Mayo florido, de empleos

Nos contaban en los colegios a los niños de la enciclopedia Alvarez, décadas antes de que naciera la generación EGB, que mayo era el mes de las flores, el mes de María. Venid y vamos todos… Mayo de 2013, si no ha sido el mes de las flores, sí el de los brotes verdes, pocos e incipientes es verdad, pero al fin y al cabo brotes en el árido campo del mundo laboral. En un terreno yermo y resquebrajado por la ausencia de lluvia de puestos de trabajo, se ven algunas briznas dispersas que empiezan a cambiar la fisonomía del paisaje, y es normal que suframos una especie de sobredosis de optimismo, de bendita esperanza.

El florido mes de mayo rebajó en 8.470 el número de parados en la Comunidad de Madrid, y eso nos alienta, nos reconforta, porque cuando la situación se torna caótica, desesperante para muchas familias, el mínimo atisbo de reactivación nos parece una noticia de portada. No es menester lanzar las campanas al vuelo, pero sí aferrarnos al tañido susurrante que nos despierta del silente letargo del desempleo.

Si a estas buenas cifras del pasado mes le unimos la activación del Plan de Empleo de la Comunidad, tenemos datos para la esperanza. Para remontar el vuelo de la economía nacional, es preciso también que las Comunidades pongan en marcha políticas activas de empleo. Madrid está en ello, en el buen camino. Las empresas que contraten a jóvenes y a mayores de 45 años, tendrán un incentivo económico por trabajador contratado. Eso sí que es ir al grano del problema y no andarse con rodeos filosóficos o tecnicistas. El paro tiene dos semilleros fundamentales: el de los jóvenes, cuyo nivel de desempleo supera el 50 por ciento, y el de los parados de más de 45 años, que son los que tienen mayores dificultades para reinsertarse en el mercado laboral. Con políticas de esta naturaleza, quizá vivamos más mayos floridos en los próximos meses. Por derrochar optimismo, que no quede.

Be Sociable, Share!

Tags: ,

Comments are closed.