Archivado en: Juan Carlos I, perdón, elefante, José María Fidalgo
Han sido once las palabras pronunciadas por el Rey con las que dar gusto a aquellos que se creen con la capacidad moral de poder exigir a cualquiera lo que ellos son incapaces de hacer. El Rey ha pedido perdón ¿Por qué? ¿Por cazar fuera de España? ¿Por no estar en casa cuando se disparaba la prima de riesgo? Ahora va a resultar que uno no puede realizar sus aficiones en tiempo de crisis. Eso es lo que ha hecho Don Juan Carlos, ni más ni menos.
Supongo que todos esos que tratan de hincarle el diente a la Monarquía a cuenta de este asunto, predicarán con el ejemplo y habrán dejado de practicar sus aficiones para solidarizarse con la situación del país. Imagino que ya no se irán de vacaciones a la playa o a la montaña y se quedarán en casa mirando por la ventana cómo pasa el verano. Imagino que dejarán de salir a comer o a cenar los fines de semana para estar al lado de quien tiene que apañárselas como puede para comer todos los días. Ya no se comprarán la camiseta de Messi o Cristiano Ronaldo pues es un gasto inútil, desacorde con la crisis económica. ¡Seguro que no! El que más o el que menos se ajustará el cinturón pero dejará algún agujero para algunas de sus aficiones.
¡Seamos serios! He escuchado a José María Fidalgo decir que un país no puede ser serio si cada vez que tiene hambre se dedica a cuestionar y poner en duda todo. Siguiendo este razonamiento, España ha dejado de ser un país serio. En los últimos meses de hambre los ávidos de carnaza dudan de casi todo: monarquía, estado de las autonomías, diputaciones...
Es curioso contemplar como ante el hecho de que un niño sufra una herida por arma de fuego en un pie, una parte de la sociedad se haya dedicado a hacer chistes en lugar de preocuparse por el chaval. Claro, que igual de llamativo es observar que es mayor la preocupación de algunos, entre los que se encuentran representantes públicos, por un elefante que no se sabe si ha sido cazado o no, que por el Jefe del Estado, el Rey de España.
¡Así no vamos a ningún sitio! Hay que dejar el circo y preocuparse más por el pan.
Publicado el 20 de abril de 2012 a las 09:30.
