus miras deben ser muy diferentes a las de Panini. como las de Foehn son opuestas a las de RCA, en símil musical.

Y si el buey que “siempre” tiró del carro no es la solución, ¿cuál será?, ¿cómo salvar los platos? Personalmente creo que cuidando todo lo que hay.  Pero también cambiando cosas. Hay que estudiar el mercado (¿se hace o las «Mayors» se dedican a cacarear los «grandes eventos» de la compañía USA mainstream que van a publicar, siguiendo por tanto un modelo dictado por un grupo estadounidense? ¿Publican las pequeñas solo cosas que «a mí me gusta», o conciben y tienen presente un mercado propio, con su escala propia?). Hay que definir qué se puede hacer.

Y entender que «Industria», al estilo Bruguera, ya no habrá jamás, pero que puede haber un mercado. ¿Cuál es la técnica, retrotraerse, compactarse y no salir de la cueva, o disiparse y buscar con cautela nuevos clientes? Yo francamente no veo más salida que la segunda sin dejar de mimar al lector sectorial, que esto no es una guerra. Pero hay que cambiar actitudes, cultivar lectores expansivos, derrumbar celosías, abrir mentes, dejar de cultivar fandoms (sé que no será una idea muy popular, pero en serio, uno es lo que es, y yo desde los 19 años decidí que lo mismo me daba Simonson que Bourgeon que Jaime Hernández… solo me importa que me guste, no su “universo”) y sobre todo, sobre todo, sobre todo, promover nuevos lectores.

Para ello, las editoriales, aparte de estudios de mercado (que no dudo que los realicen, o al menos, deseo que los lleven haciendo muchos años), debe entender la promoción de un modo mucho más activo aún (aunque diría que se está mejorando, vía adelantos on line y servicios de prensa metódicos allí donde interesa estar, aparecer).

Y los modelos de distribución, en la era on-line, pueden ser también un objetivo (ver ¡Caramba! y Entrecomicscomics y su brillante “nueva vía”), y los formatos digitales, ojo ahí. Hablemos en diez años.

Y si hablamos de expandir, miremos a la infancia, porque sí, hay cosas, muchas, pero faltan muchas otras. Mamut es una línea deliciosa y recomendable, pero pese a ellos y otro buen puñado de propuestas, siento muy desatendido el mundo del niño pequeño. Por ejemplo, han hecho falta tres (¿o cuatro?) temporadas de “Hora de Aventura” para que alguien (Norma) se anime con su cómic [añadido post scriptum: me advierte y muy bien advertido Ces Piñol en Twitter que el tebeo original es reciente también, tontería en la que ni había pensado auqneu realmente lo sabía… por lo cual retráctome de este punto, claro ;)]. Y lo editarán en formato prestige gordo (me pareció por lo que he visto, igual no es eso exactamente), como un Prophet  o un Alan Moore más. a eso lo llamo, químicamente, disolución del soluto. No, hay que buscar formatos acordes a los críos. Aunque como “HdA” también gusta a papá, bueno, quizá sea una diana. Con todo, va en la línea: hay que interrelacionarse con el universo infantil, saber qué le está comiendo los ojos HOY (son volubles, vigilancia permanente). Yo no he encontrado tebeos de “Doraemon” porque se editó hace décadas en España. Hoy lo emiten Boing y Cartoon (y Tv33). Hoy hay lo que nunca hubo: canales 24 horas de dibus gratuitos. Esto hay que explotarlo. Hay cosas, lo sé (Batman, Teen Titans… hay cosas) pero… ¡MÁS! Diréis que ahí juegan derechos y tal. Pero hubo ocasiones perdidas, como la magnífica serie española Hero Kids. No hay cómic de Hero Kids.

