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Es probable que éstas sean las elecciones generales más insulsas de la historia de la democracia. Ni el tan traído y llevado debate Rubalcaba vs Rajoy ha conseguido aportar chispa a estos comicios. Algunos pensaron que la pantomima escenificada entre los dos candidatos iba a ser la panacea de la campaña y al final ha quedado en algo que ‘ni fu ni fa’, ‘ni chicha ni limoná’. Si ni con Aznar y González de mitin en mitin, ni con el cara a cara de los elegibles se consigue reactivar una campaña con un altísimo porcentaje de indecisos, ¿qué será necesario para reactivarla? ¿Otro 15-M? ¡Por cierto! ¿Dónde andan? A ver si va a resultar que en estas elecciones no van a tratar de condicionar el voto ni se van a atrincherar en plazas, parques y jardines.
Pasan los días, ya llevamos una semana de campaña, y aquí ‘todos quietos hasta ver’. ¿Nadie va a sacarse de la chistera un Gurtel, un campeón, una ola de sms o algo para darle vida a los comicios? A este paso hasta lo vamos a echar de menos.
Está visto que nos toca asistir a una campaña tan plana como el debate del pasado lunes. Los dos partidos grandes juegan de ‘amarrategui’, los socialistas apostando por el ‘virgencita que me quede como estoy’ y los populares a no pifiarla con ninguna salida de tono ni con ninguna voz más alta que otra ‘no nos vayan a tachar de autoritarios’. Parece como si, al igual que el cara a cara televisivo, PP y PSOE hubieran pactado también la campaña y el formato. Así no se despeina nadie y siempre podemos achacarlo a la austeridad por la crisis.
Publicado el 10 de noviembre de 2011 a las 20:00.