ALEC, de Eddie Campbell

La edición integral de “Alec”, del británico Eddie Campbell, es un punto de partida ideal para hablar de una figura capital en la historia del cómic independiente.

Si aceptamos la convención generalizada de que la novela gráfica actual tiende a los temas personales, la biografía sincera y a potenciar el “Yo” autoral del creador de historietas, la figura de Eddie Campbell se revela como una de las más importantes e influyentes en el devenir de la historieta moderna. En este sentido hay que citar su blog (“The fate of the artist”), donde ha publicado un ya famoso (cachondo y controvertido) “manifiesto de la novela gráfica” en el que, con ironía y tino, define lo que sería dicho fenómeno. Como autor de historietas, Campbell es conocido sobre todo por haber ilustrado “From Hell”, el cómic escrito por Alan Moore en que se basó la película sobre Jack el Destripador protagonizada por Johnny Depp en 2001. No obstante, restringir a este logro la carrera del autor escocés sería injusto.

Aunque ha catado las mieles del éxito comercial (no solo con “From Hell” sino coqueteando con la poderosa DC Cómics, por ejemplo), Campbell es paradigma del autor independiente, con obras como “Bacchus”, iniciada en 1987, que sería su versión de los superhéroes (culta, cargada de humor) a través de las andanzas del Dios del vino griego por el siglo XX. Y sobre todo, cabe señalarlo como dijimos, en tanto que precursor del cómic alternativo, la novela gráfica contemporánea y el género biográfico, gracias a la serie que aquí no socupa: “Alec”. Alec MacGarry es el “sosias” del propio autor. Y en las historias de Alec se cuenta la propia vida de Campbell (filtrada por el natural proceso depurativo que es todo trabajo narrativo, sea cómic, novela o cine). Como antes Harvey Peckar o Robert Crumb, el autor escocés sólo quiere contarnos su visión del mundo a través de sus vivencias cotidianas (y quizá de la fabulación personal sobre esas vivencias). Se trata, claro, de un “work in progress”; la obra de una vida en sorbos más o menos cortos, que abarca un período de más de veinte años (y que Astiberri brinda en una magnífica integral de dos gruesos volúmenes: “Alec 1; cómo ser artista”, y “Alec 2; la musa muerta”).
¿Hablamos de un argumento para “Alec”? Mejor, hablaremos de un fluir de experiencias, una evolución personal y mucha reflexión, implícita o explícita en sus viñetas, sobre la vida y el crecimiento personal. La esencia de la felicidad, la amistad, los problemas, el arte, el oficio del cómic, por supuesto, y también, porque así es la vida de Eddie Campbell, las chicas y las cervezas entre colegas ante la barra del pub. Todo contado con un estilo de dibujo en blanco y negro realista pero fresco y espontáneo, otro signo precursor de una línea habitual dentro del cómic de hoy. “Alec” es denso, literario, jocoso, es un cómic que una vez se acepta el reto de su lectura, puede adherirse al lector como lo hacen los buenos amigos, esos que no te dejan marchar sin tomarnos la última, para hablar de la vida y arreglar el mundo juntos.
La edición de “Alec”, por cierto, merece ser completada con otro trabajo del autor, editado por la propia Astiberri en 2010: “El destino del artista”, perfecto colofón a este necesario díptico biográfico.

Artículo publicado en Faro de Vigo el 21 de Enero de 2011 (como siempre en mis artículos de prensa, divulgativo y destinado a un lector qeu no es necesariamente conocedor del mundillo del cómic)
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2 Comentarios Dejar comentario

  1. Me interesa,
    😉

  2. Bonita bonita esta casa nueva que se ha comprado usted. Llamaremos a su puerta a menudo 🙂

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