Cataluña, sí; Madrid, no

Si no quieres caldo, toma dos tazas. Nuevo guantazo de Zapatero a Madrid en presencia de Artur Mas. Más de lo mismo; es decir, más agravio, más desprecio, más dosis de la misma medicina de indiferencia; más para Mas, menos para Aguirre y Gallardón. El presidente del gobierno de España recibe en la Moncloa al president de la Generalitat de Cataluña, que en contra de lo que hacen otros presidentes autonómicos, no le lleva ni anchoas, ni butifarra. No le lleva nada, porque lo que va es a pedir, a llevarse lo que pueda.

El prólogo del encuentro indica que hay que llorar y lamentarse de cómo le ha dejado de famélicas las arcas públicas su antecesor, José Montilla, a la sazón compañero de partido de Zapatero, para a partir de ese momento, empezar a pedir hasta no parar, sin contarse un pelo, porque si la pela era la pela, ahora el euro es el euro. Mas pide permiso para que Cataluña pueda engordar su deuda; que se desbloqueen 759 millones de euros para infraestructuras pendientes desde 2008, voz y voto en la privatización del aeropuerto del Prat y… quién sabe cuánto más.

A Artur Mas se le da manga ancha; a Madrid, ración de embudo. Mientras Zapatero permite a Cataluña engordar su deuda, al Ayuntamiento de Madrid se le prohíbe refinanciarla y a la Comunidad madrileña se le niega el pan y la sal de las inversiones estatales y se le pone una lupa gigantesca para vigilar el gasto, aún siendo la Comunidad que más ha rebajado ese gasto en los últimos años. Zapatero es injusto con Madrid y un desaprensivo político con los madrileños, a los que castiga con su indiferencia o su agravio comparativo por haber votado mayoritariamente el PP. Y eso en política es una ignominia intolerable.

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1 comment

  1. A pesar de las reacciones anticatalanas que se han suscitado en todo el territorio español a raíz del viaje de Mas a Madrid, la gente mínimamente leída recuerda perfectamente lo que decían las balanzas fiscales interterritoriales hechas públicas por el Gobierno después de lustros de reclamaciones catalanas: A resultas de ello podemos afirmar que no es lo mismo la deuda que puedan tener Baleares, Madrid, Cataluña o Valencia, contribuyentes netas a que eso que hoy conocemos por España funcione, que la que tienen otras regiones que no contribuyen, que cobran, o que son auténticas orgías fiscales como Asturias o Andalucía.
    Recordemos que según esa información OFICIAL y por lo tanto indiscutible, la diferencia entre las aportaciones por vía contributiva al Estado español y el retorno en inversiones realizadas y servicios prestados, en Cataluña representan una sangría A-NU-AL de 22.000 M de €. (ventidosmil millones de euros, cada año).
    Por otra parte, decir que Cataluña viene a pedir equivale a reconocer que no se tiene ni la más remota idea de lo que se está cociendo hoy en día en el «nordeste».
    Cataluña ya nunca mas vendrá ni a pedir ni a quejarse. Cataluña exige. Cataluña ataca. Cataluña ya no se quiere explicar al resto de España, porque ya le da igual si la entienden o no, y lo que quiere es preguntar: ¿Que sacamos si seguimos perteneciendo a España?
    La inmensa mayoría de catalanes tenemos clara la respuesta, y con escenificaciones como el viaje a Madrid, y las muy predecibles histerias resultantes, trabajamos para dejarla más evidente si cabe a los pocos catalanes que aún dudan. Convertidos de última hora, como el eminente jurista y notario, tertuliano habitual en Catalunya, Sr López Burniol, el mismísimo expresidente Sr. Jordi Pujol, o el Sr. Manuel Milián Mestre, ex-mano derecha de Fraga en Cataluña, ya se declaran públicamente como independentistas, y la fiesta continúa.
    Al final, con artículos desenvueltamente xenófobos como el suyo, donde tira de tópicos sin manías, invadiendo todos los medios españoles, aún tendremos que darles las gracias por animarnos a irnos de una vez.