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Entradas ¿sin final?

Foto de Larry Sión
Foto de Larry Sión

Dice J. que mis entradas muchas veces no tienen final. Que parece que «estabas escribiendo tranquilamente y te caíste por un precipicio… que no hay moraleja, ni perdices, como si te hubiese dado un latigazo, como quien pone un huevo y lo deja ahí tirado, como quien se carga el rosco de la fuente y huye». En realidad, no entiendo por qué lo dice. Siempre trato de

Por qué escribo lo que escribo

(Foto de Churl)

Nunca nadie me preguntó sobre mi técnica de escritura. Supongo que será porque a nadie le importa. Pero como eso es de lo que voy a escribir ahora, el que lea esto va a conocer la respuesta aunque jamás se hubiera planteado la pregunta. En realidad, cuando empiezo a escribir nunca sé de qué voy a hablar. Simplemente comienzo a presionar teclas, como estoy haciendo ahora, sin saber a ciencia cierta qué voy a decir. Es algo muy incómodo porque voy sumando caracteres, llenando espacio y me voy dando cuenta de que no sé cómo terminar. Entonces me sudan las manos, como ahora mismo, y me pongo muy nervioso, y empiezo a mirar a mi alrededor a ver si encuentro algo que me inspire y me permita seguir adelante. Caramba, mira qué cuadro tan bonito tengo en mi pared. Nunca había reparado en esos tonos verdes y esas pinceladas tan regordidas. Pero luego me doy cuenta de que no es más que una digresión y que no encaja con lo que pensaba contar al principio, y entonces busco una escapatoria: el absurdo. Sí, recurro al absurdo porque así nadie me puede recriminar mi incapacidad para escribir cosas coherentes y pensadas. Lo confieso, no sirvo para escribir lo que debería escribir. Por eso escribo otras cosas distintas que a nadie le interesan, para que nadie las lea y así no descubran mi incompetencia, y además las publico en Internet, donde se publican millones de cosas más, para que así pasen aún más desapercibidas. Como decía antes, nunca sé cómo terminar, y por eso, en un ejercicio aleatorio echo a suertes dónde colocar el punto final. Por ejemplo, aquí.

¡Andá, tengo un blog!

(Foto de D´Arcy Norman)

Estaba haciendo limpieza de mis «favoritos» en el navegador y me encontré con un sitio web extraño que no recordaba haber marcado. Se titula «Allendegui». Lo abrí y me llevé una gran sorpresa. Resulta que el autor soy yo. No sé cuándo empecé a escribir semejante cosa, ni tampoco cuándo dejé de hacerlo. El caso es que al parecer tengo un blog y hace semanas que no se actualiza.

Allendegui, blog a seguir (expresión a evitar)

Este blog ha sido seleccionado por Antonio Cambronero (Blogpocket) y José Luis Orihuela (eCuaderno) entre las 30 bitácoras que darán que leer y hablar en 2010. Muchas gracias a los dos por incluirme en esta lista tan prestigiosa. Espero estar a la altura y dar mucho que leer y hablar el año que viene.

Lo que el mundo nunca sabrá sobre el Nobel de la Paz

(Un grupo de malawinos, felices después de firmar el armisticio tras leer una de mis anacrónicas. Foto de Khym54)

La concesión del Nobel de la Paz a Barack Obama ha sorprendido a mucha gente, entre la que me incluyo. Y me explico. En un principio no pensaba contar esto, pero en vista de todo el revuelo que se ha montado prefiero confesar y ser transparente.

Durante la madrugada del viernes recibí una llamada que me sobresaltó en mis sueños. Era una voz ininteligible que trataba de comunicarme algo nerviosamente. Yo no entendía nada. Y así se lo hice saber al interlocutor, que le pasó el teléfono a otra persona que empezó a hablar en inglés (horas más tardé caí en la cuenta de que la primera voz me habló en noruego). Me dijo que era del comité del Nobel de la Paz, y que yo era el ganador del premio de este año.

Pensé que era una broma, pero luego me explicó que me concedían el honor por «haber contribuido a hacer del mundo un lugar más agradable a través del humor de las Anacrónicas de Allendegui; concretamente, se le distingue por haber evitado una guerra entre dos etnias de Malawi que firmaron un armisticio después de leer una de sus anacrónicas».

Aunque muy halagado, le contesté que declinaba el premio porque para mí eso no era mérito suficiente, y que quizás, cuando una anacrónica terminara con el conflicto en el Medio Oriente, entonces me lo pensaría. El individuo en el teléfono se quedó mudo, y me colgó.

Horas después leía en Internet que le otorgaban el premio a Obama. ¿Por qué no hizo lo mismo que yo?

Como lágrimas en la lluvia

Por algún extraño problema técnico, este blog estuvo caído durante el fin de semana. Y es una pena porque precisamente este fin de semana tenía previsto escribir los mejores posts que jamás haya escrito. Ahora se me han olvidado, así que quizás jamás los escriba. Todos esos posts se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia.

Aclamado en México

Acabo de volver de México después de una semana de paz y descanso. Os agradezco de antebrazo que hayáis cuidado todos los posts. No hubo ningún robo. Tan solo una fuga de agua en una entrada vieja, pero ya le di un retoque y no se nota el moho.

Del viaje hay muchas anécdotas que contar, pero las iré dosificando para no atragantaros. Lo primero que os quería contar es que Allendegui es muy popular en México. Nada más llegar al DF, y después de comer unos chiles en nogada con Rodolfo y Carmen en el Café Tacuba, encontré la prueba fehaciente; tengo tantos lectores en esta urbe que el gobierno de la capital bautizó una estación de metro con el nombre de mi blog.

Bajo persiana durante una semana

(Foto de MaryTClark)

Hoy parto rumbo a México, a desconectarme de la red. Volveré pronto con más anacrónicas. Echad un ojo de vez en cuando, no vaya ser que los ladrones me roben algún post o un link y luego tengamos un disgusto.

Allendegui en los Premios 20Blogs

La primera vez que oí la palabra expatriado fue en un Telediario cuando era niño. Entonces me sonó a algo muy malo. Hoy se abrió el plazo de votación para los Premios 20Blogs, a los que me presento en la categoría de Blog Expatriado. ¿Será el momento de cambiar la connotación negativa que siempre ha tenido para mí la palabra expatriado?

PD: También participo, por lo que veo, en la categoría de Humor.

El teléfono estropeado funciona en Internet

(Foto de Jragon)

El famoso teléfono estropeado da el salto a Internet. ¿O quizás no, y Leandro está intentando suplantar a Allendegui? Copio de este blog:

‘Twittervistas’, nueva forma de entrevistar

Público descubre la novedosa forma de entrevistar de Pérez Miguel. El periodista, más conocido como Allendegui, entrevista a personajes interesantes del cibermundillo y para ello utiliza la web social o herramientas propias del microblogging. Despúes muestra sus charlas en su blog, Gente de Internet. Prefiere llamarlas ‘twittervistas’.