¿Es buena idea la colaboración con los mineritos?

Al divulgar la noticia de que hemos cubierto los gastos de la Escuela Robertito, me preguntan en Twitter: “¿No creéis que le estáis quitando trabajo al Gobierno?”.

Es una crítica razonable. Ahora hablo solo en mi nombre, pero las dudas sobre un proyecto de colaboración de este tipo, sobre los riesgos del asistencialismo, nos las planteamos Eider, Dani y yo desde el principio, nos las seguimos planteando, tenemos algunas inseguridades sobre cuál es la mejor manera de hacer algo valioso sin fomentar dependencias ni colaboraciones viciadas… pero tenemos la convicción de que tomamos una decisión correcta, que la idea es buena, y que incluso merece la pena pediros ayuda a amigos y conocidos. De todos modos, me parece muy interesante plantear la cuestión: ¿es buena idea organizar una ayuda como la que hemos montado para la escuela de los niños y las niñas de las minas de Potosí?

Vamos por partes. ¿Qué hace el Gobierno boliviano, que debería ser el principal responsable, con el asunto del trabajo infantil minero? Lo conté en el reportaje ‘Mineritos’: nada o casi nada. Entrevisté en La Paz a la directora del plan nacional para erradicar el trabajo infantil, que me explicó algunos cambios legales y algunos pequeños esfuerzos que empezaba a hacer el Gobierno (ella defendía que era la primera vez que un Gobierno prestaba alguna atención al caso). Bien: el Estado es muy débil, los bolivianos padecen carencias muy graves en la protección social más básica, y el caso de las familias mineras del Cerro Rico es extremo: a esas chabolas a 4.300 metros de altitud, el Estado ni se arrima. El problema de fondo es la pobreza de Bolivia –producto, sobre todo, de una historia de injusticias brutales-, una pobreza en cuyo último eslabón están los menores que se ven obligados a trabajar en la mina para que su familia no muera de hambre. En los últimos años, una cierta bonanza económica y una redistribución más justa de los recursos han hecho que los indicativos sociales de Bolivia hayan mejorado bastante. Incluso parece que el país va encaminado para cumplir muchos de los Objetivos del Milenio fijados por la ONU para el 2015. Ese es el camino para solucionar de verdad los problemas. Pero es un camino larguísimo y con muchas incertidumbres. Y que todavía no pasa por el Cerro Rico.

Y mientras tanto qué.

Mientras tanto, algunas partes de la sociedad boliviana viven en la miseria más negra y en absoluto desamparo. Conocimos algunas iniciativas admirables y esperanzadoras: allá donde no llega el Estado, intentaban llegar algunas organizaciones de la sociedad civil boliviana, una sociedad en ebullición. Hablo por ejemplo de Cepromin (Centro de Promoción Minera), una asociación que nació a finales de los 70 para apoyar la formación política y sindical de los mineros, que entonces constituían una fuerza social tremenda, capaz de tumbar dictaduras militares. Tras el colapso de la minería pública en 1985 y la ley de la jungla que vino después –causa importante de la presencia de niños y niñas en las minas-, Cepromin tuvo que readaptar su apoyo a los mineros, en pleno naufragio, y dedicarse a actuaciones de mera supervivencia.

Entre otros muchos empeños, desarrolló una excelente tarea contra el trabajo infantil minero, con resultados tan brillantes como los de Llallagua, donde impulsó otras salidas laborales para las familias y así consiguió que cientos de menores dejaran de trabajar en la minería.

Eso sí: Cepromin tenía muchas ideas pero pocos recursos, y algunos proyectos los llevaba adelante gracias a la colaboración económica de oenegés extranjeras. A nosotros también nos pareció muy interesante buscar una manera para colaborar con ellos: no se trataba de un aterrizaje de oenegés salvadoras, sino de un empeño surgido de la propia sociedad boliviana, al que le faltaban medios para desarrollar sus iniciativas. No era ideal que dependieran demasiado de ayudas extranjeras, pero nos pareció adecuado intentar echar una mano a alguna de esas actividades transformadoras, por ejemplo la del trabajo infantil minero, precisamente porque estaban dirigidas a que las propias familias mineras tuvieran a corto y medio plazo capacidad y autonomía suficiente para desarrollar los proyectos de vida que mejor les pareciera.

