Nuestro apartheid

Imagina que vas a un bar y el portero te prohíbe la entrada: es que está lleno y no puedes pasar. Pero un minuto después llegan dos amigos tuyos y a ellos sí les deja entrar sin ningún problema.

Imagina que vas a un segundo bar y el portero también te prohíbe el paso: es que hay una fiesta privada. Un minuto después llegan tus dos amigos, que no saben nada de ninguna fiesta privada, y el portero les deja entrar sin problemas.

Imagina que vas a un tercer bar y el portero te frena: son ocho euros. Llegan tus dos amigos y les deja pasar gratis.

Imagina que vas a cuatro bares, a cinco, a seis, a siete, a ocho. Y en todos te impiden la entrada con excusas o incluso con desprecios y amenazas, mientras que a tus amigos les dejan pasar en todos.

No tienes ninguna cuenta pendiente con nadie, vas sobrio, vas pacífico y hasta llevas buen aspecto: americana, camisa, zapatos y bien afeitado. Y sin embargo, te impiden la entrada en ocho bares consecutivos.

Ah, joder, es que eres moro. Y estás en Bilbao.

Ocurrió el pasado viernes por la noche en una prueba organizada por Sos Racismo, después de que esta organización recibiera constantes denuncias de que ciertos bares de la ciudad impedían el paso a algunos clientes por este único motivo: el color de su piel. Sí, como en Alabama 1960 o Johannesburgo 1980.

La prueba consistía en acudir a ciertos bares de copas y entrar por parejas separadas: dos árabes, dos negros, dos sudamericanos, dos europeos… De los nueve bares visitados, ocho impidieron la entrada a los árabes y tres a los negros.

Si fuéramos capaces de ponernos un momento en la piel de alguien que va con toda paz a los bares y que ve cómo lo rechazan y lo humillan puerta tras puerta, quizá empezaríamos a plantearnos qué queremos decir cuando exigimos a los emigrantes que se integren.

En el grupo iban como testigos la periodista María R. Aranguren, que escribió la crónica «Aquí no entran negros ni moros«, y el guionista y bloguero José A. Pérez, que escribió «Fiesta de blancos«. Ambos textos se publicaron tanto en Periodismo Humano como en Pikara Magazine. También hizo de testigo y cronista David S. Olabarri, autor de un reportaje a doble página en El Correo: «En este bar no entran ni negros ni moros« (incluidas las versiones de los dueños de los locales).

June Fernández, integrante de Sos Racismo y participante en la prueba, escribió un análisis muy interesante en su blog Mari Kazetari, sobre el racismo latente y la percepción de que los racistas siempre son los otros. También dice que no estamos ante un problema de hosteleros racistas: «Si los bares de Bilbao no dejan entrar a negros y moros es porque saben que su clientela prefiere no tenerlos cerca».

*

June Fernández salió en este vídeo contestando a una entrevista que le hizo El Correo. Y en los comentarios posteriores de la página web le lanzaron una oleada de insultos, calumnias, amenazas y todo tipo de salvajadas.

Los comentarios que se vierten en los medios digitales tienden a ser una fosa séptica, como dice El Jukebox. Los anónimos cobardes, hiperactivos y furiosos desparraman una vomitona que en esos foros alcanza una extensión mucho mayor que en la vida real. June, que le ha echado valor para dar la cara ante semejante avalancha anónima de odio y violencia, dice que estos comentaristas son una minoría ruidosa que rastrea noticias ligadas con inmigración y vuelca en ellos su basura ideológica: se convierten en las noticias con mayor número de comentarios, pero no suelen ser ni las más vistas ni se corresponden con los temas que más alarman a la ciudadanía. El problema es que esos discursos de odio suelen apoyarse en sartas de tópicos y prejuicios que sí calan, de manera acrítica, entre mucha otra gente.

