La lección magistral del profesor sustituto

Cuando en la universidad se anuncia que un viernes a última hora en lugar del profesor titular impartirá la clase un profesor sustituto, la reacción de los alumnos es de ausencia casi en bloque. ¿Quién va a ir a clase un viernes por la tarde a escuchar a un profesor sustituto y además de Derecho Canónico? Pues bien, resulta que el profesor sustituto es Rafael Navarro-Valls, ilustre jurista (Si el lector pincha en su nombre entenderá de lo que hablo).  Y resulta que yo, humilde profesor, ando por allí y decido entrar en clase, algo que no es muy habitual si no tienes nada que ver con ese curso o con esa asignatura. Conozco a don Rafael porque en mis tiempos de director de la Nueva Revista de Fontán, le había encargado algunos artículos sobre libertad religiosa pero nunca me había dado clase y me entra una sana curiosidad por conocerle en su faceta docente.

Una vez en el aula compruebo lo que decía al principio. Los alumnos entran con cuentagotas hasta hacer la docena. Pero el profesor no se inmuta, deja unos minutos e inicia su exposición. Para introducir el modo en que va a explicar su materia (Matrimonios religiosos con eficacia civil en España) señala que “el profesor joven explica lo que no sabe; el profesor menos joven explica lo que sabe; y el profesor mayor explica lo que es útil, lo que voy a procurar hacer yo». Eso en cuanto a lo académico, en cuanto a lo que ahora se denomina -de manera horrorosa en mi opinión- “gestión del aula”, explica que “el profesor joven es Sancho el Bravo porque pone énfasis en que la gente esté callada y atienda; el menos joven es Sancho el Fuerte porque todo alumno le tiene miedo; y el mayor es Sancho Panza, al que -sin decirlo lo deja claro- todo el mundo toma el pelo».

Pero resulta que no, que conforme avanza en el tema, con sus palabras y su sabiduría, los alumnos atienden, ríen con sus bromas y, en definitiva, aprenden, como me pasó a mí. La semana que viene seguro serán más. Muchas gracias don Rafael, el “don” no es sólo por su autoridad o edad sino porque su lección ha sido un regalo.