Que tengas buen día

Nacho le da vueltas a la cabeza mientras el metro avanza. A su lado viaja Rosa. ¿Por qué le pondrían ese nombre? No sabe muy bien si la conoce y se siente intranquilo. Al llegar a la siguiente estación ella se levanta se acerca y le da un beso: «Que tengas buen día». Nacho se relaja. Menos mal, otra vez le había vuelto a pasar. A veces se olvida de que Rosa y él siempre salen de casa y cogen el metro juntos.

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