Hasta hace unos días, “el ahorcado” era para mí un juego que consistía en adivinar una palabra antes de que, trazo a trazo, tu contrincante terminara de dibujar un cadalso con un monigote colgando. Quizá a lo mucho tenía en…
Hasta hace unos días, “el ahorcado” era para mí un juego que consistía en adivinar una palabra antes de que, trazo a trazo, tu contrincante terminara de dibujar un cadalso con un monigote colgando. Quizá a lo mucho tenía en…