Dedicamos muchos meses a organizar algo con Cepromin pero, por mil historias, no cuajó.

Entonces Eider conoció los proyectos de la asociación Voces Libres en Potosí y, en concreto, el de la Escuela Robertito, la única escuela que atiende a los niños y las niñas de las minas. Insisto: la única escuela para esas familias de las chabolas del Cerro Rico. A Eider le gustó cómo trabajaban, nos lo contó, y a nosotros también nos gustó. Tuvimos las mismas dudas pero nos convenció el enfoque: más allá de asegurar la supervivencia básica, nos gusta la insistencia en la educación y la capacitación profesional de los chavales, para que puedan optar a mejores modos de vida; y en la formación de líderes locales –casi siempre mujeres- que luego se comprometen con sus comunidades y toman las riendas para luchar por sus derechos y sus condiciones de vida.

Es decir: un proyecto que apoya a la gente del Cerro Rico en un momento inicial, en ese momento en el que les faltan los recursos mínimos, que el Estado tampoco les garantiza, y sin los cuales no pueden ni siquiera intentar un cambio de vida. Y es un proyecto con vocación de ser prescindible o, al menos, no indispensable. Con intención de que sean los propios líderes de las comunidades, y no la oenegé, los que desarrollen a partir de ahora sus propias iniciativas, algo que ya empieza a ocurrir.

Conocimos casos concretos. En el reportaje ‘Mineritos’ aparece Fernando, un chico que con 13 años trabajaba rescatando arenillas de estaño en arroyos tóxicos de Llallagua, pero que pudo seguir con los estudios gracias a su fuerza de voluntad, a las ayudas de Cepromin y al extraordinario trabajo de los NATS (‘Niños y adolescentes trabajadores’, una organización gestionada por los propios jóvenes), y que con 18 años se marchó a estudiar una carrera universitaria. Dani estuvo en Potosí hace unas semanas, visitando de nuevo a algunos de los jóvenes que conocimos hace dos años en las minas, y nos acaba de contar el caso de Carmen, la chica que trabaja recogiendo restos de mineral en la bocamina pero que sigue estudiando con la ayuda tanto de Cepromin como de Voces Libres, con la esperanza de conseguir una vida mejor para ella y para su familia.

Nos parece adecuado colaborar en esta parte del proceso, en el empujón que necesitan muchas de estas personas para acceder a la educación, a trabajos y vidas mejores, para que luego se las apañen por su cuenta como mejor puedan y quieran. En Potosí, el Estado no proporciona esos mínimos. Muchas de esas personas formadas con ayudas de asociaciones se comprometen luego con su comunidad, trabajan para que otros puedan tener las mismas oportunidades de estudio y para impulsar la lucha por los derechos, y así se crea una rueda con la que parece que las cosas empiezan a moverse, aunque sea unos centímetros, en la buena dirección.

Sabemos que la cuestión no es dar más sino robar menos, que no es un asunto de caridad sino de justicia. Que no se arreglarán los problemas de fondo mientras existan sistemas de comercio injustos, fraudes fiscales que desangran a los países empobrecidos, corrupción a mansalva, relaciones tan desiguales. Sabemos que deberíamos ser una sociedad más autocrítica, más exigente con nuestros políticos y empresarios, para poner en cuestión toda esta trama de relaciones perversas en las que participamos. Y sabemos que nuestro proyecto no incide en esas cuestiones de fondo.

Pero decidimos que era mejor moverse así que no moverse.