Es vergonzoso que los medios toleren estos desparrames en sus páginas. Sí, las medidas para controlar los comentarios harían bajar el ritmo, la interacción y supongo que hasta las visitas de los lectores que acuden a la polémica. Pero la otra opción, la de la barra casi libre con esas moderaciones insuficientes y tardías, supone ceder el periódico como terreno de insultos, calumnias y amenazas -delictivas, por cierto-.

Miguel Ángel Jimeno impulsó en Facebook un grupo llamado «Por el control de la barra libre en los comentarios de publicaciones online«.  Habrá que, ¿no?

*

Lecturas recomendadas, incluidos los comentarios:

Racismo: manual de uso y disfrute, del Escéptico Confuso.

Monta y doma de prejuicios, de El Jukebox.

Échale la culpa al moro, de mí mismo, con perdón.

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33 Comentarios Dejar comentario

  1. Muchas gracias, Ander. Ayer nos reunimos con Gobierno vasco y hoy con el Ayuntamiento de Bilbao. Esperamos que todo este mal trago siga de algo. Por mi parte, le he trasladado al director de El Correo mi malestar por los comentarios (que viene de atrás, pero he aprovechado que ahora se meten directamente conmigo), se ha mostrado de acuerdo y se ha comprometido a buscar una solución.

    • Ander Izagirre #

      Ojalá lo arreglen, al menos eso será un pasito. Gracias a ti por el trabajo y la valentía de desvelar todas estas miserias.

  2. Difícil lo de los comentarios. Como los clasificados sobre prostitución, ¿qué medio va a renunciar a tantísimo tráfico? Marca mantiene en portada, y muy arriba, la rueda de prensa de Ozil del miércoles, que no pasa de ser una nota de agencias de un jugador tras un entrenamiento y que ahora mismo tiene 5600 comentarios (han borrado ya casi 2000, por cierto).

    En la zona de El Ejido ya nadie se rasga las vestiduras cuando a los moros no les dejan entrar. Pero eso no es nada. Creo que La voz de Almería, podría ser otro de los periódicos locales, llegó a publicar un clasificado con ‘abstenerse moros’. Triste.

    • Ander Izagirre #

      Sí, la web de Marca perdería mucho sin la posibilidad de que miles de personas se insultaran constantemente.

  3. A June darle muchos ánimos y que esté tranquila, porque como se suele decir «Ladran, luego cabalgamos».
    El tema de los comentarios no es fácil, si censuras los comentarios te acabas metiendo en un jaleo, porque si no dispones de las personas adecuadas para esta tarea suele ser peor el remedio que la enfermedad. Es muy difícil discernir dónde está el límite, y con la tijera a veces es muy difícil parar. Si no censuras nada entramos en la fosa séptica, con consecuencias para el medio tanto de imagen como en último término legales.
    Por lo tanto, lo que están haciendo algunos medios digitales es no permitir comentarios en algunas noticias, por ejemplo las relacionadas con el racismo. Lo que no deja de ser muy triste.

    • Ander Izagirre #

      Sí, Escéptico, es complicado y todas las opciones tienen sus pegas. Pero me parece que la situación actual es casi la peor. Así que me parecerá bien cualquier medida que la remedie, acepto las pegas.

      • Ya se me olvidaba, gracias por el enlace.

  4. Hola,

    El tema de los comentarios no tiene remedio tal y como está planteado. Si los medios exigen identificación y número de DNI para publicar cualquier carta al director no pueden permitir que cada noticia digital se convierta en una letrina comunitaria, a veces de racistas, a veces de ceporros, cuátnas veces de los dos en uno.
    Bastante ejercicio de tolerancia y convivencia supone compartir la vida con semejantes individuos como para tener que aguantarles también por escrito. Más pronto que tarde se regulará el tráfico de comentarios o muchos medios acabarán dando explicacinoes en el juzgado.
    Tengo mis dudas de que el problema sea que hay unos cuantos que rastrean estas noticias para añadir sus comentarios. Quizás los haya y quizás ayudan a levatar la ola, pero creo que quienes la cabalgan son espontáneos que se amparan en al anonimato para ahorrarse, no sólo pensar lo que dicen, sino pensar a secas.
    Y nada más, creo. Felicitar a June, a SOS Racismo y agradecer el enlace.

