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Vivimos en el mundo de las contradicciones. Lo que es negro, resulta que es blanco, o no, depende de cómo lo mires. Llevan varios años dando la vara con que para que la libertad religiosa sea un hecho es imprescindible que desaparezcan de las aulas los crucifijos. Ahora resulta que la desaparición de los motivos religiosos no se aplica de la misma manera para todos. En este país siguen existiendo religiones con más prebendas que otras.
Los culturetas y progres de turno abanderan ahora la lucha contra la “maquiavélica” norma de un instituto que prohíbe el uso del pañuelo en la cabeza. ¡Tiene narices el asunto! Crucifijos no pero ‘hiyab’ sí. Ahora bien, resulta que este bálsamo con el que ocultar la crisis se ha terminado. Cuando parecía que los sindicatos tendrían un Primero de Mayo medianamente 'tranquilo', en el que la situación económica se veía camuflada entre Garzón, el pañuelo de la niña madrileña y la eliminación del Barça de la Champions, llegó el INE y 'filtró' el porcentaje real de parados: más del 20 %. ¡Qué faena para el Gobierno! ¿Cómo le iban a explicar a Margaret Astor que ya no necesitarían sus cosméticos porque no pudieron maquillar los datos esta vez?
Lo dicho, que a los sindicatos se les complicó la existencia y en lugar de gritar a favor de Garzón y en contra del PP, les tocó currar y volver a preocuparse por los millones de parados a los que tienen abandonados. Claro que también tuvieron suerte gracias a que a las manifestaciones fueron 'cuatro gatos' y que se comenzó a polemizar por el registro de lugares en los que excavar en busca de la Memoria Histórica.
En fin, que el Priemero de Mayo pasó sin pena ni gloria, que los parados siguen siendo los mismos y que ahora hay que preocuparse por los griegos ('joroña que joroña'), sobre todo porque no nos pase lo mismo que a ellos. Tendremos que rezar, con o sin crucifijos en las aulas, con o sin hyjab en los institutos.
Publicado el 9 de mayo de 2010 a las 18:30.