Algunos de los lectores habituales de este blog sois gente que trabaja en el mundo de la cooperación al desarrollo, que tenéis conocimientos más profundos, visiones más críticas y opiniones mejor formadas que las nuestras. Y los que no trabajáis en esas áreas también tenéis sentido crítico y opinión. ¿Qué pensáis? ¿Es buena idea montar esta ayuda para la Escuela Robertito?

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25 Comentarios Dejar comentario

  1. Aitziber #

    Harpidetza egin dut zure blogean erantzunak jarraitzeko. Normalean lankidetzan lan egiten dutenek horrelako proiektuak laguntzen dituzte, ikusiko dugu, suposatzen det zure ekimena bermatuko dutela.

    • Ander Izagirre #

      Aitziber, zure mezua trabatuta gelditu zen spam karpetan, ez dakit zergatik, eta ez dut gaur arte ikusi. Barkatu!

      • Aitziber #

        Aupa Ander,
        Oso liatuta ibili naiz Donostiata lan traspasoa egiten eta orain arte ez ditut komentarioak ikusi. Interesgarria, ZORIONAK lortutako debateagatik eta zorional ere irabazitako kazetaritza sariagatik.
        Ondo izan, Aitziber.

        • Ander Izagirre #

          Eskerrik asko, Aitziber, ondo segi.

  2. A mí me parece bien la ayuda que dais, pero sabiendo que es una tarea que pertenece al gobierno, no estaría de más que cada año se mandara una copia de la memoria anual a las autoridades. Que conozcan que algunas almas caritativas deciden llevar a cabo una tarea que no les corresponde para beneficiar a los más desfavorecidos, pero también exigiendo al gobierno que esa tarea les corresponde a ellos y que en el plazo más corto de tiempo estaréis encantados de cedérsela.
    Creo que si no se informa a las autoridades competentes, se corre el riesgo de que no lleguen a conocer los problemas reales (y sus soluciones) que ocurren en su propio territorio. O, lo que es peor, que piensen que las ONG siempre les quitarán el muerto de encima.
    En resumen: creo que es una muy buena tarea, pero no os canséis de exigir al gobierno su responsabilidad en el asunto.

    • Ander Izagirre #

      Tienes razón, Marc. Algunos de los proyectos que conocimos, como el de los NATS, se empeñaban especialmente en enviar cartas, invitar a las autoridades, hacerse presentes en la calle con ferias y otros eventos… Hacerse visibles, para que no puedan seguir ignorándolos. Una queja repetida en el Cerro Rico era que los políticos nunca subían allá, nunca se interesaban por nada de sus vidas.

  3. Opino que siempre es preferible hacer algo mejor que nada, sobre todo si las intenciones son buenas. Con que un solo niño se vea beneficiado creo que ya merece la pena, puede que ese niño sea la clave del cambio. Estoy de acuerdo con ser mas autocríticos, al fin y al cabo ellos están jodidos «gracias» a nosotros, cualquier cosa que podamos hacer para mejorarlo deberíamos apoyarlo. Saludos y enhorabuena.

    • Ander Izagirre #

      Yo también creo que era mejor hacer esto que no hacer nada, David. Luego toca ir más allá, claro. Me parecen muy interesantes los debates que plantean quienes tienen una visión fundamentada y crítica de la cooperación al desarrollo, porque nos ayudan a entender mejor los problemas de fondo, pero yo no los conozco bien y me gustaría aprender más.

  4. A mí la idea me pareció fenomenal. No conozco qué tipos de cooperación existen, pero a esta no le veo ninguna pega.
    También es destacable que, en mi opinión, se ha recaudado lo que se ha recaudado y se le ha dado una buena repercusión por dos razones:
    – La historia de estos niños ha estado muy bien contada.
    – Las personas implicadas (Eider, Dani y Ander) tienen la confianza de todos nosotros, y su trayectoria profesional (y vital me atrevería a decir) les avala.

