Archivos por etiqueta: Facebook

Facebook y Twitter, ¿matarán nuestras conversaciones en la calle?

Foto de Julie Kertesz

Caminaba tan campante por la calle cuando casi me di de bruces con Antonio, un compañero del colegio al que no veía desde hacía más de 15 años.

– ¡Hola Antonio!, le dije.

– ¡Cuánto tiempo!, me contestó.

Nos dimos unas palmaditas mutuas en el hombro y sugerí tomarnos un café en la cafetería de la esquina.

– Un cortado, pedí.

– Otro, pidió.

Leer Más…

¿Para qué el contacto humano si tenemos suficientes redes sociales para evitarlo?

Foto de Adam Cohn

Foto de Adam Cohn

He llegado al convencimiento de que existe un grupo siniestro disperso por el mundo que se dedica a inventarse redes sociales. Su objetivo es claro: enredarnos a todos para que no hagamos otra cosa de provecho en nuestra vida, para que no nos quede ni un minuto de tiempo para pensar, para reflexionar, para disfrutar la belleza y contemplar el mundo, para bebernos unas cañas con los amigos…

Esta banda perniciosa opera de la siguiente manera: envía pseudosociólogos a bares, restaurantes, cines, bulevares, plazas, iglesias… a todo lugar donde la gente se reúne y convive, como ha hecho desde tiempos inmemoriales. Contabilizan el número de personas allí congregadas y lo envían a un centro de procesamiento, donde, mediante complejos algoritmos, un grupo de personas se reúne durante horas, tomando cerveza, departiendo amigablemente, tocando la guitarra, hasta determinar que semejantes concentraciones de individuos son intolerables y que es necesario crear una nueva red social en Internet para evitar el desagradable trato humano.

Al año siguiente realizan el mismo operativo y llegan a la misma conclusión: hay que inventarse otra red social. Y así, sucesivamente… Y no piensan detenerse hasta que que toda la población mundial aproveche los 86.400 segundos de su día interactuando unos con otros mediante ordenadores, teléfonos móviles, tabletas, televisores… aunque para ello tengan que inventarse una red social diaria.

Las redes sociales pueden enredar el periodismo

Hoy da la impresión de que si uno no tuitea, no está en Facebook, no hace «checkins» en Foursquare y no se registra en cada nueva red social que emerge es un don nadie, un misántropo 2.0 que deambula por el mundo sin nada que aportar, un paria de la sociedad globalizada.

En el caso del periodismo, la adopción de estas redes sociales se ha visto como una suerte de tabla de salvación para insuflar aire nuevo a un oficio que va a la deriva, errabundo, y que busca excusas para reinventarse.

Algunos han sabido utilizarlas muy bien para mejorar la labor informativa; otros no han logrado superar la etapa inicial de embelesamiento y las emplean como un mero artificio para demostrar que están a la última… como en el ejemplo del vídeo.

Facebook y Twitter, ¿futuras asignaturas de periodismo?

MediaShift inició una serie especial sobre la situación de la enseñanza del periodismo en la era digital y el primer artículo aborda la importancia de incluir las redes sociales en el currículum de las facultades de comunicación.

El autor, Alfred Hermida, destaca que lo primero es hacer ver a los estudiantes que estas redes son algo más que un pasatiempo; son una poderosa herramienta profesional que facilita «la interacción entre las personas», y permite «participar y colaborar en la elaboración de los medios», en lugar de ser simples consumidores pasivos de contenidos.

Hermida dice que los estudiantes deberían aprender a:

1. Incorporar las redes sociales en la labor periodística, siguiendo los temas de interés, por ejemplo a través de Twitter, y buscando fuentes en esas redes sociales.

2. Aprender a discernir y separar el trigo de la paja en el torrente informativo que circula por esas redes, evaluar críticamente las fuentes y verificar las informaciones.

3. Sumarse a la conversación, ya que las redes sociales no son un canal unidireccional para distribuir información, sino una interacción de la que brotan nuevas ideas y perspectivas. Para ello es necesario aprender las normas y prácticas propias de cada red social.

4. Gestionar su reputación profesional, ya que con las redes sociales se diluye la frontera entre lo personal y profesional y es necesario establecer una credibilidad (a través, por ejemplo, de sitios como Linkedin).

