CEREBUS: IGLESIA Y ESTADO I, de Dave Sim

artículo publicado en faro de Vigo el 6 de Julio de 2011.

¿Un cerdo hormiguero Papa?

Cerebus”, de Dave Sim, es una saga fantástica enormemente personal en tanto que materializa la voluntad de su autor: hacer una serie que durante treinta años nos cuente la vida de un extraño animalejo antropomórfico. De oríngenes paródicos (nacido como burla/homenaje de Conan el bárbaro), comenzó en 1977 y concluyó en 2004. En sus historias Cerebus alcanzará el poder político en el libro “Alta Sociedad” (editado por Ponent Mon el año pasado) y ahora el religioso. Y en el mundo de fantasía heróica de Cerebus esto supone alcanzar un poder absoluto, espiritual y temporal. Por tanto, respondiendo al interrogante del título, sí, en el universo estrafalario y esperpéntico de Sim un cerdo hormiguero puede ser Papa de la Iglesia (de una religión inventada, claro).

A partir de esta premisa se desarrolla”Cerebus: Iglesia y estado”, una extensísima historia en dos partes que alcanzará las 1200 páginas divididas en dos volúmenes. Acaba de salir el primero (excelentemente editado, también por Ponent Mon), y dada su densidad, imaginar que podría tardarse un año en ver editado el segundo tomo no debería preocuparnos: “Iglesia y Estado” pide una lectura atenta, a breves e intensos sorbos. El primer tomo se divide en un total de cuarenta y cinco capítulos. Los atracones, en fin, están desaconsejados, mientras que la lectura tranquila revela las virtudes de una saga compleja, crítica con la sociedad actual (reflejo de los mecanismos del poder y sus miserias), de magníficos diálogos, con bastantes referencias a la cultura de masas y al frikismo puro y duro (por sus páginas desfilan desde parodias de Lobezno a trasuntos de Groucho Marx) y técnicamente inventiva, caprichosa y juguetona en la búsqueda de recursos para narrar.

Además, la incorporación de Gerhard para dibujar fondos incrementa el nivel de exquisitez gráfica de la saga, por lo que estamos ante uno de los momentos cumbre de “Cerebus”, un cómic quizá no apto para todos los paladares pero que también es capaz de rendir sin mesura al lector que entra en su mundo.

Adenda: este Cerebus me pareció, en efecto, de lo mejor de la saga (tanto este como el siguiente, que cierra el arcó «papal»), y en su relectura (que acometo ahora en castellano, como digo en el texto, poco a poco, a sorbitos… otro modo es francamente indigesto, opino) estoy disfrutando de sus extravagancias, que aún no han alcanzado los niveles impenetrables a los que llegará, veremos si también alcanzamos su fase «desvarío total» en la edición de Ponent Mon. Por tanto, habida cuenta de que Cerebus suscita antes controversia que unanimidad, yo la recomiendo, aunque reconociendo que es plato de pesada digestión y puede no ser del gusto de todos.

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