    Toda esta chapa para decir que sin el buen periodismo esto no hubiera sido posible.

    • Escuché una vez decir a Itziar Ruíz Jiménez, ex presidenta de Amnisitía que las ONG somos los nuevos misioneros, y que a la larga, nos arrepentiremos de lo que hemos hecho en África. Eso me dejó frustrada por unos meses, porque la admiro mucho. ¿Será que los que viven en países empobrecidos no quieren que les echemos una mano, sino que se la saquemos de encima? Los valores que transmitimos las ONG, a veces refuerzan el paternalismo y hasta el infantilismo de los países a los que «ayudamos». Las palabras «desarrollo» «ayuda» o «beneficiarios» que tanto usamos las ONG, nos colocan en un nivel superior (si hay un pobre es porque hay un rico, si hay alguien que recibe, hay alguien que da). Por eso, me encanta que hagas el matiz de «justicia» y no de caridad. No hay que dar más,sino robar menos.

      Cada vez creo menos en la cooperación (se trata de cambiar un sistema injusto, no de hacer un pozo) y más en cambiar las mentalidades en los propios países occidentales. En el proyecto de los mineritos, vale más lo que habeis contado y grabado, que lo que se ha recaudado. Y yo he sido la primera, que ha pesar de las dudas, he querido colaborar muy humildemente, todo hay que decirlo. Porque hay que recuperar el valor de la solidaridad en un momento en que la gente se mira el ombligo.

    • Ander Izagirre #

      Sí, Escéptico, yo creo que el periodismo tiene mucho que ver con esto, con la parte más valiosa de todo esto. Por eso me parece también un papelón, una gran responsabilidad a la hora de decidir los relatos, que a mí me crea bastantes dudas: cómo contar las cosas, con qué enfoques, cómo no caer en paternalismos o sensacionalismos o sentimentalismos bien intencionados pero injustos… Uno de los temas al que le doy mil vueltas últimamente es el tipo de historias que siempre traemos de países como Bolivia. ¿Sólo hay pobrecitas víctimas? Hay que contar la historia de las víctimas, por supuesto, es muy necesario. Y los niños y las niñas de las minas son víctimas de una injusticia atroz, y así hay que decirlo. Pero lo que más me sorprendió allá, más que el drama, fue el coraje de muchos a los que en principio consideras pobrecitos, pero que tienen un empuje y una claridad de ideas y una capacidad de impulsar proyectos que te rompen los esquemas. Por eso le tengo un cariño enorme al reportaje de las mujeres guaraníes futbolistas, porque creo que muestra eso, porque sorprende y alegra, porque de la peor miseria brota una historia de coraje, esperanza, incluso alegría. Y por eso quisiera, en el futuro, buscar ese tipo de historias para intentar pelear un poco contra el tópico.

      (La repercusión de la ayuda para la Escuela Robertito ha sido estupenda, como dices, y lo curioso es que se ha basado en círculos de confianza. Sólo nos atrevíamos a pedir colaboración a amigos y conocidos, nos dio mucho reparo llevar este proyecto a los medios de comunicación y casi no lo hicimos, salvo alguna que otra entrevista en alguna radio, y creemos que es mejor así. Porque no hemos montado ninguna oenegé ni ninguna estructura, sólo somos un grupo de amigos y amigas que queríamos poner un bote. Y ya. Con este planteamiento yo no pensaba ni de coña que fuéramos a recaudar el presupuesto completo de la Escuela para este año, para mí ha sido un sorpresón, y me alegra mucho ver que esta pequeña ola entre amigos ha alcanzado esa altura).