    • Ander Izagirre #

      June quizá nos lo pueda aclarar, porque lo ha consultado, pero me parece que los periódicos tienen margen para esperar a que alguien denuncie algún comentario y entonces eliminarlo. Si es así, poco miedo tendrán de acabar en un juzgado.

      Sería mejor que los responsables de los medios no esperaran a follones así y que decidieran meterle mano el asunto, como ha respondido el director de El Correo a June. Ojalá cumpla su compromiso de buscar una solución.

      • Sí. Mi abogada de cabecera lo ha mirado. Dice que el medio no se hace responsable de los comentarios vertidos pero que si tiene conocimiento de que se ha publicado uno delictivo, ha de eliminarlo. Y si pese a que se le informa de ello (marcándolo como inadecuado, por ejemplo) no lo elimina, entonces se podrá denunciar al medio. En todo caso, está mirando si se puede tener en cuenta la desproporcionalidad: la idea de que si en un medio se vierten de forma constante y masiva comentarios difamatorios (como se ha hecho conmigo) se puede pedir responsabilidades al medio porque no se me puede pedir que yo tenga que andar leyéndolos y marcándolos para salvaguardar mi imagen. En fin, si el director no cumple su palabra de poner remedio, lo miraremos más a fondo y los plantearemos denunciar.

  5. Gran asunto, Ander. Además, me ha gustado mucho volver a leer lo de Escéptico.

    Con respecto a lo de los vertederos-comentarios yo cada vez estoy más «a favor» de que existan. Que se me entienda: me niego a leer comentarios si sé que no están moderados. Directamente paso. Allá cada cual con cómo mantiene su casa de limpia. Eso hace, al fin y al cabo, que entre menos en determinados medios que antes me gustaban mucho. Por el olor. Y a la larga me perderán como lector, allá ellos. Gastaré mi tiempo y mi conversación en lugares civilizados como éste.

    Con respecto al racismo, es un tema que no tengo del todo claro. De toda la vida yo he tenido que pagar en discotecas donde las mujeres entraban gratis y nadie decía ni pío, je. Vale.

    Ya sé que es un tópico hablar de que somos clasistas y no racistas, pero es que creo que es verdad. El reportaje de SOS Racismo lo trataba, pero mi experiencia me dice que les ocurrió fue una excepción. Todo el mundo dejaría entrar en un bar al millonario pivot negro del Baskonia, por ejemplo. O, no sé, en las discotecas de Torrevieja ahora la mayoría de porteros tienen pinta de tipos del Este y quizá haya que pedirles cuenta a sus racismos de origen…

    Decía que no lo tengo claro porque, en general, gente medianamente culta no da muestras de racismo (quizá, clasismo, como decía). Pero, para que nos entendamos, estoy convencido de que eso se cura con lecturas y un poco de vida. Lo que me parece más difícil de derribar son otras barreras más sutiles, las del culto a la tribu y el desprecio a lo diferente. Más en un país que tradicionalmente ha sido muy uniforme, como España (en USA la convivencia racial y étnica nos saca años luz, para que nos entendamos).

    Es humano e inevitable tener pre-juicios: la clave está en que la realidad los supere y, cuando llegue el -juicio, sea más ajustado a la realidad. ¿Por qué digo esto? Porque los mismos esquemas mentales de generalización que caracterizan al racismo los noto en los discursos nacionalistas (¿o no habéis nunca percibido desprecio hacia los «holgazanes andaluces» en Euskadi?) o en el odio que destilan algunas miradas cuando ven un polo Lacoste, o cuando uno se acerca a la puerta de un banco o, sin ir más lejos, en las generalizaciones («¡pederastas avariciosos!») cuando se les cruza un curilla vestido de tal. Pongan ustedes aquí el ejemplo que más rabia les dé.