Pero volvamos a los adultos. Otra cosa que está cambiando y creo, beneficia al sector, es la política de autores. Nueva concepción del autor, nuevo modo de negocio. Ceo que la comunión en vez del contrato estajanovista solo puede ser positiva, bien de un modo indirecto o directo

Y por último, ¿sabes qué? Que puedo equivocarme en cada argumento, por supuesto: no hay soluciones mágicas. La característica de todo emprendedor es que arriesga. Hoy meterte o mantenerte en el negocio de la edición de libros (cómic o no) es una aventura de final incierto. Hay que hacerlo afinando, y con MUCHAS ganas, hay que ser constructivo y positivo, pero a ver… no es telefonía móvil. La cosa está como está, y más en el sector libro. Por eso desde un blog uno solo puede dar opiniones al viento y cruzar dedos. Y pensar que, lo siento mucho, A. Martín, no te creo. Creo que se ha mejorado bastante en relación a los noventa. También creo que ahora y aquí España las pasa putas, y salvo empresas de telefonía móvil, sí, toda empresa es una aventura muy aciaga, ya ni te cuento del ramo. Pero creo que el nivel de los autores españoles hoy es artísticamente brutal y me gustaría que tuviesen dónde editar, y que lo tienen. Y que editan muy bien, añado. Y creo que hace un cuarto de siglo yo me compré los ladrillos de Cerebus en inglés porque estaba claro que jamás se editarían aquí. Y si te gusta Sandman, ahora lo tienes en tomos con cintita, y Power Paola lo edita Mondadori (¡MONDADORI!) y editoriales que salen de la nada publican cómics con un cuidado y una exquisitez que jamás vi en un Cairo o en un Rambla.

Así que algo bueno debieron haber hecho los editores en estos últimos diez años. Y por eso confío en que rescatarán al cómic de esta crisis. Que NO es del mundo del cómic, ni como arte (se ve que hay calidad, que cantaban aquellos) ni como negocio (aquí se hunde hasta la construcción, ¿no os habéis dado cuén? así que no lo dudo, afecta)

El fin del mundo nunca llega

PD, acabo de darme cuenta… evidentemente esta viñeta de Fantastic Four 50 (Lee, Kirby y Sinnot) es un chascarrillo general, el «bocazas como tú» de la Cosa NO va dirigido a NADIE. Ante todo aquí respetamos a todo el mundo (menos a Adolf Hitler, y a Sánchez Dragó).

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2 Comentarios Dejar comentario

  1. J. D. #

    Martín, tan mal acostumbrado como estaba el hombre en las grandes editoriales del país, donde pacía a su gusto, se ha visto (o ha visto a sus nuevos amigos de correrías) acorralado por las mismas políticas editoriales que él mismo pudo llevar a cabo y que tanto mal hizo a esta «industria» aparente, que no es industria ni es nada porque lo que pudo ser en su momento no fue debido a la estrategia de tierra quemada de cierta gran editorial con cierto jefe editorial… Ate usted cabos. Ahora, es probable, Martín reconoce la estrategia y, desesperado por los suyos, dispara contra todo el mundo, comenzando con los que él pueda considerar más débiles, esos escritores y dibujantes patrios con ínfulas de grandeza que pretenden destacar en el mercado con sus supuestas novelas gráficas, ¡habráse visto tal osadía! Y a buen seguro que demandaran unas condiciones abusivas al pobre y pequeño editor, ¡bellacos! ¿acaso piensan que tienen derechos? ¿qué será lo próximo, un sindicato? ¡bellacos, más que bellacos! Nótese la ironía…

    • Octavio B. #

      gracias por comentar, y bueno, quede constancia de que mi post NO es contra amrtín. ël opina, yo contraopino, con tranquilidad y más allá de la vorágine de comentarios y contracomentarios estériles.

      Yo no estoy de acuerdo con el papel que, creo, ha atribuido Antonio al crítico, hablando de gurús además. pero si se hunde o no, pues como digo, francamente no puedo saberlo, yo solo escribo sobre tebeos en prensa regional! pero la idea me da pie a razonar, analizar y ver cómo mejorar el patio, si se puede 😉

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