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Los apodos de tus compañeros de trabajo

(Foto de Office Now)

Boris me envió por e-mail esta lista con los apodos más conocidos para compañeros de trabajo en el ámbito laboral argentino. Publicada originalmente por Urgente 24:

Motor de heladera: Tabaja 5 minutos y el resto, descansa

Bisagra: Si no está en la puerta, está en la ventana

Bioquímico: Vive analizando las cagadas de los demás

Bujía de madera: No tiene chispa para nada

Cable de Plancha: Parece piola pero en realidad es un forro

Conejo negro: No lo hacen trabajar ni los magos

Culo de estatua: No hizo un sorete en toda su vida

Consolador: No deja de ser un aparato

Dólar azul: Cualquier boludo se da cuenta que es falso

Dragón: Cada vez que abre la boca, quema a alguien

Estribo: Sirve unicamente para meter la pata

Gato de circo: el único animal que no trabaja

Escombro: Donde está, molesta

Media: Abre la boca para meter la pata

Mono de circo: Siempre está dispuesto a trepar para figurar

Leon: Es el rey de la oficina

Laxante: Hace cagar a todo el mundo

Pan de ayer: Nadie lo traga

Papel araña: El forro más conocido

Papa verde: No sirve ni pa ñoqui

Revista Para Tí: Parece Gente pero no lo es

Planta de interior: Siempre en el pasillo

Terapia intensiva: No lo pueden ver ni los parientes

San Cayetano: Te acercás y te da trabajo

Bolsillo de atrás: No sirve ni para rascarse las bolas

NOTA: Añado a la lista el conocido como «ñoqui», que se aplica al que sólo aparece en el trabajo para cobrar a fin de mes. Lo de ñoqui viene por la tradición argentina de comer ñoquis los días 29 de cada mes.

La pizza globalizada

Foto de Dickuhne

A JP, que es argentino, se le ocurrió pedir pizza para cenar. Dudo que su argentinidad tuviera algo que ver en su antojo de pizza, pero viene a cuento de lo de la globalización. MEC, ecuatoriana-nicaragüense, se puso a buscar el teléfono del Pizza-Hut más cercano, pero por alguna razón no se pudo encontrar en la página web.

Se me ocurrió llamar por teléfono al departamento de servicio al cliente de Pizza-Hut para pedirles el número  del local más próximo. Después de sortear varios menús automáticos en un perfecto inglés metálico, conseguí hablar con un representante con acento indio. Desde su «call-center» en Bangalore, me dijo con precisión suiza que la sucursal más cercana estaba en «North Avenue, y el teléfono es xxx». Qué momento tan globalizado. Hablar con Bangalore para que te digan dónde está la pizzería más cercana a tu trabajo en Atlanta.

Finalmente logré hablar con el local de Pizza Hut en North Avenue. Me contestó alguien con acento sureño. Encargué la pizza. Después de una hora llegó el repartidor. Me entregó las pizzas. «¿De dónde eres?», me preguntó. «De España», le contesté. «Ahh, yo soy de Senegal»… y con el brazo en alto y una gran sonrisa se despidió a la francesa: «Au revoir!».