  5. Ander Izagirre #

    Pues sí, Arantxa, todas esas dudas y contradicciones con el papel de las oenegés…

    Está claro que las verdaderas soluciones implican un trabajo mucho más a fondo, mucho más estructural, pero el dilema al que yo no encuentro respuesta clara es: ¿y mientras tanto qué? Mientras cambiamos el injusto sistema global, ¡ufa!, ¿es contraproducente que echemos una mano a una chavala de 14 años que pasa el día rcogiendo piedras, para que al menos pueda comer, ir al cole, estudiar y tener una oportunidad de mejorar su vida? ¿Ese asistencialismo nos desvía del problema de fondo, incluso lo perpetúa? Puf, puede ser así, pero me cuesta tanto asumirlo de esa manera abstracta, esquivando el caso concreto del minerito o la minerita…

    En estos casos siempre acabamos en el mismo punto: un poema de Bertold Brecht cantado por Mikel Laboa. «Gaberako aterbea». Habla de un hombre que en invierno, en las calles de Nueva York, pide a la gente un refugio para los que no tienen dónde dormir.

    Y dice (lo traduzco a botepronto): «Así no se cambia el mundo / las relaciones entre los humanos no mejoran / la esclavitud no se acorta / Pero algunas personas tienen cama por una noche / no les azota el viento frío / y la nieve que iba para ellos ahora cae sobre la calle / No olvides las lecciones del Libro».

    O algo así.

    Mi traducción es cutre pero me parece hermosa esa imagen de la nieve que en vez de caer sobre el vagabundo ahora cae sobre la calle.

    Pero el poema sigue, vuelve al mismo punto: «Así no se cambia el mundo…».

    ¿Dónde paramos el poema? ¿En la nieve que al menos cae sobre la calle vacía o en el mundo que así no cambia?

  6. Ander Izagirre #

    Ah, Arantxa, sobre lo que dices de que vale más lo que hemos contado sobre los mineritos que la recaudación posterior… Sí, también tendemos a pensar eso, que el trabajo del periodista es valioso, que no hay posibilidad de avance sin conocer la realidad… Pero luego vienen mil dudas, la duda de si todos esos reportajes servirán para algo más que la reacción emocional del instante. Nooteboom escribió una frase, a propósito precisamente de un viaje por Bolivia: se preguntaba si no valdría más cavar diez zanjas que escribir un reportaje.

    Seguimos escribiendo reportajes (y él también lo hizo, claro). Así que está claro que seguimos creyendo en su valor. Pero las dudas siguen ahí.

    • Uff, que de miga, Ander. Estoy contigo. El problema es que a veces las buenas intenciones, más que ayudar, matan el sentido de superviencia. Lo hablais con cierta ironía cuando os meteis con las subvenciones. ¿Matán o ayudan al arte? La línea es muy fina, y en el mundo de la cooperación vamos aprendiendo por el camino. Se trata de un tema moral, y no matemático. Pero cuanto hay de egoismo en esas decisiones. ¿Lo hacemos por solidaridad o por tranquilizar nuestras conciencillas aburguesadas?

      Hay mucho trabajo de zanja en el Norte, así que ¡a seguir cavando! que a algunos os salen muy bonitas (envidieja).

  7. Pones el dedo en la llaga. ¿Hasta dónde ayudar es quitarle un marrón a un Gobierno corrupto? Imagino que muchas veces es así, el cacique puede seguir a lo suyo porque otros -de fuera- ayudan que la situación no degenere «demasiado» y se quede en límites «soportables» que eviten que el país se le incendie… cuando quizá es lo que merece. Yo soy socio humildísimo de una ONG y cada dos por tres tengo ese tipo de dudas: ¿ayudar externamente… ayuda de verdad o perpetúa una cultura del subsidio? Creo que es un debate muy necesario, enhorabuena por abrirlo. Y enhorabuena por el proyecto de la escuela también.

