Oslo y el ciclo insaciable de las noticias: ¿estamos haciendo periodismo?

Foto de Johsgrd bajo licencia Creative Commons (http://www.flickr.com/photos/johsgrd/5967199327/)

El viernes parecía que iba a ser un día tranquilo, pero no. La noticia de una explosión en el centro de Oslo revolucionó las redacciones de todo el mundo y desató un frenesí en las redes sociales. Y digo frenesí porque no se me ocurre otra palabra para describir el aluvión de tuits que se sucedían en mi columna de Tweetdeck al buscar en Twitter la palabra Oslo. Tuiteos y retuiteos de testigos directos, de periodistas en redacciones a miles de kilómetros del lugar, de expertos y pseudoexpertos,  de usuarios corrientes y molientes, conmocionados por la tragedia…

Paradójicamente, la verdadera información, contrastada y verificada, llegaba a cuentagotas, y no fue hasta pasadas varias horas después de las primeras informaciones cuando se pudo apreciar la magnitud de la matanza.

Si lo que queremos es estar bien informados, ¿no sería más lógico esperar unas horas para leer información consolidada en lugar de perder el tiempo limitado de nuestras vidas leyendo información fragmentada e incluso errónea en muchos casos? ¿Qué fuerza interior nos lleva a pegarnos al ordenador y a seguir una noticia en desarrollo en un lugar, en muchos casos, ajeno a nuestras vidas?

La curiosidad humana es un misterio, para mí, insondable, cuasi-irracional, que nos lleva a una búsqueda incansable de la información que satisface una necesidad de conocimiento. En ese camino corremos el riesgo de adquirir conocimientos imperfectos, erróneos, que pueden distorsionar nuestra conciencia de la realidad. Pero eso no nos preocupa tanto porque el objetivo principal que buscamos es formar parte de una conversación, adquirir un capital social que nos haga miembros valiosos de nuestra comunidad, no quedarnos fuera…

Lo ocurrido en Oslo es un ejemplo contundente del cambio que ha experimentado el ciclo de noticias a lo largo de la historia; desde los periódicos sin periodicidad, a los diarios, a los informativos horarios de radio, a los canales de televisión de noticias de 24 horas, a los sitios de Internet actualizados al minuto, a las redes sociales que palpitan a la milésima de segundo.

Esta aceleración del ciclo de la noticia no se ha visto correspondida con una mayor rapidez en el procesamiento humano de la información, en una mayor velocidad en el análisis de los acontecimientos, en un sistema de investigación y verificación de información más rápido y preciso. Hay un desfase entre la generación de conocimiento real y la velocidad con que se diseminan las cosas.

En conclusión, nuestra capacidad de informar no es suficientemente rápida para satisfacer el hambre de noticias que llega a generarse en este nuevo ecosistema de plataformas digitales de distribución de información, y por tanto cualquier dato que se genere, aunque sea erróneo y sin contrastar, se propaga y disemina como una plaga.

¿Hacemos periodismo al sumarnos indiscriminadamente a esa caja de resonancia diseminando información que no hemos comprobado? ¿Cómo solucionar este problema de torrentes informativos incontrolables?

Más que un problema, es una realidad que quizás no cambie. No es viable imponer una moratoria de cinco horas sin información mientras los periodistas investigan, contrastan, verifican y redactan la información. El nuevo ciclo noticioso ha llegado para quedarse y la competencia por ser el primero es más feroz que nunca. Pero es nuestra responsabilidad como informadores ser más escrupulosos y serios que nunca con nuestros métodos de investigación  y verificación para que el camino hacia la verdad sea lo menos tortuoso posible. Aunque no siempre lleguemos los primeros.

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9 Respuestas para “Oslo y el ciclo insaciable de las noticias: ¿estamos haciendo periodismo?”

  1. Jurjur 25 julio, 2011 a las 7:41 #

    Es que no usáis twitter bien. Twitter no era originalmente para poner la opinión de uno, ni para poner una noticia, ni para microbloguear, ni para hacer amigos, ni para ninguna de las pajas mentales que os habéis montado. Twitter era para decir lo que estabas haciendo en un momento dado. Nada más… por eso Twitter es una mierda, porque nadie lo usa como debe.

    • allendegui 26 julio, 2011 a las 1:32 #

      Jurjur, efectivamente Twitter se creó con una idea, pero por sus características se ha adaptado a muchos otros usos muy válidos e interesantes. La creatividad humana es capaz de eso…

    • allendegui 26 julio, 2011 a las 21:08 #

      Jurjur, bienvenido al blog. Es cierto que la idea original fuera una… pero cuántas veces el ser humano le cambia la función a las cosas que están pensadas para otra cosa…

  2. Titaju 25 julio, 2011 a las 22:38 #

    Sinceramente, creo que la gente ya no busca estar informada, sino el morbo de encontrarse con testigos presenciales que hayan colgado alguna foto o comentario fuera de lugar.
    Ojalá me equivoque.

    • allendegui 26 julio, 2011 a las 1:31 #

      El morbo… qué palabra tan morbosa, ¿no?

    • allendegui 26 julio, 2011 a las 21:09 #

      Morbo… qué palabra tan morbosa, ¿no?

  3. Enrique Durand 28 julio, 2011 a las 22:12 #

    El título del ensayo de Juan Andrés (“¿Estamos haciendo periodismo?
    sobre el asesino de Oslo y Utoya”) es absolutamente pertinente. La
    respuesta breve, en lo que se refiere a las redes sociales, es “no”. En
    cuanto a los medios, es otra cosa; una tragedia humana de esa magnitud
    siempre será noticia por muy remoto que sea su escenario y muy distantes
    las idiosincracias.

    Twitter y las otras redes simplemente han elevado el chisme a
    proporciones enormes de velocidad de retransmisión y alcance. Pero
    periodismo, si lo entendemos como una disciplina profesional para
    informar, sigue siendo la difusión responsable de noticias. Y esto
    requiere la verificación de los datos para empezar, y el contexto para
    explicar lo ocurrido.

    Las célebres preguntas básicas de qué, quién, cuándo, cómo y por qué no
    son nuevas. Ni tampoco el lema de muchos medios serios de primero
    informarse para poder informar. ¿Errores en la premura por informar?
    Siempre los habrá ocasionalmente, pero se corrigen de inmediato y
    siempre se trata de que no ocurran, con una honestidad que preserva la
    credibilidad.

    Los 140 caracteres fuerzan la concisión, pero no liberan de la
    responsabilidad, una responsabilidad que la inmensa mayoría de los
    tuiteros no ejercen. Una cosa es un comentario, otra cosa es una
    noticia. Pero al igual que con los medios, la consistencia en la
    seriedad con que se informe por medio de tuits irá decantando la
    credibilidad y calidad de los autores y permite escoger a quienes
    realmente nos interesa seguir. Como cuando todavía compramos un diario o
    una revista o escogemos un canal.

    De manera que una respuesta ampliada a la pregunta de Juan Andrés y
    condicionada al futuro entonces cambia, para decir que si los tuiteros
    aplican la disciplina de los periodistas, se podrá hacer periodismo… con
    la ventaja de que será más conciso y preciso. Al fin y al cabo, tanto
    las redes como los medios electrónicos y la imprenta no son otra cosa
    que herramientas para un quehacer.

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