Frank Quitely

En Facebook, por jugar, estoy colgando imágenes de Quitely en celebración de su venida a Coruña en el salón de dentro de unos días. Por supuesto es un ilustrador espectacular, así que en Visado, intuyo que bajo el asombro natural de esos ejemplos me sugirireron que podía haber temita. Raudo como una bala me lancé al teclado para hablar de Frank Quitely, en términos muy generales y para lectores, evidentemente, no entendidos en la materia. Hablamos del día 20 de Julio.

El impacto tranquilo llegado de Escocia.

El ilustrador de superhéroes más importante de los últimos veinte años visita Galicia para el salón “Viñetas desde o Atlántico”, con una muestra de originales bajo el brazo, para reivindicar el papel del cómic comercial de calidad.

 

Vincent Deighan, más conocido en el mundo del cómic como Frank Quitely, será sin ninguna duda la estrella más rutilante de la ya cercana edición del salón coruñés «Viñetas desde o Atlántico» en un año de cartel prometedor. Autores del talle de José Domingo, Guéra, Pellejero, Homs y Bartolomé Seguí, o exposiciones como una dedicada a Son Goku, hacen de esta edición una cita notable. Pero disfrutar del arte y de la presencia del escocés Quitely es uno de los “guilty pleasures” más apetecibles para los aficionados al cómic.
Quitely comenzó a despuntar a finales de los ochenta con trabajos autoeditados y para pequeñas editoriales alternativas. Su estilo gráfico le irá abriendo puertas a partir de esos inicios, incluso en las editoriales y títulos más punteros. Por ejemplo en DC, para la que dibujaría en 1996 un alocado y denso «Flex Mentallo» salido de la imaginación de Grant Morrison (sin duda un escritor puntero en la industria de los superhéroes).
Pero la estrella de Quitely seguirá creciendo, tranquila como su nombre artístico hace ver, hasta lograr ilustrar alguno de los personajes de cómic más famosos de la historia. Los X-Men, Batman e incluso Superman, han pasado por su fascinante lápiz. O cosas tan curiosas como ilustraciones para la franquicia Star Wars. Entonces ¿Cuál es el secreto del éxito de Quitely? La respuesta es sencilla: cuestión de estilo. Desarrollarla, más complejo. El dibujo del escocés es un elemento definitorio ya en sí mismo. Un cruce, a priori imposible, entre el “comix undeground”, los grandes autores de superhéroes y el estilizado espíritu de la historieta europea. Tiene esa impronta sucia, salvaje, de lo contracultural, pero inmersa en un acabado voluptuoso a lo Richard Corben. Y el preciosismo y elegancias de la escuela franco belga no le es ajena: Moebius, o Hermann, el autor del western «Jeremiah», son un claro referente. Pero más allá de ser un mero aglutinante de opuestos, con esas especias tan diversas ha cocido una poción única, un espectáculo visual que, y esto es lo mejor, no esconde carencias de narrador, aspecto en que amalgama igualmente influencias tan diversas como la espectacularidad del mejor cómic de superhéroes y las dinámicas de Katsuhiro Otomo, el autor de Akira.

Sí: los cómics de Quitely son perfectos manuales de planificación y secuenciación y en no pocas ocasiones esa habilidad como narrador es capaz de esgrimir impactantes soluciones. Su atrevimiento formal, digamos, no está tan lejos del de los francotiradores del cómic alternativo o la novela gráfica, pero en el caso de Quitely se atreve a experimentar con el material más comercial. Como Jim Steranko («Capitán América», «Atmósfera cero»…). Pero esa posición peligrosa, la del autor de referencia que ya ha hecho escuela, es la que no pocas veces debilita a los genios. No es el caso: los últimos trabajos de Quitely, como su remozada versión de Batman, pueden aquejarse de cierta premura, pero jamás ser tildadas de torpes. Y sus futuros proyectos, como “Jupiter’s Children” (sobre una misteriosa búsqueda que comienza en 1920) parece que van a dar nuevas alegrías al lector.

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5 Comentarios Dejar comentario

  1. Interesante artículo. Quitely es un grande y toda atención que reciba me parecerá poca.

    Eso sí, no acabo de entender lo de «cierta premura» en relación al «Batman y Robin» realizado junto a Morrison. Evidentemente no dispuso de tanto tiempo como en el caso de «All Star Superman»… Pero me parecen tres tebeazos en los que Quitely se sale en la secuenciación de las escenas de acción, en la utilización creativa de las casi siempre desaprovechadas onomatopeyas, en el diseño de los integrantes del Cirque du Freak y en el lenguaje corporal de los protagonistas puesto en relación con su caracterización psicológica (parece una cuestión menor, pero hace verosímil que sea Dick y no Bruce quien se oculta bajo el manto del murciélago, y dibuja a Damian como el niño de 10 años que es. Esta imagen lo dice todo).

    Creo que es algo que sucede en general con todo proyecto no unitario en el que ha participado Quitely: se valoran en su justa medida tebeazos como «Flex Mentallo», «We3» -que creo ha marcado un punto de inflexión brutal en su dominio narrativo- y «All Star Superman»… y coincido en señalarlos como sus mejores trabajos. Pero durante su paso por «New X-Men», «Batman and Robin», «Los Invisibles» e incluso «JLA: Tierra 2» (que aunque independiente, se tiende a englobar como parte de la etapa de Morrison al frente de «JLA») ha firmado páginas y secuencias sencillamente brillates.

    ¡Qué ganas de que llegue el Viñetas para ver su expo!

    Un saludo, Octavio.

    • Octavio B. #

      para mí esa premura se traduce no en secuencia o puesta de página sino en el dibujo, que pierde puntos (dentro de un orden, claro) frente a obras anteriores.

  2. Sí, parece que la tuya no es una opinión compartida por bastante gente… pero la verdad es que no acabo de entenderla. Creo que tiene mucho que ver la necesidad de adaptarse al tono de cada obra: la inmediatamente precedente fue «All Star Superman», que por momentos requirió un tono «majestuoso» y en la que invirtió un tiempo que no se puede permitir con frecuencia. También es cierto que en «Batman and Robin» se tuvo que adaptar al ritmo de una publicación mensual. Pero no veo cambios significativos en cuanto al nivel del acabado respecto a otros trabajos (opiniones, gustos, colores…).

  3. (Quería decir «la tuya es una opinión compartida por bastante gente»).

    • Octavio B. #

      yo simplemente lo ví y duje, «joder, esto rechina» cosa que no me ha pasado ahora con la muuuy anterior Mentallo, por ejemplo. Tampoco leí más que el nº 1, y ojeé el 2 en tienda y ya me decidí a pasar… pero eso

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