5. Colaborar en un entorno tecnológico que facilita el trabajo en equipo entre personas que quizás no comparten espacio geográfico pero sí intereses profesionales.

Hermida dice que no se trata de enseñar a los alumnos los aspectos técnicos o mecánicos de las redes sociales, sino la forma de establecer redes e interacciones que ayuden a ser mejores periodistas porque, como concluye el artículo, «las redes sociales no sólo ofrecen a los periodistas nuevas formas de hacer lo de antes, sino que tienen el potencial de explorar nuevas formas de contar historias, de colaborar y conectar con la audiencia, y de repensar la forma en que hacemos el periodismo«.

¿Cómo combatir la distracción de las redes sociales?

(Foto de Max Estes)

Acabo de leer un interesante artículo de opinión de Steven Pinker, un profesor de Filosofía en Harvard, en The New York Times. En él habla del supuesto impacto que tienen las redes sociales y la tecnología en general en nuestras capacidades cognitivas, y rechaza la hipótesis de que nos hagan más tontos, más superficiales o que mermen nuestra capacidad de atención.

Según Pinker, «la constante llegada de paquetes de información puede generar distracciones o adicciones, sobre todo en la gente con déficit de atención. Pero las distracciones no son un fenómeno nuevo. La solución no es despotricar contra la tecnología sino desarrollar el auto-control, como hacemos con cualquier otra tentación en la vida. Cierra el correo electrónico o desconéctate de Twitter en el trabajo, esconde el Blackberry durante la cena, pide a tu mujer que llame a la cama a la hora definida».

Añade Pinker que «los nuevos medios han tenido éxito por una razón. El conocimiento crece a un ritmo exponencial; la capacidad del cerebro y las horas disponibles no… Lejos de hacernos estúpidos, estas tecnologías son las únicas cosas que nos mantienen inteligentes«.

¡Autocontrolarse! Esa es una batalla que ya librábamos los humanos antes de la era de Twitter y que seguiremos librando hasta el fin del mundo. Con redes sociales o sin ellas.

Las redes asociales

(Foto de Matt from London)

Ahora que están tan de moda las redes sociales se me ocurre una brillante alternativa que podría tener un gran éxito: las redes asociales. Sitios como Facebook, Twitter o MySpace han logrado atraer a millones de usuarios que disfrutan de la interacción social. ¿Pero qué pasa con los misántropos, la gente huraña que no quiere saber nada de los demás? ¿No tienen derecho a tener sus propias redes?

Por eso planteo crear una red asocial en la que los más ariscos puedan trabar contacto, entablar relaciones unidos por su aversión al trato humano. Así podrían intercambiar su rechazo visceral a cualquier nexo con los demás, o denostar la virtud de cordialidad o despreciar al alimón todo atisbo de afabilidad. Y los más antisociales de todos podrían regodearse no contestando al resto o vilipendiando a los más lenguaraces. Y así, todos serían felices: sociales y antisociales.

Con amigos como los de Facebook…

carteras.jpg

(Foto de Cell105)

El sábado estuve en casa de Paolo. Me contó que se acababa de meter en Facebook. IPhone en mano, me enseñó las fotos que había subido y nos hicimos «amigos virtuales». Celebramos con un brindis nuestra renovada amistad.

Antes de irme, recuperé mis llaves y mi billetera, que había dejado sobre la encimera de la cocina. Instantes después, y en un acto mecánico de despiste supino, cogí la otra cartera que estaba sobre la encimera, muy similar a la mía, con la diferencia de que ésta era de Paolo. Nos despedimos.

– Ci vediamo dopo!

Una hora después, al ir a pagar en una tienda, palpé mis bolsillos y caí en la cuenta de que había una cartera en cada uno. Las abrí. Una era de Paolo. La otra era mía. Volví a casa de Paolo para devolvérsela.

– Paolo, disculpa, me llevé tu cartera…

– ¿Cómo es esto? Te haces mi amigo en Facebook… y luego me robas la cartera.

Amistades carbonizadas

Foto de Virtual Ern
Foto de Virtual Ern

Esaú cambió su progenitura por un plato de lentejas. Ahora, Burger King quiere que inmolemos la amistad de 10 amigos de Facebook por un Whopper. París puede que valga una misa, pero, ¿compensa carbonizar 10 amistades por una hamburguesa? Me quedo boquiabierto y me zampo la hamburguesa.