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¿Todos somos periodistas?

(Foto de Maurits Burgers)

Estoy al borde de una crisis de identidad profesional. Hasta hoy, cuando la gente me preguntaba a qué me dedico, respondía todo ufano y sin dudarlo: soy periodista. Pero después de leer un artículo de Dan Gillmor en Salon.com ya no lo tengo tan claro. Ya no sé qué voy a responder a partir de ahora.

En el artículo, Gillmor dice que “todos creamos contenidos. Cualquiera puede cometer un acto de periodismo y muchos de nosotros lo haremos. Podemos contribuir al ecosistema periodístico una vez, rara vez, con frecuencia o constantemente… ¿El muro de Facebook? para algunos son noticias, ¿no? ¿las fotos en Flickr? ¿los vídeos de Youtube? ¿Añadir una ubicación en el mapa de otra persona?”

“¿Necesitamos un nuevo nombre para los creadores modernos de contenidos, concretamente para los que crean información valiosa para sus comunidades (geográficas o de interés?”, agrega.

Si cualquiera puede hacer esto hoy día con los medios digitales que existen a disposición de todos, ¿qué es entonces un periodista? ¿quiénes son los periodistas? ¿qué los diferencia del común de los mortales en esencia?

¡Qué angustia! Busco alivio en el Diccionario de la Real Academia, que siempre nos saca de todos los entuertos, pero lo que encuentro me turba más.

periodista.
1. com. Persona legalmente autorizada para ejercer el periodismo.
2. com. Persona profesionalmente dedicada en un periódico o en un medio audiovisual a tareas literarias o gráficas de información o de creación de opinión.

¿Legalmente autorizada? Yo no tengo ningún carnet, no estoy en ningún registro, nadie me dio ni quitó ningún permiso. ¿Un periódico o medio audiovisual? ¿Qué pasa con Internet? ¿o los teléfonos móviles? ¿tareas literarias o gráficas? Pocas veces me pongo literario, y no sé dibujar ni un cero. ¿Crear opinión? No sé, no sé. ¿Qué opináis vosotros? ¿Os estoy creando opinión? Bueno, quizás, pero no sé.

Me parece que la definición de “periodista” de la RAE necesita una pequeña actualización. Consulto el concepto de “periodismo” en el mismo diccionario en busca de un bálsamo que mitigue mi congoja. Pero no, la profundiza.

periodismo.
1. m. Captación y tratamiento, escrito, oral, visual o gráfico, de la información en cualquiera de sus formas y variedades.
2. m. Estudios o carrera de periodista.

¿Captación y tratamiento de la información? ¿Entonces tiene razón Gillmor?, ¿cualquiera que publique en Flickr o Youtube, o en un blog, o en Facebook, o en Twitter… ejerce el periodismo, luego es periodista?. ¿Y entonces? ¿Si subir vídeos de Youtube es un acto de periodismo? ¿Es necesario tener estudios o carrera de periodista para eso? Pues no lo parece. Estoy aturdido. ¿Existen los periodistas? ¿Se han extinguido? ¿Son alucinaciones mías? ¿Son los padres?

Yo, por si acaso, la próxima vez que me pregunten qué soy, me limitaré a decir: “Yo, Allendegui”

Crisis, propinas y gasolina

Con la crisis económica mundial, la cosa está que arde. Los negocios pierden gas y los empleados de los puestos de comida rápida, cada día más quemados, dejan claro que las propinas se destinarán a la compra de combustible. Lo que no me queda a mí claro es si la gasolina será para sus vehículos o para quemarse a lo bonzo de desesperación.

La crisis acabó con los escrúpulos

La semana pasada me encontré esta nota en el armario de la cocina de mi trabajo. ¿Será que con la crisis ya no nos llega ni para el agua?

Menú para tiempos de crisis

Paseaba por una calle de Pamplona cuando me encontré con esta pizarra. «Menú anti-crisis», 4,95 euros. Tenía prisa así que no pude detenerme y preguntar dentro del bar en qué consistía este intrigante menú, a pesar de que la curiosidad me carcomía.

Lo que no pude evitar fue dar rienda suelta a la imaginación mientras seguía caminando. ¿Cómo sería un menú para tiempos de crisis? Estas son algunas de las alternativas más económicas que se me ocurrieron.

– En lugar de gambas con gabardina, serviría gambas con chaleco, o si la cosa se pusiera peor, con tanga o taparrabos.

– Reemplazaría las milanesas por unas madrileñas, que están más cerca y el transporte es más barato.

– El pescado ideal sería el róbalo que sale gratis (siempre y cuando no te detenga la policía).

– En vez de rebozar las croquetas, sólo las bozaría, y así se ahorra en pan rallado.

– Cambiaría las camas de verduras por un catre, o incluso un saco de dormir.

– Y siempre incluiría ropa vieja en el menú.

El problema, finalmente, es que con la crisis, la comida deja de ser rica para ser pobre.

El resto del menú lo dejo a vuestra imaginación y vuestros comentarios. Buen provecho.