Los confundidos escriben historias para que otros opinen

Juan Villoro habla con su amigo Frank, su crítico amigo Frank.

“Le hablé de mi alma dividida, de mi patológico e inútil afán de concordia, y recordé una frase de un periodista de la antigua Yugoslavia: ‘Lo más extraño de Milosevic es que nunca se sintió culpable; en cambio, yo me siento culpable de todo’. Los tiranos duermen con tranquilidad, sedados por la mentira que se asignaron y que custodia un ejército. En cambio, el narrador se desvela para interrogar el mundo; depende de las preguntas, no de las certezas, hasta que un día amanece en un territorio de opiniones sin fisuras: el matiz, la posposición, el raro privilegio de aceptar que el otro está en lo cierto, desaparecen en ese panorama del todo o la nada, el blanco y el negro (…).

«Peter Handke valora el privilegio moral de quien se agota de sí mismo  y suspende sus creencias en espera de que se le ocurra algo distinto. El papel del escritor consiste en preguntar para que otros respondan. Esta postura estimula la fecundidad estética. Curiosamente, al dejar el lápiz en reposo y observar la realidad, Handke decidió apoyar al genocida Milosevic. El novelista actuó como si no se hubiera leído a sí mismo. La conciencia es un producto sin garantía (…).

«Cada vez que debo opinar sobre un tema del que no estoy seguro, me castigo imaginándome en París ante el proyecto de la Torre Eiffel. ¿Qué habría dicho de ese vértigo de hierro? Aunque el asunto ya fue resuelto sin mi ayuda, recupero ese momento crucial del urbanismo y me encaro con honestidad: ¿a qué opinión me habrían llevado mis gustos, mis lecturas, mi pretendida sensatez? Confieso sin tapujos que la idea de construir la Torre me hubiera parecido horrorosa. Me imagino firmando desplegados, escribiendo textos satíricos,  asistiendo a reuniones contra el adefesio. Lo más grave es que habría cometido cada uno de esos errores creyendo salvar a mi ciudad (cuando  pienso en eso, soy parisino de varias generaciones). Escribo esto en 2006 y sé que la Torre es un triunfo de la audacia. ‘Tour Eiffel / Guitare du ciel’, cantó Huidobro. Sin embargo, cada vez que me sitúo en la época, rechazo la prepotente elevación de esa chatarra. El asunto me deja bastante deprimido. Si hubiera fallado entonces, ¿no estaré fallando ante todo lo demás? (…)

[Le responde su amigo Frank:]

«-¿Sabes qué es lo peor que podría pasarte? –hizo una pausa para que yo pensara en ir a Irak o en concursar en Bailando por un sueño. Luego dijo: -Dejar de sentirte culpable. Es lo único que sabes hacer. Tus culpas son historias –iba a contestar algo pero me atajó-. Opinar no es lo tuyo: los confundidos escriben historias para que los demás opinen”.

 Juan Villoro. ¿Hay vida en la tierra?

Etiquetas:

votar

2 Comentarios Dejar comentario

  1. Ze polita 🙂

    • Ander Izagirre #

      Kontsolagarria.

Escribe tu correo:

Delivered by FeedBurner



Escribo con los veinte dedos.
Kazetari alderraia naiz
(Más sobre mí)