Clítoris versus corridas de toros
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Ríos de tinta corren en las últimas semanas a cuenta de la posibilidad, o no, de que se prohíban las corridas de toros en Cataluña. Estamos oyendo de todo, desde iniciativas razonables, sean a favor o en contra de la tauromaquia, hasta auténticas barbaridades que comparan la ablación del clítoris con las corridas de toros.
Creo que hasta ahora, los únicos que han realizado algo serio han sido los socialistas de Castilla y León. El PSCyL invitó a los parlamentarios catalanes a visitar varias fincas y ganaderías de toro de lidia en Salamanca. A la ‘excursión' se apuntaron sólo cinco, quizá los suficientes para poder transmitir a sus compañeros lo que vieron y aprendieron. Los socialistas no pretendían convencerles de lo absurdo o no de prohibir las corridas, su objetivo fue algo mucho más profundo e interesante. Durante un día de campo entre toros pudieron comprobar lo imprescindible que resulta el toro de lidia para el mantenimiento de uno de los más importantes ecosistemas de la Península Ibérica: la dehesa. La lección práctica, sobre el terreno, no fue sólo medioambiental, también fue una clase de economía, pues el toro de lidia supone el sustento de pueblos enteros, consolidando la población del medio rural.
Claro está que no todo es color de rosas y también hemos podido escuchar durante la semana pasada las barbaridades de algún filósofo y profesor de la Universidad de Barcelona que para razonar su oposición a las corridas de toros no dudó en compararlas con la violencia de genero y la ablación del clítoris. Este erudito se llama Jesús Mosterín y lo que él pensó una brillante comparación filosófica se le ha convertido en una bomba de relojería.
A este gran filósofo habrá que regalarle el mapa genital femenino publicado por la ministra Bibiana Aido para que aprenda tanto a ubicar el clítoris como su función. Algunos anti-taurinos tienen un ataque de cuernos y no saben muy bien donde colocarlos, los cuernos. Se han hecho la picha, de toro, un lío y no llegan a diferenciar unas banderillas y un estoque de una cuchilla de afeitar oxidada.
Las clases del profesor Mosterín deben ser interesantísimas si todas sus comparaciones adquieren la misma concepción. Quizá lo próximo que se le ocurra sea culpar a Maradona, Iker Casillas o a Messi de fomentar la cultura de ‘la patada en el culo', como hacen nuestros sindicatos con los desempleados, por darle patadas a un balón.
Pese a este lamentable hecho, para el Parlamento catalán lo importante no es si defienden el maltrato animal o no, lo importante es que esto de prohibir los toros no es más que otra artimaña para intentar distanciarse de todo aquello que signifique España, y por suerte, desgracia para ellos, los toros seguirán siendo ‘LA FIESTA NACIONAL'.
La otra mañana escuchando Onda Cero, oí que el Rey Fernando ‘El Católico' comía testículos de toro porque en aquella época eran considerados como la viagra hoy en día. Pues me temo que como la línea de defensa anti-taurina sea la iniciada por Mosterín, muchos huevos vamos a tener que comer todos para aguantar tanto argumento gilipollas.
Publicado el 9 de marzo de 2010 a las 19:30.