Llevo una temporada perezoso a la hora de escribir, pero hoy no puedo por menos de hacerlo y haceros partícipes de mi alegría. Estoy que no quepo en mi mismo ( lástima que no me vendan o alquilen un cuerpo con un par de tallas más), y a este paso si no descargo la felicidad puedo estallar a consecuencia de la misma.
Os transmito mi dicha: acabo de encontrar el empleo de mi vida, lo que siempre soñé. Un empleo en el que el respeto a la naturaleza, a la biodiversidad es el eje central del mismo. Pero debo añadiros más: me encanta porque hay que moverse, ‘airearse’, de un lado para otro. Lo que a mi me gusta, nada de oficina ni de estar encerrado entre cuatro paredes, nada de estar viendo la nariz y las orejas todos los días al compañero de al lado o de en frente.
Ah!, y además con ‘autoridad’, en este mundo si no se tiene autoridad no se es nadie y a mi me gusta ‘ser’.
A estas alturas de la lectura os preguntaréis al menos dos cosas: ¿dónde he encontrado ese empleo? y ¿qué empleo es?
Comencemos por la primera cuestión. Llevo varios días horas empapándome del texto de la Ley de Economía Sostenible. Estas lecturas hay que abordarlas con imaginación, de lo contrario te sirven de preludio para el sueño. "La imaginación al poder " ha sido mi lema.
Pues bien, leyendo y releyendo el texto de la citada Ley me he dado cuenta de lo equivocados que están algunos comentaristas económicos que no ven nada o casi nada nuevo y bueno en el borrador de la misma. Lo que dije antes, les falta imaginación. Su critica es negativa y envidiosa.
Parece mentira que no se hayan dado cuenta que esta Ley está llena de ‘nichos de empleo’. Vamos, que, si no fuera por lo sonoro de la frase y que parece que se contradice con lo de Sostenible, yo diría que esta Ley será un cementerio lleno de nichos de empleo. Hoy me centro en el mío pero algún día, si no sigo perezoso en el escribir ,os hablo de otros nichos.
Ahí, en ese cementerio, está mi nicho: INSPECTOR DE TEMPERATURA. Mis funciones: tomar la temperatura de los lugares públicos, cines, almacenes, tiendas, aeropuertos...
Llevo ya unas horas pensando y cavilando para que mi empleo sea eficaz. Me he puesto en contacto con un amigo experto en I+D+i para elaborar un medidor de temperatura que mida lo que deba medir, es decir ,la temperatura media del edificio o local del que se trate. En este aparato radica el meollo de mi trabajo, porque tu imagínate que entro en unos grandes almacenes con un medidor de temperaturas similar al de medir la temperatura de los asados, al pasar al lado de un cliente con ‘gripe A’ el aparato subiría a cuarenta y ¿cuánto marcaría si el cliente en vez de tener la gripe A está en celo? No, lejos de mi estos fallos en mi futuro empleo, puedo hundirle a la gente su reputación.
Acaba de llamarme mi amigo, el del I+D+i, y me dice que el aparato que está diseñando va a ser fenomenal, indicará la temperatura global de un espacio, especificará la que hace en cada milímetro de ese espacio, cual es la fuente o fuentes que la producen ya sea de frío o de calor..., en fin que va a ser algo axial como el "SITEL" calórico. ¿Ustedes creen que, llegado el caso , debo pedir una ley orgánica que regule la utilización del medidor calórico?
Quedo a la espera de vuestros consejos.
Publicado el 15 de mayo de 2010 a las 19:15.