Archivo | Foticias RSS para esta sección

Andrea Monroe

Andrea correteaba por la sala hasta que repentinamente sintió cosquillas en la pierna. Era el aire acondicionado que salía de una rejilla. Se quedó allí quieta un buen rato, inmóvil, picada por la curiosidad hasta que el vestido se le infló. Catalina se dio cuenta y me dijo: ¡Mira, como Marilyn Monroe!

Menú para tiempos de crisis

Paseaba por una calle de Pamplona cuando me encontré con esta pizarra. «Menú anti-crisis», 4,95 euros. Tenía prisa así que no pude detenerme y preguntar dentro del bar en qué consistía este intrigante menú, a pesar de que la curiosidad me carcomía.

Lo que no pude evitar fue dar rienda suelta a la imaginación mientras seguía caminando. ¿Cómo sería un menú para tiempos de crisis? Estas son algunas de las alternativas más económicas que se me ocurrieron.

– En lugar de gambas con gabardina, serviría gambas con chaleco, o si la cosa se pusiera peor, con tanga o taparrabos.

– Reemplazaría las milanesas por unas madrileñas, que están más cerca y el transporte es más barato.

– El pescado ideal sería el róbalo que sale gratis (siempre y cuando no te detenga la policía).

– En vez de rebozar las croquetas, sólo las bozaría, y así se ahorra en pan rallado.

– Cambiaría las camas de verduras por un catre, o incluso un saco de dormir.

– Y siempre incluiría ropa vieja en el menú.

El problema, finalmente, es que con la crisis, la comida deja de ser rica para ser pobre.

El resto del menú lo dejo a vuestra imaginación y vuestros comentarios. Buen provecho.

Si yo fuera presidente…

Hoy fui a recoger a Catita del colegio antes de partir rumbo a España. Colgado en la pared, me encontré este trabajo de caligrafía de uno de los niños. «Si yo fuera presidente, mataría los bichos malos». Me pareció un programa político claro, conciso y contudente.

PD: Después de echar a volar la imaginación durante los últimos meses, hoy el que echa a volar es el propio Allendegui. España me espera. Se detienen temporalmente las obras de las Américas hasta que vuelva. La próxima anacrónica será allende los mares.

Cubismo colgante

Esta fotografía la saqué ayer. Aunque no lo parezca, la imagen rezuma cubismo. Y si no, fijaos bien.

PD: Rezumar, qué palabra tan sinestética. Dan ganas de bebérsela y que chorree por las comisuras de los labios.

Guinness sobre ruedas

Hoy estuve persiguiendo una Guinness durante 10 minutos y al final se me escapó a 60 kilómetros por hora.

ADN de la nada

Así, como de la nada, se le ocurrió hacerse una prueba de ADN. Así, como de la nada, se encontró la solución en un guardarraíl.

Llegó el Cambio

Estados Unidos tiene nuevo presidente, y la Casa Blanca, un nuevo sitio de Internet. El lavado de cara ha sido tal que ha pasado de blanca a transparente.

Peligros cotidianos

A veces, cosas tan cotidianas como hacerse unas palomitas en el microondas, pueden resultar más peligrosas que ir a la guerra. Después de sobrevivir a explosiones y riesgos de quemaduras, lo menos que se puede hacer es disfrutar de ellas.

PD: Eso sin entrar siquiera a hacer un análisis lingüístico, morfológico, ortográfico, semántico o colombofílico de estas instrucciones.

Feliz Año Nuevo

Se acabó el 2008. Ya es 2009. Casi todos miran hacia adelante. Algunos, menos, miran hacia atrás.

De Pamplona a Mumbai pasando por Facebook

En medio de la vorágine de los ataques de Mumbai de la semana pasada, buscamos desesperadamente a alguien que nos contara algo desde el lugar de los hechos. Pudimos hablar con algunos de los españoles que lograron ser evacuados, pero una vez se fueron de Mumbai nos quedamos sin testimonios desde la ciudad. En un ejercicio de aleatoriedad sin cortapisas, escribí «Mumbai» en la caja de búsquedas de Facebook, como un burro haciendo sonar una flauta, buscando a alguien que sabía que no existía. La lista de resultados era completamente inservible. Fui recorriéndolos uno a uno, riéndome con alguno de ellos, como «Mumbai food», «Gold Gym Mumbai» o «Maharaja Mumbai»… hasta que topé con «Kevin de Souza». No lo podía creer. Kevin y yo fuimos compañeros de carrera en la Universidad de Navarra. En su perfil pude ver que vivía en Mumbai e incluso proporcionaba su número de teléfono móvil. Probé suerte. Lo llamé.

– Kevin, soy Allendegui.

– Tío, Allendegui. ¿Cómo estás? Cuánto tiempo.

Me alegró mucho escucharle. Sobre todo constatar que seguía vivo, que no había sido víctima de uno de los balazos de los terroristas, que no era uno de esos cadáveres encharcados en sangre que había visto en las imágenes de televisión. Me contó que aunque no le tocó la masacre directamente, sí hubo dos amigos suyos que pasaron momentos muy angustiosos en el Hotel Taj Mahal.

Con uno de ellos había quedado de verse ese día, pero nunca acudió a la cita. Los terroristas tomaron el hotel y quedó atrapado. Se comunicó a través del teléfono móvil, utilizando SMS, y Kevin lo acompañó durante seis horas interminables, con mensajes de ánimo y sobre todo oraciones, muchas oraciones. Finalmente su amigo logró escapar de madrugada.

Otro amigo de Kevin trabajaba en el Taj Mahal. Contaba que cuando comenzó el ataque, salió corriendo detrás de otros seis compañeros por uno de los pasillos del hotel hasta que un terrorista los interceptó. Los empezó a ametrallar y fueron cayendo uno tras otro, pero él se salvó. Por alguna razón, el terrorista dejó de disparar cuando era el único que quedaba vivo. Se encontró cara a cara con la muerte, pero le hizo un quiebro, y lo pudo contar. Algo que no podrán hacer los padres del pequeño Moishe.