    ¿Con todo esto que quiero decir? Que me parece que el problema del racismo es bastante solventable, mientras que el segundo me resulta más silencioso pero dañino. O, por hilar más fino: me parece que ese alenta/tolerar prejuicios «políticamente correctos» deriva, cuando los pilla un botarate, en el racismo clásico. Porque al final el racismo es una mezcla de miedo a la diferencia y negación del individuo bajo una etiqueta colectiva, todo ello agitado usando algún sustrato real como enganche (vuelvo al post de Escéptico y los seguros de automóviles).

    • Ander Izagirre #

      Entonces, Nahum, no te parecerá mal que se celebren mitines donde salgan encapuchados a gritar «Gora Eta», ¿no? Según el criterio que planteas, basta con no acudir a ellos. Te perderán como espectador y allá ellos.

      Sobre el racismo y otras discriminaciones:

      Que en algunas dicotecas obliguen a pagar a tíos y no a tías ¿reduce en algo la gravedad de los rechazos racistas? ¿Qué tiene que ver?

      Sí, claro que existen otras generalizaciones, otros desprecios y otros desconocimientos como los que mencionas, pero no entiendo por qué los planteas como una especie de contraaargumento para reducir la extensión y la profundidad del racismo en nuestra sociedad. Lo siento, amigo, pero eso de que la gente medianamente culta no da muestras de racismo es demasiado optimista, incluso diría que ingenuo. Salvo cuatro tarados, nadie se reconoce como racista, nadie dice «queremos echar a los negros», claro, pero el día a día está plagado de ministros, alcaldes, concejales, periodistas y personalidades públicas que defienden tópicos, alientan miedos y hacen afirmaciones racistas (y dicen que no son racistas, que son realistas, que son pragmáticas). Me acaban de contar en un mensaje privado cómo es el trato de algunas enfermeras de cierto hospital hacia las marroquíes que acaban de parir. Y todo tiene apariencia muy civilizada y son medianamente cultas, pero ejercen una discriminación constante. O sea: racismo.

      Tomo parte de un comentario de June en el blog de El Jukebox:

      «Como explicaba en mi post, el problema es que la gente hace una definición muy limitada de racismo, porque así no se incluye en él. Se piensa que el racista lo tiene que ser en bloque, con todo el mundo, en todas las situaciones. Y tampoco se trata de decidir si alguien es o no racista (porque entonces parecería que es algo inmutable en él o ella) sino ver que siente prejuicios racistas o que presenta conductas racistas.

      Por mucho que a alguien se case con un negro, cuando dice «yo no soy racista, pero los moros me dan mal rollo» está expresando un prejuicio racista. Y por mucho que le pidiera un autógrafo a Eto’o (no sé si se escribe así), si discrimina a otra persona por ser negra, está presentando una conducta racista.

      Después de todo este follón que hemos montado y de ver las reacciones estoy un poco deprimida. La gente sigue escudándose en que no es racista porque en su bar siempre hay algún negro, que no es racista pero que entiende que los hosteleros no dejen entrar a moros, que no es racista pero está claro que los moros roban y violan más.

      Como bien explica Escéptico en ese brillante post, reconocerse alcohólico es el primer paso para superar la adicción. Aquí ni cristo está dispuesto a reconocerse racista (salvo lo más extremos que te lo dicen con toda su desfachatez)».

      • Hala, pensé que se me entendería mi argumento sobre los anónimos. Las amenazas de muerte y tal no, claro.

        Me gustó este artículo contra los anónimos en internet y cómo neutralizarlos un poco (loguearse con Facebook, por ejemplo). Te puede interesar:

        http://www.slate.com/id/2287739/

        • Ander Izagirre #

          Nahum, es que yo hablaba de anónimos que insultan, calumnian y amenazan, que es lo que le ha pasado a June. Por eso creo que no basta con pasar de ellos, con no entrar a leerlos.

          Muy interesante lo de Slate. Como verás en un comentario que he dejado por ahí abajo, enlazo un artículo de Paper Papers en el que defienden algunas ventajas del anonimato y tampoco les falta razón.