    • Ander Izagirre #

      Incluso aunque no sea especialmente corrupto, Alain: un Estado que no puede o no quiere llegar hasta algunos rincones, y cuyas ausencias son suplidas por organizaciones sociales…

  8. flaubbertt #

    Estoy bastante de acuerdo con la opinión general sobre el cuestionamiento del trabajo de las ONG´s, pero también con la iniciativa de apoyo al proyecto que habéis sentido necesaria, y que no cabe duda, tiene repercusiones positivas a corto y medio plazo.
    Sin embargo, quizá sea por mi desconocimiento sobre el tema, echo en falta más información sobre la empresa o las cooperativas de explotación minera, por si hubiese alguna posibilidad de abordar el problema desde ahí (presión a las empresas, sindicatos, exportación, empresas internacionales implicadas, etc.).

    • Ander Izagirre #

      Flaubbertt, tienes toda la razón. Mira, yo me quedé contento con el reportaje «Mineritos» pero para explicar a fondo el tema se me quedaba corto, así que decidí seguir con el tema y escribir un libro. Lo terminé hace unos meses pero creo que todavía se me quedó cojo. En él explico más a fondo que en el reportaje por qué la minería boliviana es tan desastrosa, por qué empeoró tanto a partir de 1986, cómo son las cooperativas… Pero aun así creo que le faltan cosas. Esto solo tiene un remedio: otro billete de avión…

  9. Lo acabo de poner la Coordinadora de ONG, nos viene al pelo……..

    «Como dijo Eduardo Galeano: ‘Son cosas chiquitas. No acaban con la pobreza, no nos sacan del subdesarrollo, no socializan los medios de producción y de cambio, no expropian las cuevas de Alí Babá. Pero quizá desencadenen la alegría de hacer, y la traduzcan en actos. Y al fin y al cabo, actuar sobre la realidad y cambiarla, aunque sea un poquito, es la única manera de probar que la realidad es transformable.'»

    • Ander Izagirre #

      Me gusta mucho, Arantxa, gracias. La alegría de hacer (¿contra la amargura de solo rumiar?).

      • Nick #

        Solo queda daros a todos la enhorabuena por vuestra entrega a un debate que se centra totalmente en el bienestar de los demás. Da gusto vera la gente debatir aquí todo esto con tanta sinceridad, sobre todo en estos tiempos de «YOMÍMÍO» que corren – ya me entendeis. Solo un apunte : estudié política internacional en una uni inglesa bastante radical, en los 80. Los alumnos rechazábamos la propuesta de Willy Brandt para reducir diferencias entre norte y sur, diciendo que no era lo suficiente radical, que había que atacar las raíces, etc. Los profes nos recordaban que la propuesta de Brandt era más práctica y posible, y mientras debatíamos estábamos jugando con vidas. Ojalá que el mundo entero les hubiera hecho caso.
        Creo que estais haciendo algo muy práctico y eficaz. Olé

        • Nick, no sé en qué consistía la propuesta de Brandt, pero me la explicas algún día de estos, ¿vale? No en el bosque, que allí hay que caminar en silencio, sino cuando salgamos a algún raso.

          • Nick #

            Lo más escueto sobre el infrome Brandt,en inglés (sorry) : http://en.wikipedia.org/wiki/Brandt_Report
            Básicamente, proponía transferir recursos del norte al sur, pero sin cambios estructurales.
            Respecto al monte, me voy al pirineo con Acción contra el Hambre el domingo para recordar como se anda, ( como ponías en otro artículo aquí ). Invito a todos a venir !
            http://www.montaneroscontraelhambre.org/

  10. Me parece importante lo que están haciendo para ayudar a estas familias bolivianas. Yo trabajo en un Movimiento de Educación Popular Integral llamado Fe y Alegría, que tiene como objetivo brindar una educación de calidad para los más desposeidos. En Bolivia funciona este movimiento, de pronto si pueden contactarlo podrían hacer la solicitud formal de la escuela, presentar el proyecto, etc.

    • Muchas gracias, Raúl, pasaré la información a la gente de la escuela para ver si puede surgir algún tipo de colaboración ¿Puedes darme alguna pista más sobre la manera de contactar con ese movimiento, alguna página web…?

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