Teruel

Axiomas para ciclistas

Hemos cruzado el Leitzaran, la Valdorba, las Bardenas, el Ebro hasta Zaragoza, el Campo de Belchite, el Bajo Martín, el Bajo Aragón y Matarraña, confirmando durante cinco días esta ley universal para los ciclistas:

Un nativo me ha comentado que ya hace falta mala suerte para bajar por el valle del Ebro «en la decena y media de días al año en que sopla el bochorno (sureste), con lo redondo que se pedalea empujado por el cierzo». Se me ocurría un remedio infalible: dar media vuelta y pedalear Ebro arriba hacia Tudela; en ese mismo instante habría empezado a soplar el habitual y poderoso cierzo desde el noroeste. También es un axioma del ciclismo: a la ida, viento de cara; a la vuelta, viento de frente.

Así se crean las deformaciones del viajero en bicicleta. Se encuentra con el castillo gótico de Valderrobres, Teruel, y piensa: por fin un tramo protegido del maldito viento en contra de los últimos cuatro días, qué alivio de cincuenta metros, viva el arzobispo, más grande lo tenía que haber mandau hacer.

 

La próxima semana descansaremos unos días. Aprovecharé para escribir aquí alguna historieta y para contaros el recorrido que hemos seguido desde Donostia hasta -ojalá- el Mediterráneo, primer bloque de este viaje que seguirá por Cerdeña -ojalá, ojalá-.

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Escribo con los veinte dedos.
Kazetari alderraia naiz
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