    • Nahum, tanto el racismo, como el machismo y otras formas de discriminación se basan en una relación desigual de poder: de ahí el clasismo. Si el moro es un jeque, se eliminan los factores por los que nos sentimos legitimados para ejercer el racismo y pesa más su poder. Creo que entendemos mal la cuestión de racismo vs. clasismo. Siempre se argumenta el caso extremo: nadie es racista con Michael Jordan (aunque en momento de tensión como en un partido de fútbol sí que se apela a la raza como insulto).

      Creo que habría que plantearlo desde otras perspectivas que nos muestran que el componente racista sí que es fuerte. Por ejemplo, pese a que un negro vaya correctamente vestido, el portero prejuzga que no va a consumir (es la razón que esgrime uno de los locales). Si una mujer tiene rasgos indígenas, subestimaremos su nivel formativo y nos quedaremos a cuadros cuando nos diga que es bióloga pero aquí la Ley de Extranjería no la deja ejercer. No se trata de racismo bruto, sino de estereotipos que están super extendidos: boliviana=cuidadora; brasileña=ligerita de cascos; marroquí=machista; senegalés= mantero…

      Por último, conviene separar racismo y xenofobia. La idea de «los españoles primero» no tiene ningún sentido, es absolutamente xenófobo pensar que hemos de tener más derecho por haber nacido en un lugar y no en otro. En cambio, es una idea extendidísima.

  6. Xeo #

    La idea de que lo que no nos guste tiene que ser censurado, controlado, limitado, etc, y más un simple comentario anónimo me parece demasiado salvo casos extremos que incurran en delito, y aún así, no sé, no sé, prefiero verlo escrito, ocultarlo en internet va a ser difícil. Y me confieso clasista. Dicho de otra forma hay aptitudes que me gustan y otras que no. Tenía un profesor en un curso de informática, no sé de donde era exactamente, moro, diría, no sabiendo bien del todo lo que quiero decir, que a veces se quejaba de que no le tomabamos muy en serio. Yo pensaba para mí: no es por lo que aparentas sino porque no puedes esconder que explicas muy mal y que eres un poco tonto. En fin, injusticias se producen de muchas formas, bienintencionadas no pocas.

  7. BRBnero #

    Discúlpame, Ander, me parece que le das un enfoque demasiado exagerado, que intentando denunciar una injusticia te muestras un poco injusto.

    • Ander Izagirre #

      Te agradecería un argumento para mostrar mi injusticia, BRBnero, y así poder debatirla. Es que si no me das ninguna razón…

      • BRBnero #

        Con tu permiso no quiero liar más el debate. Pero estoy de acuerdo con mucho de lo que comentan otros lectores. Prefiero seguir leyendo tus comentarios. Ya sé, ya sé que no estoy aportando mucho, ya lo haces tú.

  8. Ander Izagirre #

    Estoy teniendo un debate simultáneo en Facebook y empiezan a fallarme las fuerzas, uf.

    Xeo, aquí te copio lo que he dicho allí (http://www.facebook.com/?ref=home#!/ander.izagirre)

    «Me parece bien la censura si es para eliminar una amenaza o una calumnia (delitos) y me parece mal si es para eliminar opiniones que no te gustan pero son respetuosas (el caso de Yolanda, que ha escrito un comentario en El País para criticar la actuación del Gobierno español en sus tratos con Yemen y no se lo han publicado). Es bastante sencillo, ¿no

  9. maj #

    Pues sí, Ander, habrá que… Por eso lancé con Estela Santos ese grupo en facebook. Sobre todo, porque, si no se controla, es porque no se quiere controlar. Y no hay que dar más vueltas al asunto. Todo lo demás son excusas y palabrería.

    • Ander Izagirre #

      Amén.

