Yo también me indigno
Ya se ha acabado. La V Cumbre del Microcrédito ya se ha terminado. La Reina de España ya se ha vuelto a sus quehaceres diarios en la capital del reino. Los miles de visitantes, muchísimos de ellos indios (pero de la India) han abandonado ya Valladolid, salvo los más pudientes que se han quedado unos días para hacer turismo. La Cumbre del Microcrédito ha sido un éxito. Unos y otros están dando palmas con las orejas, por un lado el alcalde y por otro la secretaria de estado. El primero se jugaba menos que la segunda, pues ésta está en plena campaña electoral para ocupar escaño en el Congreso.
Todos contentos. ¿Todos? ¡Todos no! O al menos eso creo yo. Uno no puede quedarse contento después de oír las explicaciones que ‘el banquero de los pobres’, el señor Yunus, le daba a un niño en respuesta a su pregunta sobre qué pasa si alguien no puede devolver el microcrédito. Según expuso Yunus, lo que hacen es hablar con él y establecer qué cuantía puede devolver para no asfixiarse. ¡Estupendo! ¿Por qué no aplican este mismo protocolo con los autónomos de este país que las están pasando canutas para devolver los créditos leoninos que los bancos les han hecho? ¿Por qué lo que se decide en estos foros no es de aplicación mundial? Si es bueno para los pobres del tercer mundo, también habrá de serlo para los autónomos al borde de la ruina del primer mundo. ¿O no?
Aquí es aún más sencillo, basta con no tener que adelantar el IVA de lo no cobrado, o basta con no tener que pagar impuestos por lo que no les pagan.
Publicado el 18 de noviembre de 2011 a las 09:45.