  10. Xeo: «La idea de que lo que no nos guste tiene que ser censurado, controlado, limitado, etc, y más un simple comentario anónimo». Yo diría más bien «sobre todo en un comentario anónimo». Desde mi punto de vista, cuando escribes desde el anonimato debe quedarte siempre un paso por detrás de lo que dirías si firmaras con tu propio nombre. Son las servidumbres de esa forma de entender la discreción. A donde no llega la firma, no debe llegar el seudónimo. Al menos, así lo veo yo.
    Dicho lo cual, nunca he borrado un comentario de mi blog, pero igualmente te digo que en al menos una ocasión que recuerde debería haberlo hecho.

    • Ander Izagirre #

      Amén (Qué curioso: worpress no me dejaba colgar un segundo «amén» consecutivo. Por eso todo este paréntesis de disimulo para colarlo. Debe de ser la alarma antiganduleo).

  11. Yo defiendo siempre el anonimato en internet, porque es una de las bases de su éxito. Para mí el pseudóniimo y el nombre real parten desde el mismo punto, una de las maravillas de internet es que te puedan valorar por lo que aportas, por el contenido, no por cómo te llames.
    En internet ¿de qué vale firmar un comentario como José Alonso? ¿quién te asegura que realmente me llamó así? ¿no es igual de anónimo que cualquier nick?

  12. Escéptico: efectivamente, que firmes José Alonso en internet no me vale de nada. Razón de más para mostrar un perfil más contenido -por decirlo de alguna forma- que el que podrías ofrecer en carne y hueso o incluso en una carta al director,. con su número de DNI y su canesú. Es que el anonimato fomenta la irresponsabilidad, que como se sabe es feroz enemiga de la libertad.

    • El anonimato hace que la gente no tenga miedo de expresar lo que realmente piensa, como hacen los energúmenos en estos comentarios. Eso nos permite ver la miseria humana en toda su extensión, lo que no será muy edificante pero quizás da una imagen más real de el mundo en el que vivimos y de los peligros que nos acechan.
      Esa gente no representa a toda la sociedad, pero están ahí, de la misma forma que los concursantes de Gran Hermano no representan a la juventud española, pero sería injusto negar que existen y que ciertos perfiles cada vez abundan más.

      El problema de la identidad en la red es básicamente técnico, y hoy en día muy difícil de solventar. Por eso, por ejemplo, en términos legales tiene validez un fax y no un email, y por ello algunas empresas lo siguen usando aunque nos parezca anacrónico. Cuando dentro de unos años pongamos el dedito en el teclado y gracias a nuestra huella dactilar sepan hasta la talla del calzoncilo será todo mucho más sencillo. Entonces nos quejaremos de que nos falta privacidad.

  13. No necesito los comentarios anónimos para hacerme una idea del mundo en el que vivimos. Además, ahí funciona eso que los sociólogos bautizaron como la ‘espiral del silencio’. En este caso funciona así: cien lectores normales llegan a un foro inundado de burradas que han puesto una docena de energúmenos y 99 de ellos deciden guardarse su opinión y pasar a otra cosa, simplemente, porque no les apetece embarcarse en discusiones que normalmente se desarrollan en términos deplorables.

    • Es cierto, de la misma forma que en blogs como este es difícil que alguien hable en esos términos. Vuelvo a decir que el problema es técnico, y hasta que eso llegue la tendencia será ir acabando con los comentarios, porque a ningún medio le interesa tener problemas legales ni mucho menos le interesa contratar a alguien para moderar comentarios.

  14. Ander Izagirre #

    Yo también soy muy contrario a los comentaristas anónimos y firmo con nombre y apellido, pero leí este texto en el blog Paper Papers y me pareció que tienen su punto de razón (y coinciden con lo que dice Escéptico):

    http://www.paperpapers.net/2010/09/porque-aceptamos-los-anonimos.html?showComment=1284389360373

    • Ahhhh, ahora entiendo por qué me desenmascaraste sin pedir permiso. ¡Bribón!

      • Ander Izagirre #

        Lo siento, Alfredo.

  15. En algunos medios, ya hay gente contratada moderando los comentarios. El problema es que no saben ni por dónde se andan, los pobres. Por poner un ejemplo, igual pones La Concha y te lo ‘moderan’ por problemas con la riqueza del castellano.

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